
"Normalmente no ofrece peligro" es el parámetro de la OMS
Todos los productos fitosanitarios nacionales o importados que se comercializan en el país deben estar inscriptos en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Y para los técnicos del organismo el glifosato se encuadra en esta normativa, ya que fue autorizado en 1977 y revalidado en 1999 y es considerado un producto que "normalmente no ofrece peligro", según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Este herbicida está inscripto en el Registro de Productos Fitosanitarios en la República Argentina, que se aprobó por resolución de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (Sagpya) 350/99", dijo Diego José Ciancaglini, ingeniero agrónomo y coordinador de Agroquímicos y Biológicos del Senasa.
En estos días el glifosato es el eje de una polémica, desatada tras las denuncias publicadas en distintos medios sobre contaminación, malformaciones, abortos y hasta muertes por cáncer provocadas por las derivaciones del herbicida.
Consultado acerca de la cuestión, Ciancaglini se atuvo a la resolución 350/99, que adopta para la Argentina especificaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) para productos destinados a la protección de plantas.
"El glifosato corresponde a un producto Clase IV, a una banda de color verde y la leyenda de "Cuidado" en negro, lo que significa que normalmente no ofrece peligro", explicó Ciancaglini.
La clasificación toxicológica, que consta en la etiqueta del producto, según el profesional "responde a resultados de la evaluación de los ensayos efectuados en la Dirección de Laboratorio y Control Técnico del organismo y responde a los parámetros establecidos por la OMS".
El profesional explicó que esta clasificación se refiere a los riesgos y las precauciones ambientales, el tratamiento de remanentes y envases vacíos, el almacenamiento, las acciones ante los derrames, los primeros auxilios, las advertencias para los médicos que intervengan en casos de accidentes y las consultas en caso de intoxicación.
Precauciones
Según Ciancaglini, la aplicación del glifosato, como la del resto de los agroquímicos, debe ser realizada con el asesoramiento de un ingeniero agrónomo y respetando las indicaciones del marbete, "lo cual reduce ostensiblemente los riesgos para el medio ambiente y para el aplicador".
En ese sentido, agregó que el marbete también se refiere al equipamiento adecuado de quien manipula el producto, como protectores faciales, guantes, botas, camisas de mangas largas y pantalones largos.
Consultado acerca de una investigación que se habría realizado en la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), que dio cuenta sobre malformaciones en embriones anfibios expuestos en laboratorio al glifosato, el funcionario respondió: "Hemos pedido el estudio al organismo para opinar, pero aún no tuvimos respuestas".
Y acerca de las denuncias sobre la eventual contaminación residual que deja el producto en el ambiente, respondió que el principio activo [glifosato] "se inactiva en contacto con el suelo, quedando fuertemente retenido, lo que hace improbable la contaminación de napas freáticas o cursos de agua. Los microorganismos del suelo descomponen este producto en elementos naturales, sin dejar residuos tóxicos.
-¿Se pueden evitar las contaminaciones? ¿Se puede controlar que las aplicaciones sean las adecuadas y no arriesguen la salud del aplicador y de la población?
-Controlar 17 millones de hectáreas es imposible. Los controles los deben efectuar las provincias con sus leyes de agroquímicos -concluyó.
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