Las trabas para importar se extienden a más sectores y afectan consumos tradicionales de la clase media
Hay problemas para conseguir desde cápsulas de café hasta botellas para envasar vino y repuestos de auto; los especialistas observan una decisión oficial, dado que el Gobierno es menos restrictivo con el ingreso de bienes intermedios destinados a la producción
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En las últimas semanas se multiplicaron los reclamos por faltantes de insumos importados para la producción. Se trata de bienes de consumo, bienes intermedios, como algunas piezas e insumos que usan la industria y el agro y productos finales. Los especialistas ven detrás de eso una decisión oficial: limitar el ingreso de mercaderías para mantener el superávit comercial y moderar la salida de dólares, que impacta en una caída de las reservas del Banco Central, en una etapa del año en la que ya se vendió la cosecha de soja, principal fuente de ingreso de dólares para la economía.
Los mayores faltantes se registran en los productos finales. En muchos casos se trata de bienes que habitualmente utiliza la clase media. En cambio, los bienes intermedios afectan mayormente al sector productivo. La reactivación económica depende de insumos importados para la industria y el agro, como productos químicos, materias primas, maquinarias y repuestos.
En la industria textil, la falta de insumos importados es uno de los motivos por los cuales Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), denunció la semana pasada que los precios de la ropa aumentaron 54% en un año y las prendas de las primeras marcas cuestan tanto como una jubilación mínima. Lo mismo ocurre con zapatillas, indumentaria y productos deportivos, como pelotas de tenis.
Un relevamiento de la CIAI estimó que el volumen importado (en kilos) entre julio de 2020 y el mismo mes de este año cayó un 26,2%. Además, concluye, en base a datos del Indec, que “al comparar el primer semestre de 2021 con el de 2019 se observa una baja del 47,7% en dólares. El monto importado para los primeros siete meses de este año es similar al del mismo período de 2007″.
Entre julio de este año y el mismo mes de 2020 los productos con mayor caída en volumen fueron chaquetas o sacos, con un desplome del 82,6%; chales, pañuelos de cuello y bufandas cayeron 72,1%; trajes y conjuntos, -57,9%; abrigos confeccionados con telas técnicas, -49%, y camisas de hombres, -48,2%.
Las trabas para importar complican a aquellas fábricas que necesitan insumos o partes del exterior como algunas telas, piezas para calzado o accesorios. Según fuentes del sector, las restricciones están impactando en la calidad de la indumentaria y en la variedad de la oferta en vidrieras, lo que impacta también en los precios.
Los faltantes también llegan a las góndolas y a los alimentos. La multinacional Nestlé importa las cápsulas de café oficiales marca Nespresso para sus máquinas. El catálogo online está compuesto de 30 variedades, pero solo están disponibles cuatro de ellas. De acuerdo con fuentes calificadas, los productos se encuentran frenados en la Aduana.
En la industria automotriz la situación es preocupante, según coinciden algunas terminales y los concesionarios. A principios de este mes, Ricardo Salomé, presidente de la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara), informó que las ventas cayeron 5,6% el mes pasado. En un comunicado dijo: “La segunda mitad del año continuará con una oferta escasa, es por ello que solicitamos que, sin dejar de atender las cuestiones macroeconómicas que deben prevalecer, se contemple una mayor liberación de importaciones; es un número de dólares que no es significativo, y que haría crecer de forma muy notoria un sector que es un gran abastecedor de empleo”.
Las importaciones de autos cayeron 4,2% entre agosto pasado y el mismo mes de 2020. El número es dramático, debido a que se compara con una base muy baja de comercio durante la pandemia. Debido a la escasez, el sector ajustó el pronóstico de ventas de 0km para este año: lo redujo en 40.000 unidades. Lo mismo está ocurriendo con las motos, cuya oferta esta limitada por la falta de modelos disponibles.
La falta de repuestos para automóviles también está provocando conflictos en las aseguradoras: se detectó escasez de llantas, neumáticos, autopartes y pinturas. Hay reparaciones frenadas y talleres que aumentan los precios. También se ven afectadas las líneas de producción de varios modelos por la escasez de microchips para distintos componentes electrónicos de varios modelos.
En el inicio de la campaña de granos gruesos, con el comienzo de la siembra de maíz y de soja en el próximo mes, hay preocupación en el campo por la escasez de agroquímicos. En ese sector detallan que los problemas para importar se están agravando desde hace un año y medio por las distintas medidas de restricción de acceso al dólar.
Hay vino, pero cuesta encontrar donde ponerlo. El ministro de Economía de Mendoza, Enrique Vaquié, reclamó al Ministerio de Agricultura nacional la flexibilización de las importaciones de botellas de vidrio. La falta del insumo está causando problemas en la cadena productiva vitivinícola y aceitera, agravados por la reciente salida de producción de una fábrica de la empresa Veralia en la provincia.
#GestiónAgropecuaria
— Enrique Vaquié (@evaquie) September 23, 2021
La situación de faltantes de botellas complica la producción vitivinícola y puede impactar negativamente en precios del vino por acumulación de stocks. Le enviamos esta nota a @DominguezJul para agilizar la importación y evitar problemas mayores @rodysuarez pic.twitter.com/4GsTlClkUw
Datos detrás de escena
El Indec publicó la semana pasada el informe de Intercambio Comercial Argentino correspondiente a agosto. Muestra un alza interanual de 64% en las importaciones. Sin embargo, el dato solo se explica debido al bajo nivel de agosto de 2020. En cambio, entre julio y agosto de este año las importaciones cayeron 0,5%, mientras que las exportaciones aumentaron 11,6%. Es la segunda baja consecutiva: también hubo una caída del 1,6% de junio a julio. Los especialistas advierten que septiembre mostrará un tropezón todavía mayor.
“El Gobierno abrió importaciones en el primer semestre porque se necesitaban para producir. No hay reactivación sin apertura: se requieren insumos importados como repuestos, piezas y partes para máquinas importadas, que también se requieren para la inversión. Entonces, abrió en el primer semestre teniendo en cuenta que el año pasado se derrumbaron. Claramente eso lo pudo hacer porque entraban muchos dólares de la soja. Ahora hay más ajuste; entran menos dólares porque la cosecha ya se vendió”, explicó Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales.
La brecha cambiaria y las expectativas de devaluación provocan que las empresas importadoras busquen reponer los productos que esperan vender con compras anticipadas. “Al Gobierno se le está complicando identificar a qué darle curso y qué frenar, porque no se distingue quién está adelantándose porque supone que el dólar estará más caro en el futuro cercano o porque hay una necesidad real. Como pasa siempre con este tipo de sistema, con discriminación y súper control y súper regulación, se depende de un funcionario que levanta o baja el pulgar y se cometen errores. Está pasando eso”, concluyó Elizondo.
Además, hay cada vez más presentaciones de medidas cautelares contra el Estado por parte de los importadores en reclamo por las demoras que la administración está registrando en conceder permisos para traer productos del exterior.
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