Hijos de productores destacados, Germán Fogante, Agustín Avellaneda y Manuel Santos Uribelarrea (h.) ya están al frente de las empresas de sus padres y hoy manejan alrededor de 110.000 hectáreas
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VILLA CAÑAS, Santa Fe.- "Está bien, me gusta la idea. ¿Qué tal si nos encontramos en mi campo? Que Agustín Avellaneda y Germán Fogante no falten porque los voy a esperar con un buen asado", dijo Manuel Santos Uribelarrea (h.).
"Buenos, entonces quedamos en vernos en el campo de Santito. Pero que haga el asado porque no vamos a fallar", contestó Agustín Avellaneda apenas conoció el convite que hizo Uribelarrea (h.).
Hace dos semanas, estos diálogos formaron parte de varias conversaciones telefónicas que este cronista mantuvo con Manuel Santos Uribelarrea (h.), Agustín Avellaneda y también con Germán Fogante, hijos de los productores Manuel Santos de Uribelarrea, Juan Avellaneda y Rogelio Fogante, respectivamente.
En esa oportunidad, sólo un par de referencias generales acerca del objetivo de querer realizar una nota periodística con productores hijos de empresarios destacados del sector bastaron para acordar un encuentro con ellos. Es más, los tres, que en conjunto hoy manejan unas 110.000 hectáreas, se entusiasmaron con la propuesta de LA NACION para que en una entrevista contaran cómo trabajan junto a sus padres, de qué manera se preparan para producir en los próximos años, qué estrategias piensan llevar adelante y cuáles son las cosas que hoy les preocupan del agro.
Manuel Santos Uribelarrea (h.), Germán Fogante y Agustín Avellaneda representan una nueva generación de productores con una mirada amplia del negocio agropecuario. Tienen 26, 37 y 42 años, respectivamente. Mientras al primero aún le quedan unas ocho materias para recibirse de ingeniero agrónomo, Fogante y Avellaneda ya desempeñan esa profesión desde hace varios años. Otro dato más: Avellaneda y Uribelarrea son primos segundo.
Los tres tienen perfiles de empresarios agropecuarios bastante similares. Uribelarrea es un apasionado por las cuestiones operativas del campo, Avellaneda trata de no perderse un solo detalle de la planificación del negocio y Fogante se destaca por sus amplios conocimientos técnicos vinculados a la producción.
Detrás de sí tienen el respaldo del apellido de sus padres y el prestigio de ellos. Rogelio Fogante fue uno de los fundadores de Aapresid, tuvo una participación directa en la producción de variedades de trigo de alta difusión en la Argentina e hizo un gran aporte al cultivo de soja con la utilización de cultivares de ciclos cortos (III y IV).
Por su parte, a Juan Avellaneda, actual presidente de Maizar (Asociación Maíz Argentino), siempre se lo tiene presente por haber sido uno de los primeros impulsores del riego por pivote central, porque logró 180 quintales en este cereal bajo riego, 60 quintales en soja junto a su hijo Agustín, y por su participación en el uso de los primeros tándem de siembra.
En tanto, Manuel Santos de Uribelarrea empezó trabajando junto a su primo, Juan Avellaneda, en el establecimiento Santa Juana, luego se hizo cargo, tras la muerte de su madre, en 1984, de la administración de los campos propios y en 1988 fundó MSU SA, una empresa que comenzó a acopiar cereales y a vender semillas. Además, este productor, que en 1989/1990 implementó la siembra directa en su establecimiento, es miembro del CREA Santa Isabel y socio de la Fundación Producir Conservando.
-¿Qué cosas destacan como enseñanzas de la generación de sus padres?
-Avellaneda: -Creo que tuvimos una muy buena generación anterior a nosotros, porque nuestros padres se mataban trabajando y siempre estaban buscando hacer algo más. Eran visionarios de lo que podía llegar a pasar.
-Fogante: -Ellos nos dejaron la enseñanza de que siempre hay que hacerle frente a las cosas y sacrificarse, porque sin esto último se obtienen pocas cosas. Además, de ellos destaco la honestidad y que se trazaban un objetivo tratando de lograrlo a pesar de las dificultades.
-Uribelarrea: -A mi me enseñaron a crecer en familia y que hay que trabajar para salir adelante. Mi padre siempre me recalcó que para entrar en esta empresa familiar había que realizar un aporte extra que iba más allá de ser su hijo. Eso me produjo un gran desafío y me dio ganas para demostrar que se podían hacer cosas nuevas en este negocio.
-¿Cómo es la relación de trabajo con ellos? ¿Qué ocurre cuando tienen distintas opiniones?
-Avellaneda: -Muchas veces nos hemos sacudido por algunos temas. No obstante, cada vez que terminaba una discusión surgía una excepcional idea. Si los dos hubiésemos sido precavidos, habríamos seguido con las mismas cosas. Las discusiones que tengo con él me divierten, porque cuando yo le digo vamos a apostar a los 140 quintales (en maíz), él dice 180 quintales. Hoy estoy contento de haber pasado por la escuela que tuve con mi padre.
-Fogante: -En algunas ocasiones hemos tenido discusiones, pero siempre tratamos de llegar a un punto intermedio. El con su experiencia y yo con la mía tratamos de hacer lo mejor. En definitiva, tenemos discusiones constructivas y mi papá acepta los planteos que hago si están bien fundamentados.
-Uribelarrea: -Muchas veces hemos tenido choques, porque tal vez mi papá quería ir más despacio y yo trataba de avanzar más rápido. Mi padre tiene más experiencia y una visión global de las cosas. Yo soy más operativo y trato de ponerle energía a los proyectos.
¿En qué los ayudó tener un apellido conocido?
-Avellaneda: - Me dio beneficios. No obstante, a esto no lo tomé como una carga, sino como una oportunidad para demostrarle a mi papá que yo era la persona que en el futuro le iba a poder manejar la empresa.
-Fogante: -En muchos casos se me abrieron puertas con más facilidad. Sin embargo, esto también me generó más responsabilidades.
-Uribelarrea: -Tener su apellido me dio un poco más de responsabilidades. En mi caso, ser su hijo me dio una motivación adicional para hacer las cosas.
¿Cuáles son sus estrategias para manejar las empresas?
Avellaneda: -Hoy a la empresa la tiene que manejar el más capaz. Pero, como a lo mejor el más capaz no lo es para un tema, entonces uno tiene que tener la habilidad para decidir quién se va a encargar de algo en particular. Además, uno no sólo tiene que adelantarse tecnológicamente, sino estar atento a la parte administrativa, a la comercialización y al mercado. También es importante hacer reuniones mes por mes entre los integrantes de la empresa y formar grupos de personas que se pongan la camiseta de ella.
Fogante: -Actualmente, todas las fichas deben estar puestas en la parte organizativa. Es que cuando se empieza a superar una determinada cantidad de hectáreas uno deja de ser productor y pasa a ser un coordinador de la producción, de la logística y de otros actores. También es importante motivar a la gente que trabaja y marcar pautas claras sobre lo que se debe hacer. Una organización debe funcionar bien para poder crecer. Las empresas bien organizadas van a ser más competitivas en el futuro.
Uribelarrea: -Hay que trabajar sobre la capacitación, el management y los recursos humanos. Para mí hoy es fundamental el área de recursos humanos, porque a medida que la empresa crece uno se da cuenta de que hay que empezar a delegar las tareas. En nuestro caso, en un momento lo más importante fue buscar más escala. Ahora estamos más con la parte cualitativa del negocio. Nuestro equipo humano hoy nos permite crecer cualitativamente. Por otra parte, creo que hay que centralizar la parte administrativa y descentralizar la producción. Nuestra empresa, que siembra en 9 provincias y en Uruguay, tiene un gerente por región.
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