¿Qué combustible conviene cargar?
Con precios en alza y un mercado con faltantes, surge la pregunta sobre la conveniencia de elegir súper o diésel comunes u optar por las variedades Premium; mirá cuánto más tenés que gastar si optás por los más sofisticados
Precios escaladores y productos en falta obligaron a los conductores locales a valerse de estrategias para abastecerse de combustibles. Pero elegir la estación o el momento indicado para cargar no es lo único que deben tener presente: la oferta en los puntos de venta se ha transformado con el correr del tiempo, acorde con los avances de los motores.
¿Qué combustibles conviene cargar? La primera respuesta surge de la "naturaleza" de cada motor. Nafta o gasoil, manifiesta en el precio del vehículo y siempre expuesta en el manual (aclaración necesaria para aquellos que simplemente se sientan y arrancan), es la división básica para estacionarse frente a uno u otro surtidor.
En todo caso, el interrogante se transforma en otro más profundo, sobre la rentabilidad de cada mecánica, tema que excede esta nota. Siguiendo con el de las variedades de productos, una vez elegida la mecánica, hay que decidir cómo abastecerlo.
¿Súper o común? En el país, sólo unos 400.000 autos, de una antigüedad que no baja de los 15 años, funcionan con ese combustible de 85 octanos. La mayoría de los manuales recomiendan usar nafta de 95 octanos, osea, la denominada Súper.
El octanaje es un indicador de la resistencia del combustible a detonar de manera prematura y, por tanto, el rendimiento del vehículo.
YPF retiró en mayo el producto del mercado, que continúan atendiendo Esso y, en menor medida, Shell y Petrobras. La nafta común representaba una pequeña porción de las ventas de la mayor petrolera, que decidió descontinuar la refinación. Este combustible, de $ 3,154 en el surtidor, según el último precio ofrecido por YPF, era la más barata.
¿Estándar o premium? Cada tipo de combustible ofrece distintas variantes: estándar o premium, estas últimas creadas para abastecer a los vehículos de nueva generación, de tecnología más avanzada.
La decisión tiene un impacto diferente en la billetera y, por supuesto –dicen los expertos-, en el motor. La diferencia se da especialmente en el gasoil. Veamos ambos casos:
*Sin considerar los efectos de la opción a largo plazo sobre la mecánica del auto, la nafta Premium encarece el presupuesto entre 17 y 20% de acuerdo con los precios porteños y según la marca. Mientras que en YPF y Shell los precios de la nafta súper se distancian 17% de las variedades más caras, en Shell y Petrobras, esa diferencia se eleva al 19 y 20% respectivamente.
En la práctica, usar Súper en lugar de Premium no generará diferencias notables al andar. Eso ocurriría, por ejemplo con "tironeos", si se utiliza combustible por debajo del octanaje del recomendado por los fabricantes. Pero usar nafta de 95 octanos o una mejor, de 98, es imperceptible para los conductores corrientes. Expertos señalan que es un mito la creencia de que un combustible Premium dará más reacción y potencia al vehículo. Los "aditivos" de esta variedad mantienen la limpieza del motor y los inyectores de combustible.
En conclusión, si bien no es necesario, algunos especialistas indican que el gasto se amortiza con el tiempo, dado que el producto Premium hace que el vehículo funcione mejor y, como consecuencia, optimice el consumo del combustible.
*Diésel. La brecha de los precios con las variedades Premium es mayor en este tipo de productos, algo que se relaciona con que optar por uno u otro sí marcará una importante diferencia para cuidar el auto.
YPF, que vende el gasoil más barato del mercado, el Premium se aleja 18% del diésel común. Este último cuesta 3,805; el de mayor calidad, $ 4,517. En las otras petroleras, ese margen está entre el 21 y el 26%, de acuerdo a lo relevado en Capital.
Cargar Premium o no, significa optar entre un combustible con mayor o menor cantidad de azufre en su composición. Los motores modernos necesitan alimentarse del último tipo. Hasta hace poco tiempo, no había en el mercado local una variedad que tuviera menos de 500 partes de azufre por millón, por lo cual muchas marcas decidían no traer sus últimos autos gasoleros al país. Los motores modernos requieren un gasoil con bajo nivel de azufre, una cualidad que tiene el Premium, con un máximo de 50 partes por millón. Eso permite cuidar los componentes mecánicos del motor y dar más rendimiento al vehículo.
¿Qué pasa si el combustible (nafta o gasoil) es de mala calidad?
Puede ocurrir que tras una carga, el automóvil reacciona diferente a lo habitual. El combustible de mala calidad puede ser, por ejemplo, diluido con agua, o cualquier otro líquido. El auto reaccionará con una alteración en su funcionamiento habitual, que puede hacerse notar con "tironeos" al andar. Para "lavar" el tanque, se recomienda ir gastándolo de a poco y mezclando con nuevas cargas.
¿Bajar octanaje para aumentar volumen?
Por estos días, en el sector se comenta que la Secretaría de Energía está estudiando una nueva fórmula para aumentar el volumen de la producción que implicaría la producción de naftas de menor octanaje. Una fuente entendida, pero desconfiada de la efectividad de la idea, dijo a La Nacion que el Gobierno busca "implementar una fórmula por medio de la cual, dicen, se daría más rendimiento al crudo sin bajar la calidad". La fuente dijo que Esso, cuya refinería entró en tareas de mantenimiento y, por tanto, trabajará durante un mes por debajo de su capacidad, sería la primera en utilizar esa nueva receta.
Informe de Luján Scarpinelli