El interés de Pemex en Repsol YPF
CIUDAD DE MEXICO.- "¿Qué se le ha perdido a Pemex en Repsol YPF?", se preguntan en Madrid y Buenos Aires, pero también en Ciudad de México. Caballo de Troya o convidado de piedra en una lucha de poder que le resulta distante, la estatal mexicana no ha querido o no ha sabido explicar las razones de su asalto al accionariado de la petrolera española, a tal punto que el Senado mexicano ha pedido al secretario de Hacienda de su país, Ernesto Cordero, detalles sobre la contratación de deuda por parte de Pemex para la adquisición de participaciones de Repsol. Juan José Suárez Coppel, director de la compañía, se ha limitado a detallar que la operación le costará a la empresa US$ 1700 millones, el 70% de los cuales serán financiados con deuda.
Con la operación, Pemex y la constructora española Sacyr Vallehermoso sindicaron sus derechos de voto y alcanzaron una participación conjunta en la petrolera del 29,8%. Según Suárez Coppel, la finalidad última de esta estrategia es aumentar la capacidad de ejecución de la compañía pública y desarrollar los activos existentes en el país. Cerrada al capital extranjero, Pemex podría ahora explorar en las aguas profundas del Golfo de México de la mano de Repsol.
Funcionarios de la firma mexicana aseguran que Pemex no está interesada en realizar ninguna oferta pública de adquisición (OPA) ni en moverle la silla al presidente de Repsol, Antonio Brufau, que mantiene un abierto enfrentamiento con Luis del Rivero, presidente de Sacyr. Sin embargo, Sacyr y Pemex manifestaron en un comunicado conjunto que aspiran a "la separación de funciones del presidente del Consejo de Administración y del primer ejecutivo para que cada una la desarrolle un miembro del consejo". Ambos cargos son asumidos en la actualidad por Brufau.
Pemex pasará del 5% al 9,8% de los votos, que le dan derecho a un consejero adicional al que ya tiene en Repsol. Junto al 20% de Sacyr, se quedarían a un paso (el que falta para alcanzar el 30%, de acuerdo con las leyes del mercado de valores español) de verse en la obligación de presentar una OPA por el control de la firma. Suárez Coppel desestima que Pemex pueda enfrentar alguna batalla legal ante la oposición de Brufau a este acuerdo sindicado, pues asegura que se han cuidado de respetar la ley para ejecutar la transacción corporativa.
Pero ni siquiera los consejeros profesionales de Pemex tienen claro el sentido de la operación: "Sabemos lo que sabe todo el mundo, lo que no quiere Pemex; pero qué ganará, no", dijo el consejero Fluvio Ruiz Alarcón. En conferencia de prensa, Suárez Coppel había enumerado lo que Pemex no busca en Repsol: ni su petróleo ni su gas ni operar sus activos en América.
Ruiz Alarcón y otros dos consejeros profesionales acordaron solicitar, por primera vez desde que se creó esta figura, que el presidente del consejo de administración de Pemex, José Antonio Meade, convoque a una reunión extraordinaria. Y Rogelio Gasca Neri, el único consejero profesional que no firmó esta petición, por considerar que la compra aún no se ha cerrado, sostiene que la empresa violó la regulación mexicana para los organismos públicos descentralizados.
Las autoridades argentinas temen que esta alianza derive en cambios en YPF.
lanacionar