A contramano del resto de Europa: el país donde la inflación no es un problema... y algunos precios bajan
Conocida por su asombrosa inmunidad a conflictos militares y derrumbes económicos, Suiza se presenta en estos días como un bastión que desafía la suba de precios en el resto de Europa y en otras naciones del mundo
BERNA.- Mientras el resto de Europa se enfrenta a un aumento de los precios, en Suiza la inflación es tan moderada que algunos costos clave están disminuyendo. El precio de la salud -una parte importante del presupuesto de los hogares suizos- bajó un 0,5% en febrero, cuando la inflación general alcanzó el 2,2%. Se trata de la tasa de inflación más alta desde 2008, pero sigue siendo solo una fracción de los niveles a los que se enfrentan otros países industrializados.
La modesta presión sobre los precios en Suiza se debe a una combinación de factores: los consumidores exigen mejores ofertas, una situación energética que deja al país menos expuesto que otros a la suba de los costos del petróleo y el gas, la contención salarial, y cierta protección contra la inflación de los precios de importación gracias a la fortaleza del franco suizo.
También es cierto que parte de la razón de la baja inflación en Suiza se debe a que el costo de vida en este país ya es muy alto. “Uno de los aspectos de Suiza es que tendemos a tener precios altos en prácticamente todo si lo comparamos con nuestros vecinos de Europa”, dijo Nannette Hechler-Fayd’herbe, directora global de economía e investigación de Credit Suisse.
Los consumidores más atentos encontraron algunas soluciones. A una hora en coche de Zurich, al otro lado de la frontera con Alemania, surgieron pequeñas empresas de entrega a domicilio que cobran a los clientes suizos una pequeña cuota por guardar los productos que piden a precios de ganga en Alemania y que luego van a buscar.
“La gente viene aquí porque puede comprar a precios ventajosos”, dice la empresaria Mandy Klein, una alemana que empezó su negocio de entrega de direcciones desde su casa en 2009 y ahora dirige dos depósitos en la pintoresca ciudad fronteriza alemana de Constanza, junto al lago.
El dinamismo del reparto en Constanza demuestra el afán de los hogares suizos por reducir sus costos de vida en la medida de lo posible. Aun así, las cifras de Eurostat muestran que el nivel de precios de los gastos de consumo de los hogares seguía siendo un 60% más alto en Suiza en 2020 que la media de la zona del euro.
El resultado es que los grupos de consumidores, hartos de que Suiza sea una “isla de precios altos”, presionaron para que se tomen medidas políticas que dieron lugar a dos cambios legislativos desde principios de este año para ofrecer a los hogares un mejor trato. El primero endurece la ley de cárteles suiza para impedir que las empresas suban sus precios en el mercado. El segundo prohibió el llamado geobloqueo, que los minoristas usan para impedir que los compradores en línea adquieran productos o servicios más baratos en sitios del extranjero, desviándolos, por ejemplo, a sitios web suizos.
Prisca Birrer-Heimo, legisladora de los socialdemócratas de centro-izquierda que codirigió una “iniciativa de precios justos” para exigir la reforma, ya vio el impacto. “Todavía hay potencial, pero notamos que las enormes diferencias de precios ya no son tan grandes como antes”, dijo.
El mercado suizo
Las características propias de los mercados suizos y el peso de algunas partidas clave en el índice de precios al consumo (IPC) también ayudan a explicar por qué la inflación es tan baja en Suiza. La salud, por ejemplo, que es suministrada por empresas privadas, representa el 17% del índice del IPC, frente al 7% de Estados Unidos y el 5% de Alemania, según datos de la OCDE.
El gobierno presionó a las compañías de seguros de salud para que recorten las primas. “Este ha sido un sector que, en lugar de crear inflación y aumento de precios, vio más bien lo contrario por la presión política”, dijo Hechler-Fayd’herbe.
Por otro lado, gracias a los lagos, los ríos y la geología montañosa de Suiza, la energía hidroeléctrica representa alrededor del 57% de la producción energética del país, lo que deja a los suizos mucho menos expuestos que otros a la espiral de precios del petróleo y el gas. La eficiencia resultante hace que la energía solo represente el 5% de la canasta del IPC suizo, según datos de la OCDE, frente al 7% de Estados Unidos y el 10% de Alemania, donde los consumidores están mucho más expuestos al aumento de los precios de los combustibles fósiles.
“Nuestra mejor estimación es que la inflación (media) en 2022 en Suiza se sitúa en el 1,8%, aunque el reciente aumento de los precios del petróleo eleva el riesgo de una tasa algo mayor”, dijo Hechler-Fayd’herbe. “Para 2023, creemos que la inflación será de media del 1,0%”.
Con los sueldos ya más altos que en casi todos los demás países europeos, hay menos presión para las subas. El operador de telecomunicaciones Swisscom (SCMN.S) sólo aumentará los sueldos un 0,9% este año.
La fortaleza del franco también ayuda. Considerado como un refugio seguro, el franco subió este mes brevemente por encima del euro y alcanzó un máximo de siete años. El poder adquisitivo del franco ofrece protección contra la suba de los costos de importación y contribuye a la estabilidad de los precios, brindando a los exportadores una ventaja frente a sus rivales extranjeros que enfrentan una mayor inflación.
Por Paul Carrel
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