Tarifas: el problema que se quiere enmendar lo produjo el kirchnerismo
Las pautas presentadas para los aumentos en gas, electricidad y agua, llamados por el Gobierno “segmentación tarifaria” o “redistribución de subsidios” ante la imposibilidad de usar la palabra “ajuste”, son poco claras
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Me referiré solo a gas y electricidad, donde hubo presentaciones desbalanceadas, de funcionarios que parecían poco convencidos, matizadas como siempre con idioma inclusivo y terceros culpables.
La presentación de gas fue sobreabundante en datos y estadísticas, confusa y llena de referencias ideológicas y políticas como: “se trata de la salud y supervivencia de los habitantes”, “son derechos humanos, para vivir dignamente”, etc. Mientras que la presentación eléctrica fue escueta e incompleta. Pero, evitando siempre mencionar que el problema que se quiere enmendar con estas medidas lo produjo el kirchnerismo.
Las pautas presentadas para este ajuste tarifario, llamado por el Gobierno “segmentación tarifaria” o “redistribución de subsidios” ante la imposibilidad de usar la palabra “ajuste”, son poco claras pero intentaré sacar algunas conclusiones preliminares en base a ellas.
Los niveles de subsidios actuales no fueron definidos con precisión, pero en base a los costos de producción de gas y electricidad y lo que paga la tarifa actualmente se puede concluir que, en promedio, los subsidios al gas son del 170% y a la electricidad del 300%.
En base a eso valores y asumiendo que el 30% de los usuarios de ambos servicios estarán comprendidos en el Nivel 1, cero subsidios; el 20% Nivel 3 o tarifa social no tendrá aumentos y el Nivel 3, con el 50% de los usuarios, pagará solo un 27% siempre que su consumo sea inferior a 400KWh mensuales y al 70% del promedio de los umbrales máximo y mínimo de gas, puede estimarse en forma preliminar el ahorro que tendrá el fisco por reducción de subsidios.
En gas ese ahorro será de orden del 38% y en electricidad de 34% que, en total, haciendo la media ponderada daría un ahorro total cercano al 35%. Es decir, unos US$5000 millones en un año y, de mediar actualización por inflación, caso contrario el ahorro se reduciría a US$2500 millones.
Son valores exiguos. En el mejor de los casos el ajuste propuesto significa el 1,0% del PBI y los subsidios energéticos se reducirían del actual 3% del PBI al 2,0%, cuando todo el déficit fiscal primario comprometido con el FMI es 2,5%.
Debido a los niveles establecidos para pasar a tarifa plena son elevados, recordemos que el consumo residencial promedio mensual está por debajo de los 300 KWh, el aumento con este ajuste será inferior al 30 % para casi la mitad de los usuarios, pero solo del 40% del valor actual de la tarifa ya que estos aumentos solo corresponden a la producción de electricidad y gas, no a los segmentos de transporte y distribución para los que aún no se definieron aumentos. Además, como ya vimos, para un 20% de usuarios no habrá aumentos.
De todos modos, la complejidad de los cuadros tarifarios seguramente conducirá a errores en las tarifas dando origen a reclamos a las empresas y amparos en la justicia.
En cuanto al sector de usuarios comerciales, de acuerdo con lo anunciado, empezará a funcionar sin subsidios y es de esperar que los incrementos tarifarios sean trasladados a precios en base a su incidencia real en el mismo, aunque no es lo que ocurre generalmente.
El autor fue subsecretario de Energía y Minería
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