
Supermercados de Rosario, en crisis
Mal momento: Reina Elena se declaró en quiebra y otras cuatro cadenas están en convocatoria de acreedores; quejas por falta de apoyo financiero a las Pyme.
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"No hay acompañamiento del sistema financiero en nuestros problemas. Sentimos que no hay apoyo para las Pyme", le dijo a La Nación Alberto Luis González, presidente de la Cámara de Supermercados de Rosario.
La situación de uno de los principales mercados del supermercadismo argentino es frágil.
La cadena Reina Elena se declaró en quiebra, y en los próximos días sus seis locales irán a remate.
Olivia -en negociaciones para venderse a Coto-, Hipermercados Tigre, Supermercados Siria y Super Avenida, también de Rosario, se presentaron en concurso de acreedores en el último año.
De las 10 empresas del mercado local que quedan en pie, para La Gallega y algunas firmas regionales -asociadas en clubes de compra- el negocio todavía sigue siendo rentable.
A la baja en las ventas, el predominio de Carrefour, Norte y Makro -especializado en la venta mayorista- se sumó en los últimos meses la dureza financiera de los bancos para renegociar las deudas de las cadenas, según argumentan los supermercadistas rosarinos.
"No funcionó competir de igual a igual con los grandes. Además, ellos se pueden dar el lujo de perder dinero por su colchón financiero internacional y nosotros no", puntualizó González, que además es presidente de la cadena Super Unico.
El caso Reina Elena
La familia Casinerio, dueña de Reina Elena, firmó hace dos meses un contrato de alquiler con opción a compra con el grupo supermercadista Sonae.
Los portugueses iban a desembarcar con su cadena Real, ya existente en Brasil.
Los inversores se comprometían a saldar $ 13 millones del total del pasivo de poco más de $ 20 millones, mantenían el personal y tomaban 130 empleados más.
El comité de acreedores del concurso judicial -piloteado por las empresas lácteas Sancor y Cotar, y por Paladini (fiambres)- no aceptó el acuerdo. En consecuencia, Reina Elena SRL se declaró en quiebra.
Pasado mañana se decidirá si los seis locales de la cadena rosarina van a remate en un solo bloque o por separado. De los 160 empleados, alrededor de 20 cobran desde hace unos meses un subsidio por desempleo de 200 pesos. El resto, en su mayor parte, habría logrado reubicarse en otros supermercados.
De todas maneras, según sostienen en Reina Elena, lo recaudado por el remate de los activos de la firma también alcanzará para pagar las indemnizaciones por los despidos.
Alianza en Córdoba
Ante la competencia de los grandes grupos supermercadistas, las empresas locales recurren a las sociedades de compra para juntar volúmenes de mercadería y así poder conseguir y ofrecer mejores precios finales.
Las cadenas cordobesas de supermercados Spa y Cordiez se sumaron a esta tendencia con un acuerdo para comprar y publicitar productos en conjunto.
Entre ambas firmas suman 70 locales de entre 300 y 1500 metros cuadrados.
"Podemos conseguir ahora una diferencia de precio menor en un 10 por ciento. Queremos que la diferencia con los hipermercados no sea tan apreciable. Somos conscientes de que ellos tienen precios muy competitivos", afirmó Rodolfo Saranz, de supermercados Spar.
En Córdoba, los grandes jugadores son Carrefour y Wal Mart -ambos con dos bocas cada uno- y los cordobeses de Libertad, que cedieron hace dos años el 75 por ciento de su capital a los franceses de Casino.






