Cómo mejorar la calidad de la telefonía e Internet móviles
La calidad del servicio de telefonía e Internet móviles en la Argentina se ha venido deteriorando sensiblemente en los últimos años. Es cada vez más frecuente tener cortes de llamadas, mensajes que no llegan a tiempo y dificultad para acceder a Internet vía los servicios 3G, que prestan las compañías. Las causas de este deterioro pueden resumirse en una sola: una explosión en el crecimiento del parque de teléfonos móviles y en la demanda de servicios utilizados por los usuarios sin una simultánea evolución de la inversión y recursos disponibles para prestar esos servicios (oferta).
El Gobierno acaba de emitir un decreto (681/2013) que podría suspender la venta de líneas móviles si las compañías no mejoran la calidad del servicio. Para resolver el problema, sin embargo, es preciso tomar medidas de corto y de mediano plazo. Las de corto plazo implicarían instalar más antenas para hacer un uso más intensivo de las frecuencias ya asignadas a las compañías para prestar los servicios. Esta medida, sin embargo, podría aliviar el problema, pero no lo resolvería, ya que al repetirse el uso de las frecuencias hay más interferencia y congestión en las redes y la instalación de más antenas está encontrando una gran resistencia por parte de autoridades locales y vecinos.
La medida de mediano y largo plazo que sí solucionaría el problema sería la ampliación del rango de frecuencias que el Gobierno asigna a la telefonía móvil. Al observar el rango asignado de frecuencias para telefonía e Internet móviles en 15 países de América latina, se distingue que la Argentina dispone de sólo 170 megahertz (MHz) para 55 millones de teléfonos celulares, capacidad similar a la de Honduras, que tiene sólo ocho millones de celulares. Chile cuenta con 380 MHz disponibles para 22 millones de celulares. En el caso de Colombia, se dispone de 440 MHz para 46,5 millones de celulares. Perú cuenta con 280 MHz para sólo 8,6 millones de celulares y Uruguay, con 310 MHz para menos de 5 millones de móviles.
Queda claro que en nuestro país el recurso esencial para prestar servicios móviles (las frecuencias asignadas disponibles) es demasiado pequeño para la cantidad de teléfonos celulares y de servicios que los usuarios demandan, lo cual genera problemas de congestión en las redes y deterioro en la calidad del servicio.
La solución definitiva al problema sería entonces ampliar el rango de frecuencias asignadas a la telefonía móvil a través de un mecanismo de subastas competitivas con la posibilidad de que ingresen nuevos operadores al mercado.
Las frecuencias devueltas por Movistar luego de su fusión con Movicom en 2004, en el rango de 825-875 MHz y 1890-1970 MHz, y asignadas a Ar-Sat luego de una licitación infructuosa, sumadas a las frecuencias recientemente asignadas por la Secretaría de Comunicaciones a servicios de telefonía móvil en el rango de 1710-1755, 2110-2155 MHz y 698 a 806 MHz, podían conformar un paquete muy atractivo para operadores de alto nivel internacional que quisieran entran al mercado local a competir con los operadores ya establecidos, ofreciendo mejores y más servicios a precios más competitivos.
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