
En 2012 harían un millón de autos
La Argentina podría producir esa cantidad, según el principal analista de PricewaterhouseCoopers
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Aunque la inflación es un riesgo siempre latente, el crecimiento de la industria automotriz argentina continuará en los próximos años y, de hecho, el año próximo podrían llegar a fabricarse más de un millón de vehículos en las terminales locales.
Estas son las principales conclusiones que expuso ayer, en el Salón Internacional del Automóvil, Calum MacRae, líder global de Autofacts, la rama de la consultora PricewaterhouseCoopers especializada en industria automotriz. El economista fue uno de los expositores del seminario organizado por la Asociación de Fábricas de Automotores y luego brindó una entrevista a La Nacion. En el seminario mostró sus proyecciones: de las 724.000 unidades fabricadas el año pasado se pasaría a 900.000 en 2011 y a más de un millón el año próximo. En 2017, la producción anual podría llegar a 1,4 millones de unidades.
–¿Cómo ve la industria automotriz argentina hoy?
–Creo que ha tenido una década muy exitosa. Entre 2000 y 2010, las ventas han crecido desde 300.000 vehículos anuales vendidos al comienzo de la década hasta casi 700.000 vehículos el año pasado. Ese éxito también se repitió en la producción de autos. En 2000, la Argentina era el 24° mayor productor mundial y en 2010 fue 16°. El crecimiento en la industria se aceleró desde 2005, con nuevos programas por parte de varios fabricantes, que sacaron nuevos modelos e invirtieron en nuevas plataformas.
–¿Qué lugar cree que ocupará la industria automotriz latinoamericana en el contexto global?
–La población de toda América latina suma unos 490 millones de personas; eso la ubica, en el largo plazo, como cuarto bloque regional, después de China, la India y Europa. Pero todo depende de cuán sustentable sea el crecimiento económico. Siempre que se crece rápido hay riesgo de inflación. Lo vemos en China, donde hay una desaceleración en el crecimiento del mercado automotor debido a las medidas contra la inflación.
–¿La inflación puede ser también una amenaza para la industria en países como la Argentina?
–Ese siempre es un riesgo cuando se crece muy rápido. Cuando las economías crecen hay reclamos salariales, hay más dinero y hay mayor riesgo de inflación.
–¿Los problemas comerciales entre la Argentina y Brasil pueden afectar la radicación de inversiones en la industria automotriz?
–La Argentina y Brasil deben entender que es una relación de beneficio mutuo. Y esos beneficios superan ampliamente cualquier disputa puntual sobre la balanza comercial. Es una disputa de corto término, que duró un par de meses. Y las perspectivas de las inversiones automotrices duran de 5 a 7 años. Entonces, creo que el daño que puede causar [el conflicto] a las inversiones en el largo plazo es muy limitado.
–¿En América latina se puede fabricar toda la gama de vehículos o se va a tener que especializar en algún segmento en particular?
–Creo que en América del Sur tienen que producir hacia la demanda del mercado. El mayor mercado en la región es Brasil, entonces los autos pequeños son los que más se van a producir en la región. Dicho esto, si mirás a la Argentina ves que el segmento de las pick-ups es un gran mercado. Es probablemente uno de los mercados de pick-ups más grandes del mundo. En el futuro, si quieren construir una industria con mayor integración de proveedores locales, quizá tengan que especializarse en un tipo de vehículo particular para lograr economía de escala. Pero cuando la industria y el mercado están creciendo como ahora no hay muchas razones para cambiarlo. Cuando se enfríe, ahí quizá sí haya que pensar en enfocarse en algún tipo de vehículo particular.
–¿Qué pasará con el desarrollo de los vehículos eléctricos?
–Los vehículos eléctricos llevan batería a base de litio. La Argentina tiene la tercera mayor reserva de litio del mundo, y de sus 40 millones de habitantes un tercio vive en Buenos Aires, con lo cual no aparece el problema de los rangos de alcances que tienen los vehículos eléctricos en países con la población más dispersa. Si pueden hacer investigación y desarrollo en materia de uso del litio, creo que la Argentina puede beneficiarse mucho de esa tecnología.





