Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la falta de lluvias importantes complica las proyecciones de un incremento de 300.000 hectáreas en la siembra con maíz en la zona núcleo
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A un mes de que se inicie la siembra de maíz, caen las expectativas de que haya precipitaciones durante lo que queda de agosto que mejoren la humedad del suelo en la región agrícola núcleo, que comprende el norte bonaerense, el sur de Santa Fe y el sudeste de Córdoba. En este contexto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que la posibilidad de sumar 300.000 hectáreas a la siembra del cereal, para llevarla a una superficie de 1,8 millones de hectáreas, “parece cada vez más lejana”. Remarcó que la falta de agua hace volver a considerar a las siembras tardías como estrategia de defensa.
En primer lugar, las perspectivas de lluvias no son alentadores. El consultor Alfredo Elorriaga le advirtió a la entidad que “los pronósticos de corto plazo muestran poca probabilidad de precipitaciones, en la magnitud de las requeridas, sobre la región pampeana durante la primera quincena del mes”.
Frente a este escenario, la BCR alertó que alcanzar una siembra maicera de 1,8 millones de hectáreas en la región núcleo “parece cada día más difícil”. A un agosto seco, se sumó el desafío que plantea hoy la compra de insumos. “En la región se observa un bajo movimiento de compras, especialmente de fertilizantes. Muchos productores ahora lamentan su falta de previsión y también la falta de financiación oportuna tras la sequía para haber podido escapar de los actuales aumentos en los precios, en particular el de la urea”, indicó.

La planificación y estrategia de siembra del maíz están sujetas a las precipitaciones de agosto y septiembre. En caso de que no ocurran, los productores no descartan pasar a soja. En el centro-sur santafecino evalúan la posibilidad de retrasar la siembra si no hay suficientes lluvias.
“A pesar de las dificultades, los productores tratan de asegurar los planes de rotaciones con cereales. Pero si no aparece el agua, el “plan b” es sembrar soja”, detalló. En rigor, la semana pasada la entidad informó que el área dedicada a la oleaginosa a nivel nacional experimentará un incremento, rompiendo una racha de casi una década de caída continua. Las estimaciones iniciales apuntan a una intención de siembra de 17 millones de hectáreas, un aumento interanual del 6,2%.
En Bigand, Santa Fe, los especialistas le manifestaron a la entidad que, “si las precipitaciones se atrasan, aquel que tiene comprado el maíz lo va a sembrar igual, pero más tarde. Pero el que aún no compró semillas o hizo algún barbecho donde no fue incluido un residual que afecte al cultivo de maíz, seguramente sembrará soja”.
En tanto, en Marcos Juárez, Córdoba, se mantiene la intención de siembra maicera pero “puede haber un corrimiento de la siembra hacia el maíz tardío si se atrasa la aparición de El Niño”.
Por otro lado, en el centro-oeste de la región se necesitan hasta 100 mm de agua solo para el primer metro de suelo. Eso empaña de incertidumbre a la campaña. “Es probable que esto comience a cambiar a medida que nos acerquemos a la transición estacional. Por el momento, una pronta recuperación de las reservas en las zonas secas del oeste de la región no parece demasiado viable”, dijo Elorriga.
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