Roberto Favelevic
El fallecimiento
Después de una larga enfermedad, que enfrentó con tesón, murió anteayer a los 74 años el ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y hasta entonces vicepresidente ejecutivo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Roberto Favelevic.
Sus colegas lo recordaban ayer por su espíritu amistoso y por su lucha por la producción nacional, no sólo cuando presidió la UIA (1983-1987), sino también en 1999, cuando era uno de los pocos que pregonaba en favor de un tipo de cambio competitivo.
Había nacido en Milán el 14 de septiembre de 1931, de padre ruso y madre italiana, quienes migraron a Buenos Aires antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial. Estudió en el colegio Champagnat y a los 23 años se doctoró en química en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Un año después viajó a California para hacer un máster en ingeniería química de la Universidad de Stanford.
Desde joven comenzó a trabajar en la empresa textil Gatuzzo, que adquirió su padre a comienzos de los años 40. Apasionado por la producción y la mecánica, condujo la firma durante más de 30 años, en los que implementó proyectos para ampliar y mejorar la fabricación de hilos, sogas y cabos para los sectores agropecuarios y naval. También fue director de Ultramar Seguros.
En los años 60, Favelevic inició su actividad gremial empresarial: primero en la Cámara del Yute y Fibras Duras y después en la Federación de la Industria Textil Argentina, entidad que presidió durante los períodos 1975-1983 y 1989-1994. Actuó en distintas comisiones de la UIA, especialmente en dos temas que lo atraían: la economía y el comercio exterior. Allí trabajó junto con los economistas Aldo Ferrer y Marcelo Diamand.
Durante más de 40 años defendió los intereses del sector industrial, y llegó a presidente de la UIA. Durante su gestión, abogó para resolver los problemas de financiamiento de las empresas, sobre todo de las pymes, por el desarrollo de las compañías en una economía dependiente del mercado interno, según recuerdan sus colegas.
Competencia externa
Favelevic estaba de acuerdo con una apertura "razonable" de la competencia externa, pero en los años 90 se convirtió en uno de los primeros en alertar sobre las consecuencias de la liberalización económica, que había afectado su sector y su empresa.
Tras dejar la presidencia de la UIA, volvió a conducir la FITA y dirigió la Fundación de Acción para la Iniciativa Privada, entre 1987 y 1989. En 1999, tras la devaluación de Brasil, conformó un grupo de críticos de la convertibilidad, junto a los economistas Héctor Valle, Eduardo Conesa y Eduardo Curia. Llegó a recibir un ofrecimiento del Frepaso para incursionar en la política.
Más allá de su actuación pública, Favelevic vivió su vida con mucha intensidad: disfrutaba del tenis, la náutica, salir de pesca, andar en moto y el jazz. Durante años, domingo por medio, convocaba amigos a su casa para comer empanadas y escuchar a grandes personalidades del jazz, mientras él tocaba la batería. Son los recuerdos que quedarán en la memoria de su esposa, Angelina, sus hijos Nadia y Sacha, sus nietos y sus numerosos amigos.
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