En el marco del Congreso CREA, los productores destacaron diversas medidas del Gobierno, pero advirtieron por el impacto de la incertidumbre actual
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En el marco del Congreso CREA en Tecnópolis, los productores coincidieron en que las últimas medidas del Gobierno, como la baja de las retenciones, el trabajo por la apertura de mercados y la unificación cambiaria trajeron un cierto alivio, pero advirtieron que el impacto ha sido desigual y que la falta de previsibilidad sigue siendo el principal obstáculo para proyectar inversiones de largo plazo.
Alejandro Giordani, productor de Rufino, Santa Fe, evaluó que el Gobierno está tomando decisiones necesarias para corregir desequilibrios, aunque los tiempos de la política no siempre coinciden con los que demanda el sector. Destacó que varias medidas pendientes se pusieron en marcha y forman parte de un plan económico que, según su mirada, apunta a ordenar el escenario.
Advirtió, sin embargo, que la actividad agropecuaria necesita “reglas claras” y previsibilidad para tomar decisiones de inversión. “Hace 20 años que estamos estancados y no podemos crecer, y cuando no crece la producción, se resiente toda la región, el interior y el país”, señaló y reclamó condiciones estables para poder expandir la capacidad productiva.

Sobre la cotización del dólar, Giordani indicó que la unificación cambiaria permitió al productor vender y comprar insumos al mismo valor, “tras años de cepo e intervenciones”. Consideró que, más allá de las tensiones electorales, es el mercado el que termina ajustando el precio: “Si el mercado dice que tiene que estar en 1500, por algo es”. En su visión, los intentos de manipularlo solo generan distorsiones y el verdadero equilibrio lo marca la dinámica de la oferta y la demanda.
Juan Martín Miretti, productor de Santiago del Estero, señaló que el Gobierno generó “estabilidad macroeconómica” y una expectativa positiva con la idea de una baja de impuestos. “Eso nos motivaba y nos tenía con una expectativa bastante importante”, sostuvo, aunque reconoció que la reciente volatilidad política y económica volvió a instalar la incertidumbre. “Un poco más de lo mismo de estos últimos años. Eso nos desalienta un poco, pero hay que seguir creyendo que tenemos que seguir invirtiendo, pensando en el largo plazo”, afirmó.
Sobre la ganadería, destacó que atraviesa “uno de los mejores momentos desde hace muchísimos años” gracias a la combinación de demanda internacional, buenos precios y la estabilidad del dólar. “El gran problema que tenía el negocio de la ganadería era la inestabilidad y la volatilidad del dólar”, remarcó. En este sentido, advirtió que una vuelta a la volatilidad cambiaria podría poner en riesgo el negocio, aunque aclaró que hoy la actividad sigue siendo rentable y sólida.

En relación con la agricultura, sostuvo que los granos enfrentan “precios internacionales bajos y todavía una carga impositiva importante”, lo que reduce márgenes y limita la rentabilidad. Destacó que la baja de las retenciones “claramente ayudó”, pero señaló que la nueva incertidumbre dificulta hacer previsiones.
“Generalmente, el productor vende según el flujo de fondos, lo que necesita para seguir invirtiendo”, explicó, y planteó que el ruido cambiario actual “no ayuda a ser previsibles” respecto de las decisiones de venta.
Luis Cignetti, productor agropecuario del nordeste de San Luis, explicó que la empresa familiar que integra se dedica a la siembra de maíz y soja. Consultado sobre el impacto de las políticas económicas, señaló: “Venimos de varios años de sequía y el clima en contra, pero tratamos de seguir adelante e invertir produciendo con nuevas formas”. Destacó que, en la comercialización, siguen una estrategia cauta: “Uno va manteniendo la cosecha y la va comercializando a medida que va necesitando o cuando surge alguna inversión”.
Respecto de la reciente baja de retenciones implementada por el Gobierno, Cignetti fue contundente: “Mejoró, pero es muy poco lo que uno nota. Al estar en una zona marginal, no se ve reflejado como un cambio en que gracias a eso vamos a salir’”. Sin embargo, sostuvo la expectativa de que algún día se elimine por completo ese tributo. “Eso lo veríamos reflejado en un beneficio para la empresa”, expresó.

Gonzalo Ropero, productor de Chascomús, destacó que la dinámica de ventas del sector se aceleró en los últimos meses. “La liquidación ya está muy avanzada y más que en otros momentos”, señaló, y mencionó que la necesidad de financiamiento empujó a vender: “Se han juntado liquidaciones de años anteriores con lo de este año. La financiación está cara, necesitás implantar la nueva cosecha y vender tus cereales”.
Consultado sobre las decisiones del Gobierno, sostuvo que las retenciones y la apertura de mercados marcaron la diferencia. “Siempre van a ayudar, y en este caso puntual también es otro factor que se combinó para mejorar el poder adquisitivo y vender”, afirmó. En ese sentido, valoró que “la apertura de los mercados, la desregulación total de cupos [para exportar] y la mejora en las retenciones favorecieron al campo”.
En cuanto al impacto del tipo de cambio, Ropero aclaró que la devaluación no siempre genera un beneficio pleno. “Es una cierta falacia que la devaluación favorece a los productores agropecuarios. Dura muy poquito, hasta que se acomodan las variables de vuelta”, advirtió. Según dijo, “la economía está muy dolarizada, muchos insumos son importados: el contratista, el repuesto, el flete, y todo termina ajustándose al dólar”.

Alejandro Catalán, productor lechero y agrícola de la zona de Los Toldos, expresó la incertidumbre que atraviesa el sector frente al escenario económico actual. “La fluctuación del dólar afecta gravemente al campo: el tipo de cambio, el costo de producción, todas esas variables están a la expectativa de los resultados políticos”, señaló.
Respecto de la baja de las retenciones, indicó que el impacto fue limitado, pero positivo. “Nos ha ayudado un poquito, porque nos ha cambiado la expectativa para el año que viene, para sembrar, para trabajar con unos precios que en perspectiva se ven un poco mejor que hace unos meses”, explicó. En ese sentido, remarcó que “al tener un precio un poco mejor con la baja de retenciones, podemos proyectar mejores precios, mejores ganancias y arriesgar a sembrar”.
Consultado sobre la reciente suba del dólar, Catalán describió sus efectos contrapuestos según la actividad. “Al productor agrícola lo beneficia, porque los precios son en dólares y si el dólar sube, el producto se cotiza más en pesos”, dijo. Sin embargo, aclaró que en la lechería la situación es distinta: “El 60% de los costos están dolarizados, pero yo cobro en pesos mi producto. Entonces, me suben los costos de producción y no me sube el precio final de la leche”.

Por otra parte, Eugenio Allende, productor ganadero en Formosa, agregó que las medidas del Gobierno aún no han tenido un impacto directo en su actividad. “El sector ganadero es un sector de largo plazo, todo su proceso, no tuvo tiempo esta medida de causar efecto inmediato”, señaló. Valoró que “lo bueno ha sido la apertura de las exportaciones, tener menos trabas”, aunque reconoció que los costos siguen siendo elevados.
El productor sostuvo que la principal dificultad actual está en el financiamiento. “La tasa de interés para un sector de mucho capital es totalmente inaccesible", dijo. A pesar de este panorama, admitió que “la ganadería en este momento está en su mejor momento en cuanto a precios”, aunque los altos costos limitan esa mejora.
Allende subrayó la necesidad de reglas claras para el sector. “Yo creo que, como toda la actividad económica, falta previsibilidad”, afirmó y agregó que en la Argentina se vive en “el corto plazo y hoy está muy bravo el sistema”.
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