Venezuela y la tortura
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El último informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) sobre el período comprendido entre mayo de 2021 y abril de 2022 denunció en Venezuela más episodios de torturas, detenciones arbitrarias y persecución a la oposición.
Documentó el reporte seis casos en los que las fuerzas de seguridad actuaron en barrios marginales y dejaron ciudadanos muertos. Además, registró la detención arbitraria de al menos 13 personas durante operaciones de seguridad. También dio cuenta de denuncias de irregularidades con detenidos incomunicados, cuyos familiares no recibieron información sobre su paradero por lapsos de hasta un mes. Informó sobre 35 casos de violación del derecho a la libertad, incluyendo el de seis mujeres, y que al menos 22 personas seguían sometidas a medidas coercitivas más allá de los límites establecidos en la legislación, además de torturas a 14 personas privadas de libertad.
El reporte señaló que al menos cinco miembros de la oposición política fueron arrestados, mientras que dos dirigentes sindicales y un activista de derechos humanos seguían detenidos al momento de redactarse el informe. También se presentaron casos de violaciones del derecho a la libertad de opinión y de expresión que afectan a periodistas, documentándose 34 casos.
La impunidad del régimen reinante en Venezuela cubre las violaciones más aberrantes de los derechos humanos y civiles de la población. Mediante una Justicia de bolsillo sometida a Nicolás Maduro y su corte, justicia es apenas una palabra que disfraza abusos y crímenes de todo tipo que cometen quienes detentan el poder. La debacle venezolana es de tal magnitud, y ha durado tanto tiempo, que los sucesivos indicadores de deterioro han perdido la capacidad de sorprender.
LA NACION