Juan Cruz Díaz: “El desafío es generar condiciones estructurales que permitan sostener el ordenamiento”
El managing director de Cefeidas Group señala que el gobierno de Javier Milei generó un interés en el exterior como hace tiempo no ocurría, pero advirtió que para que las inversiones se materialicen, la Argentina debe lograr consensos para solidificar la estabilidad
9 minutos de lectura'

Juan Cruz Díaz es managing director de Cefeidas Group, una consultora que asesora a empresas multinacionales y a inversores internacionales que operan en América Latina en asuntos estratégicos, regulatorios y de política pública. En una entrevista con LA NACION, Díaz señala que el gobierno de Javier Milei generó un interés en el exterior como hace tiempo no ocurría, pero advirtió que para que las inversiones se materialicen, la Argentina debe lograr consensos para solidificar la estabilidad.
–¿Cómo ven los inversores del exterior al gobierno de Milei?
–Es muy difícil de generalizar a los inversores, porque cada uno tiene un apetito de riesgo distinto, pero sin dudas la irrupción de Javier Milei en la presidencia generó un interés y movilizó la atención hacia la Argentina como hace tiempo no se veía.
–¿Más interés incluso del que hubo en el gobierno de Macri?
–Incluso más. Javier Milei fue muy explosivo, sobre todo al principio. Primero, tuvimos la sorpresa. Mauricio Macri era una persona que conocíamos. Para muchos pudo haber sido una sorpresa que ganó, pero trabajó con muchísimo método la construcción de un partido político que tenía ambición por gobernar. Además, tuvo en la Ciudad de Buenos Aires mucha presencia internacional. A Javier Milei lo conocíamos los que veíamos la televisión cuando aparecía, no tenía proyección internacional y fue una sorpresa. Él además tomó el camino de ser explosivo. Su aparición en el mundo para la comunidad de inversores fue el foro de Davos [Suiza], en enero de 2024, y dio un discurso explosivo que capturó la atención de muchos sectores internacionales. A partir de ahí, empezó a vencer los escepticismos.
–¿Por qué?
–Porque muchos dijeron que no podía ganar y después la duda era si iba a poder formar un gobierno, si iba a lograr tener algún tipo de resultados. Hoy, 18 meses después, tiene algunos resultados que mostrar.
–¿Qué es lo que más se valora?
–Lo que más escucho es el orden fiscal. Eso parecía imposible y cuando uno habla con inversores, la sorpresa grata para muchos es que el orden fiscal ahora es un tema de discusión sin tabúes o sin culpa. También destacan la desaceleración de la inflación, que parecía algo muy difícil de lograr. Y se destaca la sensación de que hay un proceso de ordenamiento de la macroeconomía, que sin eso es muy difícil todo lo que viene después. Sin la sensación de que hay algún grado de estabilidad y orden macroeconómico, es muy difícil para casi todos los inversores extranjeros mirar con atención a la Argentina. Desde el lado político, fue llamativo que haya logrado sostener algún consenso o apoyo popular, que parecía muy difícil con un gobierno que hizo bandera del orden fiscal, y después que haya conseguido algunas sanciones de leyes. Por ejemplo, se destaca la sanción del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). Pero los inversores no solo miran a Milei. La Argentina en muchos sectores es una realidad y lo era aún antes de Milei, como el potencial energético o la minería. Muchas empresas tomaron la decisión de invertir incluso antes.
–Tal vez ahora aceleraron sus inversiones con Milei.
–Totalmente. La idea del ordenamiento macro y de tener algunas certezas e incentivos, como el RIGI, ayudan. Pero creo que, cuando uno mira el agro, la energía, la minería e incluso la tecnología, hay inversores estratégicos y extranjeros que tienen interés. El desafío no es tanto el potencial de la Argentina, sino lograr seguir desarrollando y escalando esos sectores para que ese crecimiento impacte en el desarrollo de la Argentina. La sensación de la estabilidad y del orden macro ha generado, en mi experiencia, muchísima atención y muchísimo interés, y creo que el Presidente y el equipo de gobierno ha sido bastante competente y bueno en esa comunicación.
–¿Qué se mira todavía con preocupación o con dudas?
–Los inversores tienen que estar atentos siempre a todo. Es muy difícil generalizar, pero creo que la principal preocupación es que se sostenga este ordenamiento de la macroeconomía. La historia económica argentina muchas veces no ayuda. El desafío es generar condiciones estructurales e institucionales que permitan sostener el ordenamiento macro. También, cuando uno mira la minería, hay un consenso súper amplio en todos los sectores de que hay que desarrollarlo. Uno habla con los gobernadores, no importa de qué partido, habla con los sindicatos, habla con buena parte de los sectores sociales o de los otros sectores económicos alrededor de la minería, y tal vez probablemente haya matices, pero hay un consenso grande de que es un camino hacia el desarrollo. Lo mismo con la energía. Es muy difícil encontrar sectores importantes en provincias petroleras que no crean que ese es el camino del desarrollo. Lo mismo con el agro, vas a encontrar muy poca gente que diga que no hay que desarrollar el sector tecnológico o el sector de servicios. Eso es una oportunidad y no solo es porque está este gobierno. En mi experiencia, algunos de los inversores mineros o extractivos resaltan esa sensación del consenso. La preocupación está en solidificar condiciones estructurales para que ese consenso continúe, porque si no es muy difícil planificar.
–En cuanto a institucionalidad, el Gobierno dice que no se puede hacer la reforma “más ambiciosa de los últimos años” a cierta velocidad, si se tienen que negociar todo el tiempo acuerdos. ¿Cree que hay una disyuntiva ahí?
–Quizás uno de los elementos normativos más importantes para la promoción del desarrollo de inversiones fue el RIGI, y fue un proceso de diálogo y de consenso con los gobernadores y con otros sectores. Incluso, que haya algunas cuestiones por decreto, todas después son negociadas en el Congreso también. En términos de la mirada de los inversores, lo importante es que los procesos mantengan una dirección de ordenamiento. Esos acuerdos se miran con atención, sobre todo cuando se ve el diálogo entre las provincias y el Gobierno. Por supuesto, hay muchísimo interés en los resultados de las elecciones de octubre y en la conformación del próximo Congreso, para poder entender cómo van a seguir esos procesos, pero son procesos que tienen un acuerdo. Además, el Congreso, que es quizás la máxima expresión de los condicionantes estructurales para generar esos acuerdos, ha sido protagonista. También eso es lo que están mirando los inversores.
–¿Cómo ve a la Argentina comparada con la región?
–La Argentina tiene un rol destacable en la región, sobre todo si logramos sostener un orden macro y un marco estable para las inversiones. Estamos ciertamente para tener un rol de liderazgo. El interés está y la Argentina es un lugar donde todas las empresas multinacionales quieren estar presentes, pero no pasa de un día para el otro.
–¿Por qué?
–Cuando uno mira todas las encuestas a los grandes ejecutivos de las compañías multinacionales, la Argentina siempre tuvo un lugar destacable. Es muy difícil encontrar grandes empresas que no quieran estar. Las grandes empresas tecnológicas tienen presencia en la Argentina y también las multinacionales energéticas tuvieron un rol clave en el desarrollo, incluso de Vaca Muerta. La Argentina está en el mapa, estuvo en el mapa aún en momentos difíciles, y ahora, si aprovechamos este impulso que estamos teniendo, en un contexto global también desafiante, creo que ciertamente tiene ventajas evidentes en ese sentido.
–¿Es un buen contexto internacional para la Argentina o es complicado?
–Creo que es complicado para todo el mundo, pero la Argentina está bien posicionada para aprovechar oportunidades. Me parece que en un contexto de creciente proteccionismo y de esta batalla entre Estados Unidos y China, hay muchos desafíos, pero la Argentina tiene una oportunidad. Es lo que está trabajando el Gobierno ahora, y antes también. En la medida que se fue desarrollando esta idea de nearshoring o del friendshoring [mudar los centros de producción a países cercanos o amigos], la Argentina tiene la oportunidad de mejorar el acceso a los mercados de Estados Unidos. Hay oportunidades para mejorar mercados regionales y para seguir expandiéndose en mercados como India, Medio Oriente. Y tenemos que tener el pragmatismo y la destreza de navegar en este debate entre Estados Unidos y China, porque hoy para nosotros China también es muy importante. La Argentina lo ha hecho bien, aun el Gobierno lo ha hecho muy bien, pese a que al principio hubo mucho ruido con China. El país tiene la gimnasia y el ejercicio en la infraestructura de sus redes y sus vínculos internacionales para poder tener mejor acceso a mercados y aprovechar la oportunidad que nos presenta la fragmentación del mundo de hoy. Me da la sensación de que están todos trabajando en esa dirección. No solo el Gobierno, sino cuando se ve las estrategias de las empresas también.
–¿Cómo es la situación de Estados Unidos?
–El mundo está en una situación muy especial y muy particular. Ni el presidente Donald Trump ni Milei son presidentes que uno ve todos los días. Son presidentes muy especiales, que tienen una evidente conexión y tenemos que aprovecharla. No hay que tenerle miedo a que los ciclos políticos generen distintas intensidades de alineamiento y me da la sensación de que estamos bien preparados para aprovechar una relación privilegiada, que no va a ser un día para el otro y que no va a generar resultados mágicos. Pero es bueno la construcción de una relación bilateral, que ya venía construyéndose con los gobiernos anteriores, pero sin desatender otras relaciones.
–¿Cuánto peso tienen las elecciones legislativas para los inversores del exterior?
–Para un inversor extranjero, las elecciones en todo caso son alguna señal de continuidad o de intensidad respecto de la continuidad, pero me parece que el factor clave es la estabilidad macro y el ordenamiento de la macroeconomía. Toda noticia que tengamos en términos de inflación o en términos de reducción de los controles de cambio y la sensación de que eso se vuelva estable y ordenado son las noticias que van a mirar fundamentalmente. Lo demás son accesorios, como el resultado de las elecciones y la movilización social. Hace meses, todos preguntaban ¿cuándo veremos movilizaciones sociales más intensas? Pero todo lo demás se ve en función de tener un orden macro más razonable y más estable. Y poder proyectar eso, más allá de los ciclos políticos, es la clave, porque a ningún inversor, por más entusiasmado que esté con tal o cual gobierno, le sirve que un orden macro institucional sea inestable. Los países que son más atractivos a largo plazo para inversores sofisticados y estratégicos son los que pueden proyectar inversiones a largo plazo.