La actividad económica avanzó 1,1% en junio e hilvanó tres meses seguidos de crecimiento

La foto parece buena, pero la película se insinúa preocupante. La actividad económica creció 1,1% en junio, respecto de mayo, e hilvanó así tres meses seguidos de incremento; pero, según los analistas, la creciente dificultad para acceder a divisas para importación, la elevada inflación, el encarecimiento del crédito y el consecuente impacto sobre el consumo y la inversión, empezarán a golpear en los próximos meses.

La actividad económica en el país, tal como afirman analistas, mostró un comportamiento inestable, en forma de “serrucho”, hasta marzo, y a partir de abril hilvanó tres meses de subas, aunque todavía de muy baja magnitud. Así, en enero cayó 0,7%, en febrero subió 1,2%, en marzo volvió a caer 0,7%, y a partir de ahí tuvo alzas de 0,5% en abril, 0,3% en mayo y, ahora, 1,1% en junio.

Según publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en su informe del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), en la comparación interanual se registró un incremento de 6,4%. “Con relación a igual mes de 2021, 14 de los sectores de actividad que conforman el EMAE registraron subas en junio, entre las que se destacan las de Hoteles y restaurantes (+39,2% ia), Explotación de minas y canteras (+14,2% ia) y Transporte y comunicaciones (+10,8% ia).”, agregó el organismo estadístico oficial.

De todos modos, el número a tener en cuenta es el mensual desestacionalizado, ya que el crecimiento interanual está muy influenciado por la baja base de comparación, puesto que en junio de 2021 aún persistían algunas restricciones derivadas del Covid.

Matías de Luca, economista de la consultora LCG, comentó que, con el dato de junio, la economía logró conjugar tres meses de crecimiento al hilo. “Cabe mencionar que esto tomó lugar previo a las inestabilidades que se generaron luego de la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía. Además, el Indec ajustó sus series desestacionalizadas, corrigiendo los datos de abril y mayo a la baja, lo que incide positivamente en el valor del 1,1% mensual para junio”, indicó.

De Luca estimó, además, que es muy probable que en el segundo semestre la actividad económica pierda vitalidad, debido a que fue a partir de julio cuando se aplicaron más fuerte las restricciones para el acceso a divisas (que luego son usadas para importar insumos claves).

A la hora de estimar como cerrará este 2022, De Luca dijo que espera un crecimiento promedio en torno al 3%-3,5% promedio para el año, ayudado fundamentalmente por el arrastre estadístico que dejó el 2021. “No obstante, proyectamos una caída año a año para diciembre”, añadió.

Por su parte, Agostina Myronec, economista de la consultora Ecolatina, dijo que el crecimiento de 1,1% en junio fue mejor de lo que estimaba y que de esta manera la actividad económica acumula en lo que va del año un alza de 1,3%. Pero, aclaró que, si bien este dato fue bueno, hay que tener en cuenta que junio fue el último mes previo a la renuncia de Guzmán, a la mayor incertidumbre cambiaria y a las nuevas restricciones a las importaciones. “Entonces, posiblemente, la mejora que se ve de junio haya sido interrumpida en julio con una nueva caída desestacionalizada en términos mensuales, por lo que prevemos un desempeño más acotado para los meses del segundo semestre”, remarcó.

Entre los que también proyectan un segundo semestre con menos ímpetu en la actividad está el economista Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que opinó: “El recorte de gastos anunciado por el Gobierno para los meses restantes del año producirá una desaceleración de la actividad, costo que se asume para intentar estabilizar o bajar la tasa de inflación. Si estas señales son consistentes, es posible que disparen decisiones que compensen en parte el impacto en la actividad”

Asimismo, el informe del Centro de Estudios (CEU) de la Unión Industrial Argentina, arrojó que el primer semestre del año cerró con buenos niveles de producción, mostrando un incremento de +7,7% anual y de +7,3% sin estacionalidad respecto del cierre de 2021. Pero se advirtió: “Sin embargo, la segunda mitad del año comenzó con elevada incertidumbre y un panorama más complejo para la producción. Las crecientes dificultades en el acceso a divisas para la producción encarecen y limitan el abastecimiento de insumos claves para la actividad industrial”.

La UIA también señaló en su análisis que, al mismo tiempo, las tensiones macroeconómicas deterioraron las expectativas para el mercado interno con una aceleración de la inflación y la suba de tasas de interés por parte del Banco Central. “La evolución de las principales variables macroeconómicas será determinante en el desempeño de la industria en la segunda parte del año, condicionada por las dificultades para el abastecimiento de insumos, el encarecimiento de los costos y la suba de las tasas de interés”, se concluyó.