
Un lugar donde aún resuenan las historias de malones
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INDIO RICO.- Paraje bravo si los hubo, Indio Rico es un pueblo de 1200 habitantes donde hoy se respira la tranquilidad del interior de la provincia de Buenos Aires. Pero en el siglo XIX, se libraron aquí las más cruentas batallas entre civilización y barbarie.
Los aborígenes que conocían como nadie estas llanuras, se unían de a miles para atacar los asentamientos precarios que se prolongaban a lo largo del difuso límite que el criollo les había impuesto.
Los indiorriquenses agradecen aún hoy la generosidad de doña María Bernasconi que, el 19 de febrero de 1930, logró la aprobación del decreto provincial que fundó su pueblo. A 565 kilómetros al sudoeste de Capital Federal y sobre leyendas de sangre, se fue forjando a la vera del arroyo que le dio su nombre.
Los indios lo llamaban Guetzú Gueyú, que significa rodeado de caldenes (árbol típico de la llanura pampeana).
Tras las invasiones a los aborígenes, los criollos le dieron el nombre de Indio Rico, derivado de la voz araucana úlmen: cacique poderoso o jefe rico. Por sus aguas pasaron los más aguerridos representantes de nuestra tierra ancestral. Aquellos que sorprendieron a los hijos de españoles convirtiendo el caballo en una dócil herramienta de asalto y huida.
Historia de malones
Las crónicas de la época dejaron testimonio de la dureza de la zona y la violencia de los malones que asolaban cuanto veían a su paso.
Uno de estos ataques tuvo lugar el 14 de junio de1870. Los indios entraron por el nacimiento del Quequén Salado (río que da origen al arroyo Indio Rico) sorprendiendo a las fuerzas militares. Numerosos vecinos fueron bárbaramente asesinados y sus viviendas arrasadas por el fuego.
El 5 de agosto de 1877, más de tres mil nativos, a las órdenes del cacique Namuncurá, llegaron hasta la zona de Necochea, arrasando con todo lo que se les cruzaba. El entonces ministro de guerra, Adolfo Alsina, envió dos tropas de refuerzo a esa tierra de nadie, sólo defendida por los fortines. Los designados para comandar a esos hombres fueron el capitán Reyes y el coronel Prado. "El día 14 de agosto conseguí batir a los indios, en un paraje llamado Indio Rico, quitándoles varios cautivos, toda la hacienda vacuna que llevaban y más de 700 caballos y yeguas, pertenecientes a los establecimientos de campo del partido. En este combate hubo varios indios muertos y muchos heridos", narró el Capitán Reyes.
Aquellas tierras salvajes fueron domadas por criollos, inmigrantes españoles, italianos, dinamarqueses, irlandeses, entre otros valientes que lograron que, a partir de 1880, la paz permitiera trabajar y crecer.
Hoy, a más de cien años de estas historias mezcladas con leyendas, que antecedieron a su nacimiento, los indiorriquenses se preparan para festejar su 75° aniversario, oportunidad en la que se presentará un libro con la historia completa del pueblo.
Indio Rico descansa ahora en la tranquilidad de sus calles y la hospitalidad de su gente. Sin embargo, reina allí una calma similar a la que sobreviene luego de las grandes tormentas. Su arroyo corre tenaz como hace siglos, y se mantiene como símbolo de la sangre que arrastró cuando la llanura no tenía dueño.
Ficha técnica
- Fundación: 19 de febrero de 1930.
- Población: 1200
- Dato importante: el 7 de diciembre de 1929, el Ferrocarril del Sur inauguró la estación Indio Rico para transporte de pasajeros, encomiendas y cargas generales.
- Ubicación: a 14 kilómetros de la ruta provincial N° 85, al sudeste de Coronel Pringles.
- Fundadora: María Bernasconi




