Confesó la madrastra en el caso del chico asesinado que conmueve a toda España
MADRID.- Las heridas siguen abiertas en la localidad española de Níjar, en el sur del país, convertida en los últimos días en escenario de muerte por el caso de Gabriel Cruz, el chico de ocho años hallado asesinado en el baúl del auto de su madrastra, en un crimen que tuvo en vilo a España.
Su madrastra, una ciudadana dominicana de 43 años y de sombríos antecedentes, detenida desde ayer por la policía con contundentes evidencias en contra, finalmente se quebró ante los investigadores y confesó el asesinato.
En breves explicaciones a los investigadores de la Guardia Civil, Ana Julia Quezada se ofreció además a colaborar para la reconstrucción del asesinato. Según reveló esta mañana la autopsia, Gabriel Cruz murió por estrangulación el mismo día de su desaparición, el 27 de febrero.
En medio del horror, cientos de personas asistieron al velorio para despedir a Gabriel y acompañar a sus padres. Pero la atención estaba dividida con la confesión de Quezada, quien según fuentes del caso explicó que discutió con Gabriel, le dio un mal golpe en la cabeza que lo dejó sin conocimiento, y luego, asustada, lo asfixió.
La Guardia Civil sospechaba desde el primer momento de Quezada, y le pidió a su pareja y padre de Gabriel, Ángel Cruz, que disimulara para continuar las investigaciones sin levantar sospechas.
Quezada fue atrapada in fraganti cuando transportaba los restos de un lugar a otro para evitar que lo encontraran los investigadores.
Según fuentes de la familia citadas por el diario El País, ni la abuela ni el chico tenían buena relación con ella. "Carmen [abuela paterna] la aguantaba por ser la pareja de su hijo pero no le gustaba nada, decía que manipulaba a Ángel", aseguran fuentes cercanas a la familia.
Por su parte, Gabriel había manifestado su rechazo hacia ella. Con ocasión de un viaje de Ana Julia a República Dominicana, manifestó que deseaba que no volviera.
Agencias AFP, DPA y diario El País
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