El cargo de CEO viene con un gran sueldo... y con presión
Sépalo de entrada: el sueldo de un CEO es envidiable; la presión que sufre, quizá no tanto. La carrera y remuneración total del número uno de la compañía está sujeta a resultados y en un país como la Argentina, con cambios de reglas constantes, los números suelen ser inciertos.
Con un salario, según el consultor Bernardo Hidalgo, de entre 3 y 5 millones de pesos anuales para compañías que superan los 500 empleados y que en varios casos son multinacionales, ganan la carrera quienes están hoy en los mercados más dinámicos: petróleo y telecomunicaciones.
La compensación total consta de un fijo, un variable de corto plazo -el bonus o su sueldo multiplicado-, y el variable a largo plazo en forma de stock options que los encierra en una "jaula de oro" para que no se vayan a otra compañía. Los variables, una enorme parte de su sueldo, están sujetos a performance de la compañía o "a riesgo de cobro", como suele llamarse.
Los altos ejecutivos de la Argentina fueron castigados por el impuesto a las ganancias en los últimos años. Los números de la consultora Mercer (que presentará el 15 de abril su 24° Foro de Recursos Humanos) dejan ver que si en 2008 tributaban el 4% de su sueldo, en 2014 llegaron al 22 por ciento. Además, se duplicó la cantidad de ejecutivos que pagan el porcentaje máximo de ganancias (el 35% por encima del tope o del valor gravado) entre 2012 y 2014.
En una escala un poco menor, el promedio para el director de una compañía en la Argentina, según la encuesta de Mercer entre sus clientes, gana un promedio de 10.212 dólares por mes ($ 132.756 pesos si se calcula un dólar a 13 pesos); 10.894 (141.644 pesos) en Perú; 15.128 en Brasil (196.664 pesos), y 15.609 en Chile (202.917 pesos).
La pirámide se invierte cuando se habla de salarios de técnicos y operarios en dólares, donde en la Argentina son los más altos de la región con 1340 dólares ($ 17.429) en este país contra US$ 1115 ($ 14.495) en Brasil, US$ 1102 ($ 14.326) en Chile, US$ 856 en Perú ($ 11.128) y US$ 832 en México ($ 10.816).
La estructura salarial entonces favorece el éxodo de los altos ejecutivos hacia el resto de la región. Aquellos que tienen el talento para anticiparse buscan entonces nuevos horizontes. También esta pirámide presenta una pobre ventaja competitiva a la hora de incentivar la inversión extranjera y crear así nuevos empleos en blanco genuinos. Sólo 32 por ciento de los ocupados son asalariados privados registrados y ésta es la gran deuda pendiente.
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