Marcos Buscaglia: “Un escenario de dolarización es un escenario de hiperinflación e híper recesión”
El economista analizó el panorama actual del país de cara a las elecciones y pronosticó un duro comienzo de 2024, independientemente de quien resulte ganador estas elecciones; sus declaraciones, en el marco de la quinta edición de La nueva Argentina, evento organizado por LA NACION
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A pocos días de las elecciones generales, el panorama electoral de la Argentina es incierto. Mientras que los candidatos continúan en campaña, la economía sigue presentando índices preocupantes, con una inflación elevada, caída de la actividad económica y de reservas en el Banco Central. Quien asuma el próximo 10 de diciembre tendrá una tarea compleja que incluye desafíos a la hora de corregir precios relativos, bajar la inflación e impulsar el crecimiento.
En ese marco se llevó adelante la quinta edición de La nueva Argentina, evento organizado por LA NACION y que contó con la participación del economista Marcos Buscaglia. En diálogo con Francisco Jueguen, periodista de este medio, analizó el panorama actual y lo que ocurrirá en Argentina una vez cerrados los comicios. Pese a haber pronosticado un escenario complejo, con mayor inflación y fuertes golpes al salario y los ingresos, cerró la charla con una nota de optimismo y un mensaje esperanzador para 2024.
-¿Cómo vamos a llegar al próximo domingo? ¿Cómo es la radiografía de la economía actualmente?
-Llegamos con una economía muy golpeada, no solo por lo que se ve, que es una inflación que va a estar al final de octubre cerca del 150% interanual, con tasas de pobreza muy elevadas y una caída en la actividad muy importante, porque el reverso de esa suba de la inflación es una contracción de actividad, la gente llega a un punto que no quiere vender. [Pero] lo que no se ve es también un nivel de reservas muy bajo. Hay una deuda de los importadores con sus proveedores muy elevada; un juicio por el tema YPF. Es una serie de esqueletos en el closet que van a condicionar al próximo gobierno.
-¿Qué pasa el lunes [post elecciones] con el dólar?
-Va a depender del resultado. Si el gobierno entra a la segunda vuelta, me da la impresión de que no va a querer devaluar el tipo de cambio oficial y que va a tener movimientos muy lentos hasta el 18 de noviembre. Si Massa no entra en segunda vuelta, se aceleran mucho los eventos. Si Milei gana en primera vuelta o queda en una posición donde es casi seguro que gana, con una diferencia difícilmente revertible a los ojos de la gente, eso creo que acelera eventos. El problema de Milei presidente es que te hace disminuir la demanda [de pesos] porque te dice que va a dolarizar, pero no tiene dólares. Si vos vas a dolarizar y no tenés dólares, la única manera es licuar los pesos en términos de dólares, para lo cual necesitás una hiperinflación.
- Dijiste que estamos sin reservas, ¿cómo se hace para sostener el tipo de cambio?
-Una brecha muy elevada, mega cepo financiero e importador por casi un mes más, actividad cayendo porque implica menor disponibilidad de bienes importados para consumir y producir. La mayor parte de las importaciones en Argentina no son de bienes finales sino intermedios, que se utilizan en la producción. Si Massa entra, es más de lo mismo, con más inflación pero no una explosión hiperinflacionaria.
- ¿Cuánto impacta el dólar blue en las expectativas? ¿Es un mercado chico o un mercado grande?
-Impacta bastante porque cuanto más es la brecha, más perjudica a los importadores y sospechás que si la brecha es tan grande, en algún momento va a venir la devaluación y dilatás la operación. El problema con el cual empezó el gobierno que era que no tenía dólares, se agrava porque los exportadores exportan menos.
-Llegamos al 10 de diciembre, plan de estabilización. ¿Qué hay que hacer con el dólar? ¿Qué pasa con las tarifas? ¿Qué ves para adelante en la economía que viene?
-Hay que ser realistas y eso implica que primero viene un orden y después una estabilización. No podés estabilizar el día uno porque vas a llegar al 10 de diciembre con un tipo de cambio atrasado. Va a haber que devaluar el tipo de cambio oficial y corregir un montón de otros precios relativos. Cuando lleguemos a diciembre, el desfasaje del costo de la electricidad y el precio de electricidad, gas y nafta va a llegar de nuevo al 80% o 90%. Toda esa corrección implica más inflación. Mientras tanto vas haciendo el ejercicio del orden fiscal. Recién una vez que reordenaste precios relativos (tarifas, tipo de cambio, etcétera) y encaminaste la situación fiscal, que es el único ancla que va a tener la Argentina para estabilizar; recién ahí viene el plan de estabilización. Eso llega, yo te diría, recién a mitad del año que viene.
-Dijiste que va a tener que devaluar el gobierno que venga, ¿eso quiere decir que este año vamos a terminar con un 200% de inflación? ¿Es viable el plan de estabilización políticamente?
-Ahí va a estar el gran test. En un escenario bueno, es decir, no hiperinflacionario, este ordenamiento de precios relativos te lleva a una inflación arriba del 300%. Después si baja y puede hacerlo fuerte si hacés las cosas bien, pero los primeros meses van a ser muy complicados. Entre diciembre y abril, hasta que empiece a liquidarse la cosecha grande del campo, tenés un desierto donde no hay dólares y tenés que corregir todos estos precios relativos donde sube la inflación. Es un paso inevitable, lamentablemente.
-En la oposición dicen que estamos entrando en un sendero de hiperinflación; hablás con el Gobierno y te dicen que es un fogonazo post PASO ¿Qué ves vos? ¿Hay una posibilidad de que la Argentina entre en una hiperinflación?
-Sí. Creo que en un escenario donde se insiste en una dolarización sin dólares, no queda otra que ir a uno de altísima inflación. Vamos a ir a un escenario donde los precios pierden todo sentido. Los dólares netos que tiene el Gobierno son US$10.000 millones negativos, tenés que construir reservas. Estuve en Estados Unidos el día posterior al que estuvo parte de la gente relacionada con Milei. Le dijeron claramente que nadie le va a prestar dólares a la Argentina. Si no te los prestan, los tenés que generar con un gran superávit comercial y para eso, lamentablemente tienen que caer las importaciones. No solo el escenario de dolarización es uno de hiperinflación sino es uno de híper recesión, se necesita una caída del consumo de más del 15%. Eso lo podés evitar abandonando el proyecto de dolarización por uno de estabilización más clásico, como el que describí antes y con un Banco Central autónomo sin capacidad de financiar al Gobierno, eso hay que hacerlo desde el día uno.
-Una preocupación entre los expertos de la economía es este déficit cuasi fiscal que tiene el Banco Central y el temor acerca de la dolarización ¿Cómo ves la posibilidad de hacer una dolarización sin irrumpir en el sector financiero? Léase Plan Bonex o un reperfilamiento…
-En un plan de dolarización donde no tenés dólares, puede que tengas que hacer esos desastres que inventamos los argentinos cada tanto de romper contratos. Las Leliq no son ningún problema, se licúan con el tiempo Para que entienda la gente, son como un bono que el Banco Central le da a otra entidad bancaria a cambio de pesos. Es la forma de sacar de la cancha los pesos que el Central emitió por la otra ventanilla para financiar al Gobierno. Primero, hay que cerrar esa ventanilla. Por otro lado, la devaluación te licúa algo las Leliq y, por el otro, cuando estabilizás la economía, la demanda de billete sube. Es como un cancelador de Leliq automático. En un programa de estabilización clásico, las Leliq no desaparecen pero dejan de ser un problema y van cayendo como porcentaje del PBI o de la Base Monetaria.
-En 2024, ¿nuestros ingresos van a sufrir más que en estos últimos cinco años?
-Inicialmente sí. Lamentablemente los desequilibrios heredados van a hacer que los sueldos en términos reales y el consumo caigan a inicios del año que viene. La nota optimista es que cualquiera que gane tiene que ordenar esta economía. No hay supervivencia política con estos índices. Cualquiera va a tener que bajar el gasto fiscal, la inflación y los impuestos. Nos encaminamos a un período de reformas positivas, de desregulación, baja de impuestos y una vez que le sacás el pie de la cabeza a las empresas, la gente crea. Pasada esta tormenta inicial, que viene gane quien gane, la Argentina tiene un potencial de crecer muy grande más allá del campo, Vaca Muerta y el litio. Lo que deja este Gobierno es muy difícil y eso implica que el ordenamiento viene.
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