La inserción en el mundo, un desafío para la política

Durante varios períodos de nuestra historia se han discutido las posibilidades de inserción internacional de la República Argenna. Siempre presente para las relaciones económicas internacionales, el factor político es y será considerado primordial en cualquier proceso de vinculación con la economía mundial.

Ahora bien, en la última década se han gestado procesos de integración económica de grandes conglomerados de países que tendían a la ampliación de espacios de libre comercio sin precedentes. Estos acuerdos comerciales plurilaterales dentro del marco de Organización Mundial del Comercio (OMC) habían ganado velocidad a la luz de los avances limitados de la ronda de Doha, cuyo primer resultado positivo fue el Acuerdo de Facilitación del Comercio de Bali (aún no vigente).

En la actualidad, las relaciones económicas internacionales se han tornado más desafiantes, luego de las decisiones soberanas de la primera economía del mundo, Estados Unidos, de abandonar el Tratado de Asociación Transpacífico (TTP), de dar aviso de renegociación a México y Canadá del Nafta y la exhortación a los grandes conglomerados empresarios para que amplíen su política industrial basada en la producción de origen nacional estadounidense.

El año pasado fuimos testigos del primer quiebre institucional de la Unión Europea con la victoria de la posición de abandonar la Unión por parte de los ciudadanos ingleses. Si bien aún falta un extenso proceso que tiene que llevar adelante la primera ministra Theresa May para comenzar el proceso formal del Brexit (el tribunal supremo de Gran Bretaña estableció que es el Parlamento el que debe activar la cláusula 50 del Tratado de Lisboa), las señales que surgen de los procesos de integración más importantes son inquietantes. En cuanto se inicie el proceso formal de salida, Inglaterra estará prácticamente fuera de la Unión Europea.

La coyuntura del comercio internacional se vuelve incierta y los flujos de comercio e inversiones vuelven a sufrir variaciones. Relaciones económicas de muchos años se tornan volátiles y abren para nuestro país oportunidades y desafíos.

Esto no es una novedad, ya que veníamos de un proceso de crisis financiera internacional que se inició hace ya casi 10 años, con la quiebra de uno de los bancos de inversión más importantes del mundo.

Oportunamente se ha dicho que la economía es la que maneja la cabeza de los hombres. Sin embargo, los últimos procesos llaman a recordar a Aristóteles y la primacía de la política entendida como la búsqueda del bien común del pueblo, por encima de los modelos económicos con variables inamovibles.

En la región tenemos oportunidades de generar valor en común con nuestros socios del Mercosur y con nuestros socios naturales, Chile y Perú. Con ellos, nos une una historia común, los mismos ideales de origen y la misma misión dedesarrollarnos como pueblos libres y prósperos. No tenemos que explicar nuestro idioma ni quiénes somos. Esta oportunidad de profundizar la relación regional es determinante para comenzar a sostener un proceso de integración y de construcción de acuerdos comerciales provechosos para nuestra industria y nuestro desarrollo sostenible.

El Mercosur es nuestro espacio de contención y de desarrollo regional. Históricamente, ha sido claro el avance de la economía entre los países a partir del Tratado de Asunción. Continuar atentos al escenario mundial y promover un esquema de profundización de la cooperación regional es una de las plataformas que nos permitirán asumir el liderazgo que le corresponde a la Argentina.

Lo viene demostrando en su participación en el G-20, del cual el próximo año seremos país anfitrión. Con la presidencia pro tempore del Mercosur, la Argentina tiene la posibilidad de avanzar en la construcción del camino que nos permita llegar al acuerdo birregional más importante de nuestra historia con la Unión Europea. Sería una gran oportunidad para la región y por eso es histórica la visita del Presidente Mauricio Macri a Brasil.

A medida que seamos más previsibles para la región, el mundo nos verá como una oportunidad en conjunto, donde hay escala, y los riesgos se mitigan, donde las democracias quieren su camino al desarrollo sostenible con la mirada puesta en el bien común de nuestra América del sur.

Subsecretario de Industria, Comercio y Minería del Ministerio de Producción de la provincia de Buenos Aires