
Barenbrug Palaversich presentó los resultados de su trabajo en una chacra experimental
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CHASCOMUS.- La empresa Barenbrug Palaversich, dedicada a la investigación y producción de semillas forrajeras, presentó esta semana una serie de módulos de producción pastoril en la Chacra Experimental Manantiales, del Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense.
Más de 600 personas, entre ingenieros agrónomos y productores ganaderos, participaron del recorrido cuyo objetivo fue demostrar que el potencial de las pasturas de genética mejorada sólo podrá expresarse en mayor ganancia de carne cuando se asocia con un manejo definido para cada región productiva.
El gerente general de la empresa, Eduardo Bayley Bustamante, señaló que "el nivel de tecnología que se aplica a la producción de carne es bastante bajo respecto del que se aplica a la agricultura" y que históricamente se consideró que bastaba muy buena genética bovina para lograr los rindes esperados. En este sentido, el desafío que se propone la firma es demostrar que los mejores resultados a campo provienen, además, de una doble vertiente: calidad de las pasturas y manejo ajustado de éstas.
Los técnicos de la chacra experimental y los de Barenbrug trabajaron sobre la base de protocolos y lograron mediciones sorprendentes para la Cuenca del Salado: obtuvieron casi 600 kg de carne/ha. En dos años de trabajo se verificó la eficacia de una base forrajera diversificada en función de la heterogeneidad de suelos de los lotes de ensayo.
"El trabajo se orientó a hacer intensivo y eficiente el uso del forraje, lo que significa obtener pasturas equilibradas durante el año y recurrir a una suplementación mínima y estratégica. Nos interesa mostrar un sistema fácil de implementar y no un modelo fijo", señaló Matías Bailleres, técnico de la Chacra Manantiales.
Veamos los ejemplos: en las 7 ha de pastura de rotación corta (con densidades de siembra de 12 kg/ha de Cebadilla Tijereta, 8 kg/ha de raigrás perenne Yatsyn y 4 kg/ha de trébol rojo) implantada en siembra directa en marzo de 2003 sobre pastura degradada por gramón (suelos 90% clase II y 10% clase 7), se registró una capacidad de carga mínima de 2,75 equivalente vaca (EV) por ha y máxima de 18,37 EV/ha. Allí se produjeron 9222 kg de materia seca (MS) por ha y se consumieron 7658 kg MS/ha en cinco pastoreos (121 días de ocupación en total). La producción de carne fue de 952,8 kg/ha y en poco más de un pastoreo se logró recuperar la inversión. El costo en kilos de carne por ha fue de 310,7.
Un segundo caso: en 15 ha de pradera de rotación larga (con densidades de siembra de 8 kg/ha de Festuca Baradiso, 6 kg/ha de cebadilla BarINTA, 4 kg/ha de raigrás perenne Bronsyn, 2 kg/ha de trébol Churrinche, 3 kg/ha Lotus corniculatus y 2kg/ha de Lotus tenuis), implantada en marzo de 2002 (sobre un suelo 40% clase II, 10 clase IV, 15% clase VI y 35% clase VII), se registró una capacidad de carga mínima de 2,68 EV/ha y máxima de 18,37 EV/ha. Allí se produjeron 11488 kg MS/ha y se consumieron 7257 kg MS/ha en cinco pastoreos (en 160 días de ocupación en total). La producción de carne fue de 678,3 kg/ha y en poco más de tres pastoreos se recuperó la inversión inicial. El costo en kilos de carne por ha fue de 338,8.
La firma Barenbrug Palaversich organizará giras en otras zonas de la pampa húmeda para demostrar este tipo de resultados en condiciones de clima y suelo diferenciados, según anunció la compañía.
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