Bangladesh, superpoblado y sumido en la indigencia
Es el país natal del flamante Nobel
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NUEVA DELHI (EFE).- Bangladesh, patria del "banquero de los pobres" Muhammad Yunus, galardonado ayer con el Nobel de la Paz, es uno de los países más pobres y superpoblados del mundo.
Con una población de casi 140 millones de personas repartidas en 144.000 kilómetros cuadrados, la República de Bangladesh echó a andar hace apenas 35 años, cuando se independizó de Paquistán en diciembre de 1971. Su producto bruto interno alcanzó en 2004 a los 56.600 millones de dólares y su inflación, el 4,2%. Tiene una frágil economía basada en la ganadería, la agricultura y la industria textil.
Según el Banco Asiático de Desarrollo, un tercio de los habitantes de Bangladesh viven con menos de un dólar por día (cifra considerada el umbral de la pobreza extrema), lo que lo convierte en una de las naciones menos desarrolladas de la región.
Su delicada economía va de la mano de una compleja trayectoria política: el primer gobierno bengalí lo formó en 1972 el jeque Mujibur Rahman, que instauró un clima de violencia y asumió plenos poderes.
Inestabilidad
En 1975, Mujibur fue asesinado en un golpe militar que abrió una época de gran inestabilidad política y que motivó la llegada al poder, también con un golpe de Estado, del jefe del ejército Mohamed Husain Ershad, en 1982.
Ershad estuvo en la presidencia de modo dictatorial durante nueve años, hasta que una revuelta popular en 1991 restauró la democracia.
Desde entonces, se sucedió una serie de crisis políticas por desavenencias entre la mayoría y la oposición, con la celebración en dos ocasiones de elecciones generales que, según los observadores, no eran ni justas ni limpias.
Tras los segundos comicios, en 1996, estalló una rebelión militar que puso al país al borde de la guerra civil por la destitución del jefe del ejército, el teniente general Abu Saleh Mohamed Nasim, quien fue arrestado al día siguiente, con lo que la sublevación finalizó.
Los años siguientes estuvieron salpicados de violencia política, huelgas y manifestaciones que continuaron hasta comienzos de 2000, año en el que se calcula que fueron asesinadas más de 6000 personas y resultaron heridas 40.000.
Acusaciones de corrupción
En las elecciones generales de octubre de 2001 ganó, con una aplastante mayoría, el partido de Jaleda Zia, viuda del padre de la patria Rahman, que todavía hoy sigue en el gobierno.
Su legislatura, salpicada de acusaciones de corrupción e incompetencia, expira a finales de este mes, lo que deja en el limbo el futuro político de Bangladesh, dado que la oposición y la mayoría no logran un acuerdo sobre el gobierno provisional que debe crearse para la convocatoria de las próximas elecciones.
Este clima político agrava la difícil situación de un país inmerso en el descontento social que, además, afronta periódicamente inundaciones monzónicas, ciclones y otros desastres naturales que dejan a la población en una situación aún más precaria.
Se calcula que el 83 por ciento de las casi 140 millones de personas que viven en este país, ubicado al sur de Asia y cuya capital es Dacca, son musulmanas. El 16 por ciento son hindúes y el 1 por ciento restante profesa otras religiones. Un tema que también aquí ha desencadenado muchos conflictos.




