Con US$5000: crearon una marca de uniformes para médicos que factura millones
"Estos ambos que usamos son horrorosos, tiene que haber algo mejor", le dijo José Álvarez Castro a Sebastián Prado haciendo un gesto de desaprobación mientras se cambiaba de ropa en el vestuario del driving de Costa Salguero. Es que José es odontólogo y desde que comenzó a estudiar la carrera se encontró vistiendo uniformes que no eran de su gusto ni a su medida. Esto motivó a los ahora socios y amigos a poner su impronta en lo que hoy los catapulta como empresarios del rubro textil e indumentaria para médicos.
De la ropa sin forma, diseño y color nació Oh Wear, la marca que provee uniformes, cofias, camisolines y zapatillas a hospitales y clínicas privadas del país. Si bien la empresa tiene su base central en Buenos Aires, tiene filiales y franquicias en Salta, Tucumán, Mar del Plata, La Plata, Quilmes, Rosario y Trelew, a donde abastecen cada tanto con los productos que ellos mismos diseñan.
Sebastián recuerda con claridad que su socio José le insistió en que la ropa no era cómoda ni linda y que tenían que hacer algo. "Esa noche me puse a indagar sobre la idea que quería Joile (por José) porque yo venía de un rubro distinto -la comunicación- y él sabía qué era lo que quería", dice.
La marca comenzó a gestarse entre abril y mayo de 2009 con la idea de mejorar el vestuario para los médicos y sobre todo para las mujeres que se dedican a la salud y tenían que usar los mismos colores que los hombres. "Algo que no existía pasó a existir, parecía casi imposible", resalta Sebastián.
Después de haber invertido cerca de US$5000 en telas, equipos e instalaciones más un ecommerce, afirma el empresario, el negocio consiguió el reconocimiento del rubro y hoy facturan más de $80 millones por año. En este 2020 tan particular para la economía del país y del mundo, la empresa se vio potenciada por la necesidad del personal de la salud de tener equipamiento nuevo y de recambio.
Especifica el socio y fundador que a nivel país, el negocio vende poco más de 4000 ambos por mes al personal de la salud de todas las profesiones, hospitales y clínicas. "Se hace venta directa a privados. Los odontólogos y traumatólogos son los que más la usan, aunque el odontólogo es el que más distinto se viste", sostiene.
Los uniformes se confeccionan en fábricas a las que les llevan los diseños y las telas solo para que ejecuten las ideas de lo que quieren imponer para las temporadas. En esas fábricas tercerizadas se hacen los camisolines, cofias, ambos, sweaters, valentinas (zapatos de cuero de su propia marca), medias y bolsos.
"Tuvimos que sacar camisolines para que la gente se ponga arriba del ambo. Son los que se usan para las cirugías. Les cambiamos el material para que sean reutilizables", explica de uno de los productos de la marca.
"Al vender a privados, en esta pandemia muchos clientes tuvieron más trabajo y pudieron mantener cierto nivel y sortear la crisis. Al estar en el rubro de la salud pudimos trabajar durante la pandemia. En estos meses la gente empezó a escribir que por favor les vendiéramos", asegura Sebastián.
Así, la marca que nació 11 años atrás con uniformes que habían dejado en el olvido los "incómodos" botones cuadrados en el típico ambo blanco pureza o de colores fundidos pasaron a ser en cuello V, pantalones estampados, chupines, espandex y flúor. Y la génesis de la idea inicial que quería José tuvo un éxito inesperado.