Alas, la nueva línea aérea uruguaya recuperada por sus empleados tras la quiebra de la empresa Pluna, hizo ayer su primer vuelo a Buenos Aires. "El enorme esfuerzo que significó mantener los 150 puestos de trabajo con una flota de tres aeronaves Boeing 737-300 hoy nos da rédito", dijo Sabrina Acevedo, presidenta de la aerolínea, a LA NACION durante la presentación en la embajada de Uruguay.
Luego de la quiebra de Pluna, los trabajadores compraron una sociedad anónima a la que accedieron a través de un préstamo del gobierno uruguayo. "Aspiramos a ser una empresa sustentable, dar trabajo directo e indirecto y marcar la soberanía de los cielos uruguayos. Sin la ayuda del gobierno, los trabajadores y los gremios no habríamos llegado hasta acá", agregó Acevedo.
El ministro de Turismo argentino, Gustavo Santos, aprovechó la ocasión para referirse a la recuperación de la línea aérea y destacó la "importancia de la conectividad para la región". Ante el aluvión de turistas argentinos que fueron a países limítrofes aprovechando la ventaja cambiaria y las cuotas, planteó además la necesidad de "evitar las distorsiones macroeconómicas y buscar condiciones de equilibrio para el turismo interno".
La situación de Sol
Respecto de la aerolínea Sol, que atraviesa un proceso de cierre, afirmó que el Gobierno "apuesta a la multiplicación de cabotaje argentino y el mantenimiento de fuentes de trabajo". Según Santos, se trata de un caso diferente del de la ex Pluna. "En Sol había una viabilidad atada al contrato con Aerolíneas Argentinas que no era sustentable, y en términos empresariales eso ni funciona ni conviene. Era un contrato irregular. En conversaciones con Dietrich [Guillermo, ministro de Transporte], existe la fuerte voluntad de multiplicar las líneas áreas de cabotaje argentino en los próximos cuatro años. Y en el caso de Sol, reabsorber al personal".
