La cita era a las 8 de la mañana en Calle 14 y Avenida San Martín para de allí dirigirse en caravana al juzgado que lleva adelante el concurso de acreedores de la empresa Vicentin . El objetivo era, a través de un bocinazo masivo, rechazar la intervención y expropiación de la compañía.
Con la puntualidad justa, cientos de vecinos y productores en sus autos, camionetas y tractores se reunieron en la sede de la firma agroexportadora para marchar al ritmo de las bocinas ensordecedoras.

Con los brazos en alto por fuera de las ventanillas y con banderas argentinas partieron a paso de hombre hacia los tribunales del juez en lo civil y comercial Fabián Lorenzini, en Reconquista.
Luego de que el Gobierno decidiera terminar con las conversaciones con los directivos de la cerealera y seguir la marcha con la expropiación, cientos de productores, vía redes sociales, decidieron convocar a una movida para expresar su rechazo a la medida del presidente Alberto Fernández.

Reacción de productores
Esta decisión del Gobierno está produciendo reacciones en el sector. Anoche, un grupo de productores autoconvocados de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, dirigentes agropecuarios y de la política, participaron de una asamblea virtual donde analizaron con preocupación el caso Vicentin, con un "Poder Ejecutivo que claramente avanza sobre el Poder Judicial, y abre las puertas para que toda la cadena empresarial, agroindustrial y agroalimentaria bajo potencial riesgo de intervención estatal con o sin fin expropiatorio".

"Lo que se olvidan es que el Estado se queda solo de retenciones con el alimento de 80 millones de personas. Si hay hambre en la Argentina no es culpa de los que producen o comercializan el alimento, sino de un Estado ineficiente que no lo sabe distribuir o lo malgasta en burocracia y corrupción", dijeron en un comunicado.

"Los que trabajamos estamos convencidos de la persecución ideológica que lleva adelante este Gobierno, empobreciendo al pueblo, nivelando hacia abajo. Hoy más del 50% de los argentinos ya dependen del Estado y eso no habla bien de un Gobierno que de los últimos 18 años gobernó 14 años. La paciencia en el interior productivo se está agotando. El mismo sigue invirtiendo pero ¿Hasta cuándo?", se preguntaron.
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