Free shops: ya no son más baratos que los comercios
Las ventas de las tiendas de los aeropuertos cayeron 60%
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El free shop del aeropuerto internacional de Ezeiza tiene apenas seis curiosos que llegan desde Santiago, Chile. Son las 20 de un jueves de abril. Miran, prueban los perfumes, preguntan algunos precios, la mayoría se va sin comprar nada. Uno de ellos, argentino, llama la atención sobre las pocas posibilidades que tiene de adquirir un Calvin Klein Eternity para hombre, que ronda los 50 dólares.
"Lo tendría que haber comprado en diciembre, a 50 pesos. Ahora, a 150, ni pienso", se lamenta. La vendedora les advierte a los pasajeros que son los últimos productos que se venden con esos valores, porque podría haber aumentos cuando se renueve el stock.
No cambió el free shop. Cambió la Argentina. Y los efectos repercutieron en la actividad de ese local, que pertenece a The Exxel Group. Sólo durante el primer trimestre del año, el volumen de ventas cayó alrededor del 60% en relación con el mismo lapso de 2001, según calculan en la empresa.
El escenario generó situaciones insólitas: muchos productos son hoy más caros en el Duty Free Shop -es decir, la tienda libre de impuestos donde en los últimos años eran más baratos- que en diferentes locales de la calle. La realidad contradice en parte la frase promocional de la compañía, que argumenta desde su página de Internet: "Nuestros precios son un 40% más bajos que los del mercado local".
No por mucho tiempo
Pero la contradicción no podría extenderse por mucho tiempo. Ya en muchos locales del área metropolitana se preocupan por avisar que, cuando se agote el stock, habrá productos que prácticamente será imposible encontrar en los comercios. Y ahí sí, la única fuente volverán a ser los free shops de todo el mundo. "A nosotros nos va a salir mucho más traer estos artículos de afuera", adelantaron.
Pueden citarse algunos ejemplos: la crema 50 ml de Biotherm, un gel hidratante femenino, cuesta 32 dólares (casi 90 pesos) en el aeropuerto y 62 pesos (22 dólares) en una perfumería del Unicenter, en Martínez. Un juego infantil electrónico vale 45 dólares (125,55 pesos) en Ezeiza y 110 pesos (39,4 dólares) en El Mundo del Juguete, de la Capital Federal.
El perfume Armani Acqua Di-Gió para hombre, que no baja de los 35 dólares en el free shop, puede adquirirse por 60 pesos (21 dólares) en las perfumerías Pozzi. Y el Polo Sport, con una tarifa similar en la terminal aérea, cuesta 70 pesos en el microcentro. El spray Happy, de Clinique, de 50 ml, para mujer, cuesta 33 dólares (92,07 pesos) en el Duty Free Shop y 71 pesos (25,44 dólares) en los locales de Pozzi.
El panorama se agrava con los electrodomésticos. Quien desechó en diciembre la oportunidad de comprar un stereo con CD para su automóvil en unos 350 pesos o dólares, deberá hacerlo, si puede, por 976,5 pesos en el mismo lugar. Hay, en cambio, excepciones en las golosinas. Por ejemplo, una caja de 24 alfajores mixtos Havanna, que tiene un precio de 6,9 dólares (19,53 pesos) en el aeropuerto, es un poco más cara en la calle: alrededor de 21 pesos.
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