Envases. La importancia de la presentación de los productos para el comercio
Aunque no lo parezca, la industria del packaging es fundamental dentro de la cadena de valor; antes de exportar, es clave conocer las normativas de cada país para lograr una inserción exitosa
Los vemos diariamente, pero desconocemos su importancia. Los envases de los productos que consumimos se ajustan a un conjunto de normas y estándares que en la Argentina están regulados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para garantizar que su calidad se preserve, ya sean productos cosméticos, farmacéuticos, alimenticios o de otro tipo.
De su correcto diseño y material dependerá que los productos puedan ser comercializados dentro y fuera del país, por lo que las normas y requisitos técnicos del packaging dependerán directamente de cada mercado.
"En líneas generales, todos los países exigen que en el frente del envase aparezcan la marca, la descripción del producto, el contenido, el origen y quién es el fabricante, con el texto en el idioma del país importador o, al menos, un sticker con todos esos datos", señala Ricardo Tauil, diseñador industrial y docente de Envases y Embalajes de la Carrera de Comercio Exterior de la Fundación ICBC.
"Por ejemplo, para vender un cepillo dental en la Argentina es suficiente con esta información en el envase. Pero para venderlo en Chile o Uruguay debe tener el número de registro en el Ministerio de Salud", añade.
La definición de envase contempla a estos productos fabricados con distintos materiales, utilizados para contener, manipular, proteger, distribuir y presentar mercancías. El embalaje, en tanto, se entiende como "los materiales o estructuras que protegen a los alimentos, envasados o no, contra golpes o cualquier otro daño físico durante su almacenamiento y transporte", de acuerdo a la definición del Código Alimentario argentino, que dispone los criterios generales para los productos comercializados dentro del Mercosur. También se encuentra como referencia la ley de lealtad comercial.
Entre otras cuestiones, el envase es una herramienta de marketing que se inserta en una estrategia comercial. Roberto Bloch, autor del libro Envases y embalajes para el comercio internacional, dice que "en el actual contexto económico, incrementar la diferenciación mejora la posición frente a la competencia".
"Cuando se desarrolla un envase –añade–, este debe cumplir necesidades diversas: marketing, fábrica e ingeniería, compras, investigación y desarrollo, distribución y atención al consumidor. El diseño de un envase es óptimo cuando se emprende una tarea de reflexión creativa, cuyo objetivo será, por una parte, el aspecto gráfico, y por otra, el volumen, la forma o el material a utilizar".
Este diseño se apoya en la selección de colores, en la forma y en la información que surge de la etiqueta (que lleva la marca y el código de barras, entre otros elementos, como la información nutricional). "El código de barras EAN rige a nivel internacional, excepto para Estados Unidos y Canadá", expresa Bloch, un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de exportar a estos mercados.
Clasificación
Existen envases primarios, que son los que están en contacto directo con el producto envasado, y envases secundarios, que son los que están en contacto directo con el envase primario.
Los envases primarios deben cumplir con las máximas exigencias de inocuidad alimentaria (de mínima migración del material usado), que deben cumplir con una regulación específica.
A su vez, los envases pueden clasificarse por material: papel y cartón, plásticos, vidrio, hojalata o laminados. En todos los casos se necesitan certificados emitidos por la Anmat como "material apto para alimentos". En Estados Unidos, el ente regulador es la Food and Drug Administration (FDA), y en Europa es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
"Actualmente, las empresas que forman parte de la cadena alimenticia (tanto los proveedores de insumos como de alimentos) mínimamente deberían tener la certificación en Haccp (certificación de inocuidad). En el mundo está avanzada la certificación de FSSC22000, una norma relacionada a la inocuidad, defensa alimentaria y fraude alimentario. Esta certificación genera un reaseguro de calidad que favorece la posibilidad de exportar, y tiene muy buena imagen a nivel mundial", destaca el experto de la Fundación ICBC.
Pero, como sucede en otros rubros, para exportar también se necesita importar. "Cuando se importan materiales para envases para alimentos, todos deben ser aprobados por el Instituto Nacional de Alimentos (INAL), y si se quieren registrar los envases se les otorga un número de registro nacional (RNPA), que se debe tramitar en el Instituto de Bromatología Tomás Perón", dice Tauil. Una exigencia común en muchos países es solicitar ensayos de migración de metales pesados, para confirmar que los alimentos no estarán contaminados, por ejemplo, con plomo.
A nivel Mercosur, se trabaja hace más de veinte años para hacer normas únicas: se unifican criterios y se determinan parámetros para colorantes, plásticos, cartulinas y aditivos. Así, se definió qué es un envase, un ingrediente y cómo debe ser la rotulación.
De esta manera, se simplifican y unifican las exigencias reglamentarias entre los países que forman parte, favoreciendo la comercialización.
La industria del packaging en la Argentina
Siendo una parte esencial de los productos de consumo, el packaging está dentro de la cadena de valor y está atada a los vaivenes de la economía.
Jorge Acevedo, gerente general del Instituto Argentino del Envase (IAE), señala que actualmente la industria se encuentra en un momento estable, en comparación con años pasados, y representa aproximadamente el 1,5% del PBI. Además, dice que entre envases flexibles y rígidos hay unas 1500 empresas fabricantes. "Después existen cerca de 3800 empresas que están relacionadas con la industria, incluyendo máquinas, etiquetas, tapas y precintos; la gran mayoría de ellas son pymes".
Cifras del Ministerio de Producción indican que en 2018 el sector de envases en general involucró 16.000 puestos de trabajo, de los cuales envases de papel y cartón emplearon cerca del 60%.
El informe evidencia que la fabricación nacional de envases de vidrio (vacíos) fue exportada en los tres primeros meses de 2019 a Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile, por un valor de US$10,5 millones, mientras que la fabricación de envases de cartón (tetra) se exportó en un 80% a Chile. El total exportado fue de US$15,5 millones. En tanto, la fabricación de envases de lata, que se exportan en un 98% a Uruguay, registró ventas al exterior por US$270.000 en los tres primeros meses del año.
No hay cifras precisas sobre empresas de fabricación de embalajes. Sin embargo, pymes como Multicajas, que lleva 40 años en el mercado, dan cuenta de las necesidades de los exportadores.
Leonardo Rabinovich fundó la empresa, que hoy tiene cerca de 30 operarios, y cuenta a la nacion cuáles son las dudas con las que llegan los empresarios a la hora de concretar el correcto embalaje para colocar sus productos en el exterior: "En general nos buscan exportadores de todo tipo, pero son las pymes las que necesitan soluciones rápidas y por eso nos buscan. Usualmente el exportador no tiene espacio suficiente en bodega para las cajas y la imprevisibilidad en el envase, de acuerdo a mi experiencia, es mayúscula. Por eso tenemos un stock con más de 700 medidas de caja listas".
La industria de envases y embalajes del país representa 1,5% del PBI
Rabinovich dice que el material del embalaje depende del producto que se va a enviar y del destino al que se va a enviar, por cuestiones técnicas, y que las normativas de cómo se necesitan recibir los productos en el exterior son dadas, generalmente, por el comprador, que las solicita al exportador.
"Hemos realizado embalajes para el sector frutihortícola, electrónico, alimenticio y automotriz, entre otros. Para cada uno de ellos el embalaje exige diferentes cuestiones, que tienen que ver con la resistencia, es decir, la capacidad de soportar golpes durante el transporte y la distribución", cuenta.
Tendencias
Cuestiones culturales de cada mercado, las actitudes de los consumidores, los aspectos legales y de medio ambiente, los nuevos procesos de fabricación de productos y la tecnología son factores que impactan en el desarrollo de la industria, desde el punto de vista de materiales biodegradables, por ejemplo.
Para Acevedo, "los envases no son dañinos para el ambiente, sino la disposición final de ellos. El envase, sobre todo el plástico, no es un desperdicio, sino un recurso: puede ser un recurso energético o de materia prima para ser reutilizado. Lamentablemente en nuestro país todavía no están dadas las condiciones para implementar sistemas avanzados de reciclado".
"Hay una tendencia –agrega– que busca utilizar biopolímeros, provenientes de los vegetales, y también se están adoptando medidas para la disminución de los micronajes de los envases para bajar la cantidad de material utilizado. El espesor de un envase se mide en micrones, una unidad de medida dentro del sistema métrico decimal: lo que no llega a un milímetro se mide en micrones", explica.
También se utilizan materiales compostables que se degradan en relleno sanitario, bajo determinadas condiciones, ya que el material biodegradable necesita los microorganismos que se alimentan de ese material. "Ya se han hecho estudios donde se desentierran residuos de mas de cien años y se encuentran en perfecto estado. Todo tiene que ver con las condiciones en las que se dispone el residuo", dice.
El gerente general del IAE destaca que en cuanto a innovación y desarrollo de nuevas alternativas el sector apunta a la industria 4.0, donde las máquinas adquieren más protagonismo en cuanto a producción, y destaca que, en la región, el país es uno de los más desarrollados: "La industria del envase es una de las más modernas no solo en la Argentina, sino también en el mundo. No somos la excepción en el tema de la automatización y tenemos un muy buen nivel de profesionales para avanzar".