Al inicio de su gestión, el presidente Macri fijó como una de sus metas la inserción inteligente de la Argentina en el mundo y, a través del diálogo, la institucionalidad y la transparencia, volver a ser un actor preponderante en el comercio internacional.
Esta idea se vio reflejada durante más de 50 reuniones en el último año, y la exitosa realización del Encuentro de Líderes del G-20, donde la Argentina fue la sede donde se generó un clima de consenso propicio para la búsqueda de acuerdos multilaterales en beneficio de un comercio internacional justo, basado en reglas claras.
En lo particular, a mediados de año, nos tocó organizar el G-20 agrícola, donde transmitimos a los países miembros el potencial de nuestra agroindustria. Un sector dinámico que apunta a consolidarse como un proveedor confiable e innovador para un futuro alimentario sostenible.
Somos un país que se diferencia por el talento de sus productores, que con su trabajo construyen una actividad federal que potencia el desarrollo de la economía, a partir de la innovación y la tecnología aplicada al campo, como pueden ser los OGM, la siembra directa, la edición génica y la agricultura de precisión.
Durante esta gestión nos planteamos importantes logros que con dedicación y esfuerzo cumplimos. Abrimos más de 166 nuevos mercados que demandan nuestros alimentos en cantidad y calidad. Y esto fue gracias a la generación de confianza a partir de cumplir los compromisos asumidos.
Es un trabajo en conjunto con el sector privado que también apuesta todos los días por la Argentina, que crea empleo y arraigo en las zonas donde produce. Muestra de esto es el reingreso de la carne bovina y los limones a los Estados Unidos después de 17 años o, también, el embarque de carne vacuna de la Patagonia hacia Japón, el primero de nuestra historia.
Adquieren relevancia los protocolos sanitarios acordados con China, como equinos en pie, ovinos y caprinos de la Patagonia, carne bovina enfriada con y sin hueso y congelada con hueso, productos pancreáticos para uso industrial, semen y embriones bovinos, y recientemente cerezas. En China tenemos un socio comercial con un potencial de crecimiento difícil de medir.
Logramos exportar por primera vez arándanos hacia ese destino y reanudamos los envíos de mandarinas luego de siete años; la mandarina también llega a Colombia. Después de una década, iniciamos la exportación de miel fraccionada a Brasil, país del cual nos consolidamos como principal proveedor de lácteos.
Los que participamos de esta cumbre fuimos testigos de comprobar las expectativas que creamos hacia el exterior. Hace algunas semanas, participé en la OCDE de la presentación del estudio del capítulo agrícola argentino, donde obtuvimos una importante devolución y reconocimiento por el camino que estamos recorriendo, el de la confianza y la eficiencia.
En los últimos tres años dimos un gran paso para crear herramientas de competitividad y volver a ser parte del comercio internacional. Mediante el diálogo, el trabajo conjunto y reglas claras, pudimos lograr acuerdos con las potencias mundiales, que valoran el esfuerzo que hacemos los argentinos. Sin dudas, este es el camino a seguir.
El autor es secretario de Gobierno de Agroindustria de la Nación
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