La Pampa tiene un corazón de mármol
El Rogaciano es un cerro de mármol negro único en el mundo por sus características geológicas y su riqueza como yacimiento; los especialistas aseguran que podría transformar la economía de la región.
LIMAY MAHUIDA, La Pampa (Enviados especiales).- Sopla el viento dulce del oeste, y acaricia la milenaria planicie de cuarzo y arena. Seco, pobre, impiadoso, cruel,el suelo de Limay Mahuida ofrece en vano esa singular belleza de la nada a sus habitantes de piel reseca y curtida.
Deambulamos por un rincón perdido en el mundo, jalonado de tanto en tanto por lastimosos poblados, de nombres similares a susurros ancestrales lanzados al viento: Jagüel del Monte, Algarrobo del Aguila, Puelén.
Este vasto desierto agrietado por la falta de agua, enfermo de pobreza endémica y desolación, tiene un corazón de piedra: el Rogaciano, su cerro de mármol negro.
Desierto
Hasta el calizo cerro de Limay Mahuida sólo se accede después de recorrer los 208 kilómetros de asfalto que separan a Santa Rosa de Chacharramendi, y otras 21 leguas de tierra, a través del desierto. Con el estado de los caminos, llegar hasta el mármol literalmente representa una proeza.
La cantera, propiedad de Minera Limay, no es más que una excavación a cielo abierto, en la cima del cerro, al final de un camino sinuoso y polvoriento que sube desde el humildísimo caserío.
Una gigantesca Caterpillar, el tanque de agua y una cortadora de hilo diamantado son los únicos elementos ajenos al paisaje monótono del jarillal. Abajo, sobreviven anémicos los bañados del Salado; arriba, la piedra se ofrece desnuda y limpia, a flor de tierra.
Unica en el mundo, por sus características geológicas y su riqueza como yacimiento, esa pequeña elevación sobre el desierto podría transformar la región.
Según los estudios geológicos, la sustancia del afloramiento es carbonato de calcio en un 95,14 por ciento, graduación que alcanza la máxima pureza a medida que desciende a las profundidades.
El cerro es, sencillamente, un gigante de mármol, que se eleva unos 32 metros por sobre el nivel del mar, y se sumerge unos 170 metros; una roca indivisa de 300 hectáreas de superficie, de unos 200 metros de altura.
Los cálculos estiman que el volumen superficial (esos 30 metros desde el piso hasta la cima, aptos para ser explotados sin excavar) contiene unas 22 millones de toneladas de mármol negro. Y es sólo la punta de este iceberg caliente: hay materia incrustada en el suelo como para revestir el planeta.
Un proyecto, un sueño
A pulmón, en silencio, más cerca del sueño que de la revolución productiva, el santarroseño Osvaldo Rudolff inició hace dos años los trabajos de extracción y estudio de caliza en Limay Mahuida. "El cerro entero es de mármol negro, un material único en el mundo", diferente incluso de las innúmeras vetas de Carrara, advierte.
Rudolff comenzó a trabajar la piedra a los 12 años, en una marmolería de Santa Rosa. Hace dos décadas, durante un viaje al Oeste, descubrió que el Rogaciano tiene el corazón de caliza cristalizada.
Aunque el hallazgo representa un caso único en el mundo, no fue sino hasta hace dos años, cuando la provincia le entregó en concesión esos terrenos fiscales, que pudo comenzar los primeros trabajos.
Primero llegaron especialistas italianos, para establecer la mejor técnica de extracción. "Pero ellos quieren llevarse los bloques enteros. Si los dejamos, agotan el yacimiento e imponen los precios en el mercado mundial." Por eso, los europeos rechazaron cualquier posibilidad de acuerdo cuando Rudolff resolvió que elaboraría el material en la misma cantera y no permitiría la exportación de materia prima en bruto.
Sentado en su pequeña marmolería de la capital de La Pampa, evalúa las posibilidades productivas del proyecto. Quiere que el mármol se quede en La Pampa y expone su idea de "instalar la planta de Minera Limay en La Reforma, porque hay otro yacimiento similar en Puelén, de travertino, perlino y mármol verde, gris. La Reforma es un pueblo equidistante".
Cambiar la vida
Contra sus sueños conspiran los hombres y la naturaleza, torturada por la falta de agua y las inclemencias. "El gobierno de La Pampa tuvo la primera noticia de mis esfuerzos hace una semana, cuando Rubén Marín visitó personalmente la cantera." Entonces quedó claro que el yacimiento, por su condición de recurso genuino y virgen, puede modificar las condiciones de vida de los oesteños, eternamente pobres. No obstante, a todos nos consta también que "sin agua y sin caminos el mármol seguirá allí, para siempre".
Por eso, desde que comenzó la construcción del Gran Acueducto del río Colorado la mina de mármol negro de Limay Mahuida respira aires de un futuro diferente. Y aunque el proyecto oficial de entoscar los caminos por ahora es sólo una promesa electoral, por primera vez en muchos años la región alienta una esperanza.
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