Trabajadores imprescindibles
Diario El País/España
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MADRID.- España ha superado los tres millones de extranjeros afiliados a la Seguridad Social, un dato que refleja una de las principales tendencias del actual ciclo económico: la fuerte llegada de trabajadores migrantes en los últimos años y su enorme contribución al empleo y al crecimiento diferencial de España respecto de las economías de su entorno. El fenómeno ha ido acompañado, además, de una rebaja en la tasa de paro –hasta situarse, según el INE, en el 11,6% de la población activa en el primer trimestre de este año–, lo que invalida los discursos del miedo de quienes se empeñan en vincular la inmigración con la precarización y el desempleo.
Los extranjeros representan ya el 14% de toda la fuerza laboral en la economía regular, cuando hace apenas seis años, justo antes de la pandemia de Covid, suponían el 11%. En su mayoría se ocupan, eso sí, de las actividades más precarias, aquellas que los nacidos en España no quieren desempeñar, con jornadas más largas y peores salarios. Una de las razones es que muchos vienen de países sumidos en crisis políticas y económicas y con cargas familiares que les urgen a aceptar los empleos menos cualificados. Esa realidad es la que los lleva a estar sobrerrepresentados en el sistema de empleadas del hogar, el sector agrario y la hostelería. Por otro lado, quienes sí cuentan con la formación necesaria para optar a otro tipo de puestos se topan con demasiadas dificultades para homologar sus títulos, lo que abunda en otro rasgo distintivo del mercado: buena parte de los trabajadores están sobrecualificados para los puestos que desempeñan. Los trabajadores extranjeros no solo contribuyen al crecimiento de la economía y la sostenibilidad del sistema de pensiones con sus cotizaciones a la Seguridad Social, sino que se convierten en generadores de empleo.
