Temen los gremios que se privilegie sólo a Air Plus y Spanair

La mayoría de los gremios aeronáuticos mostró ayer dudas respecto del futuro de Aerolíneas Argentinas luego de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), perteneciente al gobierno español y dueño del 92% de la empresa, eligió al holding español Air Plus para hacerse cargo de la compañía aérea.

Así se lo hicieron saber a la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, en un encuentro en la sede de la cartera laboral. Entre otros temas, los sindicalistas plantearon la necesidad de crear una comisión para controlar el cumplimiento de los compromisos asumidos por el nuevo comprador.

El mayor temor que tienen los representantes sindicales es que el nuevo dueño beneficie a sus aerolíneas Spanair y Air Plus en perjuicio de la empresa de origen argentino.

"Es muy riesgoso que Marsans haya quedado como dueña de Aerolíneas, ya que beneficiará a su competidoras, de quienes también es propietaria. Es probable que Spanair y Air Plus se queden con las rutas, como lo hizo la SEPI con Iberia en los últimos años", dijo el titular de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), Ricardo Cirielli, el dirigente que se negó durante el conflicto a firmar el plan director que proponía el gobierno español y que incluía una reducción de salarios escalonada.

La ministra Bullrich les contestó: "Estos (por Marsans) son nuevos operadores y creemos que es importante darles una oportunidad. No tengamos prejuicios".

La novedad llevaba apenas unas horas en el país cuando un nutrido grupo de trabajadores de APTA, encabezado por Cirielli, protagonizó una manifestación de repudio a los inversores españoles frente a la sede porteña de la aerolínea Iberia.

Durante la protesta, controlada por un operativo de seguridad, se cortó parcialmente el tránsito sobre Carlos Pellegrini al 1100, lo que provocó complicaciones en la circulación, mientras con bombos y cánticos los trabajadores insultaban al Estado español. Mañana, en la embajada de España, APTA repetirá los reclamos.

Cirielli buscó diferenciarse de los otros gremios al sostener que no había optado "por ninguno de los candidatos", porque le importaba únicamente que el nuevo grupo administrador de la línea de bandera "debe respetar todos los puestos de trabajo".

Además, manifestó que desconocía "qué plan tiene Marsans", aunque reclamó que se pagaran los salarios adeudados y la empresa retomara todos sus vuelos. Aprovechó, además, para criticar al gobierno argentino porque "estuvo ausente en las negociaciones, y debió haber privilegiado los capitales nacionales".

En tanto, el titular de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), Ariel Basteiro, se mostró también preocupado por la posibilidad de que Marsans decidiera "potenciar la aerolínea madre en lugar de sacar a flote a Aerolíneas".

"Hubiésemos preferido que fuesen grupos argentinos los que se quedaran con la administración de la compañía porque ya tenían experiencia en la materia", señaló Basteiro, aunque agregó que "los trabajadores no van a poner más piedras en el camino". El representante sindical puntualizó que su gremio apoyaría el nuevo proceso, aunque aclaró que también los sindicatos serían "garantes y fiscales de que se cumplan los compromisos que Marsans asumió con los trabajadores, que son garantizar plenamente las fuentes de trabajo de todos los trabajadores, avalar una capitalización que posibilitara reactivar a la empresa y aplicar un plan de crecimiento y expansión".

Más enojada, la diputada y titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), Alicia Castro, cuestionó la "escasa" participación del gobierno nacional en la negociación que concluyó con la concesión de la aerolínea, al afirmar que "ha incumplido una resolución del Congreso en la que se sentaron las bases que debía llevar el Gobierno en esta negociación".

"El gobierno de la Alianza, que criticó las privatizaciones oscuras del menemismo, no está haciendo ninguna cosa distinta y no ha hecho nada por proteger a nuestra línea de bandera", cuestionó.

Los pilotos, de acuerdo

En cambio, el titular de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA, pilotos de Austral), César Cavallero, afirmó que la posición de su gremio era "de apoyo al grupo español. Es una buena noticia que en la situación de crisis que vive el sector haya un grupo fuerte que esté dispuesto a este desafío".

Cavallero argumentó que el grupo inversor "va a contar con todo el apoyo en la medida que permita continuar con la operación de Austral en forma independiente", y consideró "una barbaridad" la oposición al traspaso accionario manifestada por APA y APTA. "No están a tono de la realidad del mercado y la industria", objetó el sindicalista.

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