Al-Qaeda, ante la oportunidad de regresar bajo el ala de un antiguo aliado
El vacío de poder y la inestabilidad en Afganistán tras la retirada de las tropas estadounidenses junto con la ofensiva de los talibanes representa una oportunidad para la red terrorista
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BRUSELAS.- Es un hecho: los talibanes tomaron Kabul, la capital de Afganistán, en una ofensiva relámpago en la cual lograron apoderarse de la gran mayoría de las ciudades que solían estar respaldadas por Occidente. Cuando el grupo terrorista está al borde de cumplir el objetivo de reinstaurar su visión de la ley islámica en el territorio que perdieron en los 2000, las especulaciones giran en torno a un punto clave: ¿Qué rol adoptará Al-Qaeda ahora?
Ante el vacío de poder generado por la retirada de las tropas estadounidenses en los últimos meses y con los talibanes dominando Afganistán, los funcionarios de defensa de Estados Unidos advirtieron que existe una posibilidad de que Al-Qaeda se reorganice y se consolide en el territorio.
Frank McKenzie, general de infantería de la marina que asumió en el cargo de jefe de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, señaló en una entrevista el mes pasado que el grupo terrorista sigue siendo una preocupación y representa una “amenaza” que “todavía está aquí hoy”.
“Estamos aquí para evitar que Al Qaeda e ISIS puedan reconstruirse en los espacios no gobernados, generalmente del este de Afganistán, y poder planear ataques contra nuestra patria”, dijo a NBC News en Kabul.
This morning, the President and Vice President met with their national security team and senior officials to hear updates on the draw down of our civilian personnel in Afghanistan, evacuations of SIV applicants and other Afghan allies, and the ongoing security situation in Kabul. pic.twitter.com/U7IpK3Hyj8
— The White House (@WhiteHouse) August 15, 2021
La salida de las fuerzas antiterroristas estadounidenses podría ser el impulso para la reconfiguración del grupo: “Si esa presión desaparece, creo que se van a regenerar”, señaló.
Y agregó: “Creo que es solo cuestión de tiempo antes de que los veamos reafirmarse y comenzar a planear ataques contra nuestra patria”.
Las advertencias también llegaron desde el ministro de Defensa británico, Ben Wallace, quien dijo estar “absolutamente preocupado” de que “estados fallidos” como Afganistán y Siria sean “caldos de cultivos” para que se afiancen insurgentes terroristas en un contexto de plena inestabilidad.
“Al-Qaeda probablemente regresará”, sentenció en dialogo con Sky News. “Es por eso que dije que sentía que este no era el momento o la decisión adecuados para tomar”, agregó refiriéndose a la decisión del presidente estadounidense Joe Biden de traer a las tropas “devuelta a casa”.
“Occidente tiene que aprender que no se solucionan los problemas, se manejan los problemas”, cuestionó Wallace. “Tienes que ir a un país y administrarlo, no existe una solución instantánea”.
Lo cierto es que Al-Qaeda ya está allí. Un informe publicado por la ONU y citado por el medio británico The Guardian muestra una evaluación de los servicios de inteligencia de los estados miembro que arroja que el grupo terrorista “está presente en al menos 14 provincias afganas”, y que “Al-Qaeda en el subcontinente indio, una filial del grupo, opera bajo protección de los talibanes en las provincias de Kandahar, Helmand y Nimruz”.
“Los medios de Al-Qaeda celebran las operaciones aparentemente frecuentes de sus combatientes en Afganistán”, informa el tabloide. “Esto siempre fue un problema para la administración de Biden”.
El año pasado, en febrero, tras nueve encuentros de intensas negociaciones, Estados Unidos firmó un acuerdo de paz con los talibanes que abordó cuatro cuestiones principales: reducir la violencia, retirar las tropas extranjeras, iniciar negociaciones entre los afganos y garantizar que Afganistán no vuelva a convertirse en un refugio para terroristas. Este último punto involucra especialmente a Al-Qaeda.
Luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos invadió Afganistán con el fin de eliminar la amenaza del terrorismo. Su principal objetivo fue desmantelar las actividades terroristas en el país, tanto de Al-Qaeda como del Estado Islámico. Con este precedente, el pacto con los talibanes suponía una garantía de que el país no sería utilizado por ninguno de sus miembros ni grupos terroristas que atenten contra la seguridad de los estadounidenses y sus aliados.
Hoy estos acuerdos quedaron en el pasado. “Zalmay Khalilzad, el representante especial de Estados Unidos para la reconciliación de Afganistán, dijo al Congreso en mayo que los talibanes habían ´logrado un progreso sustancial´ en el cumplimiento de estos compromisos. Pero incluso si eso era cierto entonces, y probablemente no lo fue, ahora todas las apuestas están canceladas”, advierte The Guardian.
Los servicios de inteligencia estadounidenses sostienen que la relación entre los talibanes y Al-Qaeda es “cercana”, y los acontecimientos suponen una oportunidad para grupos terroristas. “Incluso si Al-Qaeda no intenta aprovechar estas nuevas circunstancias, otros lo harán. Pueden intentarlo con el aliento de los gobernantes de Afganistán o en contra de su voluntad expresa, pero lo intentarán”, concluyó.
Agencias AP, DPA y ANSA
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