El hombre que pintó las antiguas casonas

Esteban Semino nació en Las Heras el 28 de julio de 1902. De muchacho manifestó su vocación por las artes, al tal punto que fue uno de los primeros egresados del Conservatorio Nacional de Arte Escénico. Interpretó numerosos papeles como actor y también fue autor de dos obras estrenadas en el Teatro del Pueblo.

Llevado por su afición a la pintura realizó una serie de veinte óleos sobre las danzas nativas, que una muchacha le pidió para exponerlos en una conferencia sobre esa temática. En vez de devolvérselos, preguntó si los vendía, lo que causó en Semino una grata sorpresa y vislumbró una posibilidad económica.

Su amigo el pintor Moreno Lacasa se convirtió en un maestro a la vez que lo hizo mejorar su técnica y calidad. Sin embargo, los críticos y algunos colegas le hicieron notar que seguir con esa temática era entrar en un callejón sin salida.

En 1963 con motivo del centenario del partido de General Las Heras, decidió cambiar y desde entonces rescató todas las antiguas casonas, estancias, puestos y boliches, conjunto que hoy se ha convertido en un verdadero documento histórico de esos ambientes rurales, lamentablemente desaparecidos en muchos casos. La famosa galería Witcomb fue la sede de esa exposición.

No rescató sólo los edificios de su pueblo natal, sino que continuó por Marcos Paz, San Antonio de Areco, Capilla del Señor. Mereció el elogio de Berni, Policastro, Castagnino, Bruzzone, Gómez Cornet, y también su amistad y algunas obras de estos autores con los que hizo de su casa un Museo.

No era raro verlo a Esteban recorrer en bicicleta los caminos polvorientos, con sus caja de pinturas y pinceles y una tela; entrar en un campo y rescatar una vieja casa. Así lo hizo con el "Boliche de la Recova" de Marcos Paz, que atesoro con especial afecto; "No va más", "Mi casa de Siempre" y la "Casa de las Siete Ventanas".

Esta casa propiedad de la familia Barbieri conocida como la casa de las siete ventanas, también mereció ser rescatada, aún se conserva en la ciudad con su amplio portón y sus rejas. Sin duda, la propiedad mereció especial atención, ya que en ella vivía la familia de su esposa Amalia Barbieri, que acaba de cumplir el 15 del corriente sus cien años, con envidiable lucidez y buen humor.

Ella, con inmensa generosidad, ha legado el patrimonio artístico de la casa que habitó con su marido en la calle Atilio Chiocconi, frente a la estación de Las Heras, a la asociación que lleva el nombre de Esteban Semino, dedicada no sólo a conservar su obra, sino a salvaguardar el patrimonio arquitectónico del lugar.

Sin duda, "su dama" encontró la mejor manera de homenajear a su esposo que falleció en 1986, y que según lo manifestó en el catálogo de su primera exposición rescató en sus pinturas "esas casitas de vida simple, las rezagadas casonas de mejores tiempos y los populares boliches que, situados en el ancho camino de la sed, daban su bienvenida al poblado".