El deporte, un camino para estudiar gratis en los EE.UU.
Ser habilidoso para jugar al fútbol, al tenis o al golf puede resultar un pasaporte para estudiar gratis en algunas de las universidades más reconocidas de los Estados Unidos. De eso se ocupa Martín Duhour, que creó el International Student Exchange Program para promover el otorgamiento de becas a chicos argentinos con virtudes deportivas e inquietudes académicas.
Hace una década, Duhor, que ahora tiene 29 años, viajó a Lima como integrante de la selección argentina de béisbol para competir en el campeonato sudamericano de la especialidad. Los resultados no acompañaron, pero él volvió con una sonrisa de oreja a oreja. Un representante del McKendree College, de EE.UU., le ofreció una beca para estudiar una carrera y perfeccionarse como jugador de béisbol en esta universidad, la más antigua del Estado de Illinois.
Su experiencia de cinco años en el hemisferio norte le permitió regresar a Buenos Aires con un título de licenciado en Marketing, Management y Administración de Empresas, y un proyecto para iniciarse en el mundo de los negocios: crear una entidad para que otros compatriotas pudieran transitar en el futuro por su mismo camino.
"La propuesta apunta a los estudiante secundarios de los últimos dos años y a los recién egresados que quieran estudiar en los Estados Unidos -explica-. Lo que yo hago es vincularlos con las universidades que tienen programas para detectar nuevos talentos deportivos."
El emprendedor recluta interesados en colegios y clubes y los entrena durante tres meses, hasta que llega el momento de partir. Para ello cuenta con un staff de 20 profesores.
Los viajes se realizan en julio y la experiencia en los campus norteamericanos se extiende durante tres semanas. Durante ese tiempo, los argentinos, junto con aspirantes de todos los países del mundo, son evaluados por head coaches de las universidades de Saint Louis, Washington, Illinois y Missouri. Los que son seleccionados obtienen becas para estudiar durante cinco años, con todos los gastos a cargo de la institución que los elige.
¿Cuál es el motivo por el que las universidades invierten en esta modalidad? "El deporte es para ellos una herramienta de relaciones públicas muy importante. Los equipos le dan prestigio a la universidad, les permiten conseguir patrocinadores que hacen grandes aportes económicos, sirven como incentivo para convocar nuevos alumnos y también como semillero para nutrir las ligas profesionales", justifica Martín.
Contingentes exitosos
El primer viaje se realizó en 1998. El contingente estuvo integrado por 68 aspirantes, y el 70 por ciento obtuvo beca completa o media beca.
En 1999 fueron 100 y 90 resultaron seleccionados. Para este año los inscriptos ya son 120. Para intentarlo, cada chico paga $ 3300, y esto incluye la preparación en los meses previos y la cobertura de todos los gastos que demanda el viaje, incluido el acompañamiento de un equipo de 20 profesionales.
El 80 por ciento de los que viajan lo hace para probar suerte como futbolista (el soccer goza de gran popularidad entre los universitarios norteamericanos, aunque por ahora no están muy dotados para estos menesteres). El resto se divide por partes iguales entre tenistas y golfistas, de modo que también existen oportunidades para las chicas.
"El viaje funciona como una vidriera para que compitan y se hagan ver. Pero otro de los objetivos es proponerles una nueva experiencia cultural, ya que también asisten a clases como oyentes, perfeccionan el inglés y visitan museos."
Como la facturación del emprendimiento se limita a los cuatro meses del año en los que se realiza el programa, Martín Duhor también creó una empresa de servicios deportivos, para organizar actividades recreativas y pedagógicas en los countries.
"Desarrollamos competencias, proveemos el staff de profesores y nos insertamos en un mercado con muchos clientes potenciales para los viajes a los Estados Unidos", señala el promotor de becas.
En números
Facturación: durante 1998 el International Student Exchange Program recaudó $ 198.000, en 1999 pasó los $ 330.000 y para este año proyecta superar la barrera de los 400.000 pesos.
Acumulado: en dos años, las becas obtenidas por los participantes en el programa ya suman más de $ 6 millones.
Ahorro: el 95 % de quienes aspiran a estudiar en los EE.UU. son chicos. Si tuvieran que pagar, no les costaría menos de 20.000 dólares por año.