“No somos una economía primaria”: destacan las oportunidades del maíz para generar más valor

El presidente del Congreso Maizar 2024, Ignacio Garciarena, invitó a los productores a levantar la vara del maíz y el sorgo. Fue durante la apertura del evento de la cadena en el Goldencenter de Buenos Aires. Dijo que si los jóvenes desean irse del país, pueden hacerlo, pero con la premisa de que vuelvan “más sabios” y mejor “formados”. Durante su intervención también estuvo el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, quien reiteró una promesa para el campo por las retenciones. También el presidente de Maizar, Federico Zerboni, que pidió bajar la presión impositiva.

Garciarena habló de aumentar significativamente el valor agregado, económico y social que esta actividad puede aportar para una Argentina diferente. “La premisa central es que todo este proceso abre innumerables posibilidades de agregar valor, lo que lleva el maíz y al sorgo a convertirse en la base productiva de múltiples materias alimenticias, industriales y hasta de servicios ecosistémicos. No producimos bienes primarios, tampoco tan solo industrializados, producimos bienes complejos a partir de la fotosíntesis, cosechamos a la luz del sol y con su resultante, bioplásticos y biocombustibles y maíces en cientos de formatos y de eso, bienes complejos. No somos una economía primaria. Somos una economía evolucionada que agrega enorme valor, un paso más allá del concepto de cadena. Se impone la necesidad de usar la noción de rieles, conformadas por varios nodos, cada uno de los cuales dispara nuevas transformaciones productivas. Gráficamente, más que una línea central con sus productos, se trata de un sistema complejo”, precisó.

En esa línea, agregó que esto sería posible si funcionara como una red neuronal donde todos sus integrantes se relacionaran entre sí, aportando su contribución y tornando más densa la generación de valor agregado. “Todavía hay mucho que recorrer en transformación en origen, el desarrollo regional, arraigo, sostenibilidad y modelo de negocios. Es por esto que serán transversales de paneles claves en este Congreso, donde abordaremos los temas más relevantes en cada uno de los ámbitos que conforman estas cadenas de valor. Desde las semillas, los suelos, insumos y el agua, hasta la conversión en proteínas animales, la bioenergía y biomateriales, pasando por los marcos regulatorios, los avances tecnológicos en el contexto internacional, la cuestión de infraestructuras los temas de impacto ambiental y las novedades tecnológicas”, relató.

Uno de los temas centrales que está dentro de la agenda del Congreso es “la chicharrita”, cuyo impacto en la pérdida económica de este año se estima en cerca de los US$2200 millones. Por eso, Garciarena recordó que a lo largo del evento también se ocuparían de spiroplasma. “Ese cisne negro con el que hoy nos toca lidiar, porque en el camino siempre hubo altibajos. La buena noticia es que nuestro talento colectivo sigue encontrando soluciones a los problemas que surgen. Somos optimistas”, especificó.

En esa línea, mencionó que justamente es “eso mismo” lo que han hecho desde tiempos prehistóricos: “Levantar la vara, la misma que nuestros hijos seguirán elevando; buscar levantar la vara del maíz y del sorgo, o despertar nuestro talento colectivo”. Por eso, le pidió a los presentes que posteriormente “capturen información”, que se contacten, que armen ideas, se inspiren y carguen de optimismo.

“Vuelvan a sus lotes, a sus fábricas y semilleros, laboratorios y cuéntenle a su gente lo que vivieron. Expresen sin miedo lo que sienten, lo que son: parte de una red maravillosa que genera valor en cada rincón de nuestra querida República. Contagien de optimismo, sobre todo a los más chicos qué van a hacer con ese pasaporte que tienen en la mano. Que se vayan, sí, pero que vuelvan más sabios, más formados que acá los necesitamos. Eso significará que la Argentina finalmente habrá liberado el talento colectivo tantos años enterrado”, resumió.

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