Correa lanza su guerra contra la sátira y las redes

"Presidente [Rafael] Correa, si sos tan sensible, entonces Twitter y Facebook tal vez no sean para vos." Con fina ironía, John Oliver, el popular comediante inglés de la televisión estadounidense, se burló el domingo pasado en su programa Last Week Tonight de la guerra que emprendió el mandatario ecuatoriano en las redes sociales.

Oliver dedicó algo más de cuatro minutos a parodiar a Correa, quien para evitar las críticas hacia su persona y su gestión creó el portal de Internet Somos+ (www.somosmas.ec), el 24 de enero pasado. El objetivo es que los usuarios que se registren les respondan a los opositores que participan, según Correa, de una "campaña de desprestigio" hacia el gobierno.

"Si ellos mandan un tuit, nosotros mandaremos 10.000. Nos quieren mentir con sátira, campaña de desprestigio sistemática", dijo el presidente en su programa de televisión Enlace Ciudadano -también llamado "sabatina"- cuando anunció la creación del portal.

El gobierno de la "revolución ciudadana" busca luchar contra quienes insultan al presidente, pero sobre todo tiene la mira puesta en un usuario: Crudo Ecuador. Fueron los memes de este personaje, que tiene más de 41.000 seguidores en Twitter, los que irritaron a Correa.

De hecho la batalla "por la verdad y la dignidad en las redes sociales" -como la llamó Correa- comenzó luego de que Crudo Ecuador publicó una foto en la que aparece el presidente en un shopping de Amsterdam con bolsas de compras. En el meme el usuario se burla porque, según él, Correa critica a quienes hacen compras en el exterior.

Indignado, luego de volver de sus vacaciones en Bélgica, tierra natal de su esposa, y de un viaje a China, Correa emprendió su guerra. En su primer Enlace Ciudadano de 2015, el 17 de enero pasado, el presidente dio datos personales y mostró fotos de quienes lo habían insultado alguna vez en las redes sociales.

Aún no reveló la identidad de Crudo Ecuador, pero el titular de la cuenta, que antes veía esto como algo improbable, cada vez tiene más miedo, según dijo vía mail a LA NACION.

"Él [por Correa] ha dicho en varias ocasiones que no he cometido nada ilegal y, sin un delito, tendría que saltarse las leyes para investigarme. Pero creo que subestimé su malicia, ya el gobierno se saltó la ley y empezó a revelar datos confidenciales en las redes", dijo el usuario, manteniendo el anonimato.

"Obviamente, esto es algo que, más que asustarme por ser reconocido, me asusta por saber lo vulnerable que soy como ciudadano ante el abuso de poder del Estado", agregó.

Para sus críticos, esta campaña de Correa es el último golpe en una confrontación que el mandatario mantiene contra la libertad de expresión.

"El asunto es muy preocupante, pues implica restricciones a la libertad de expresión en las redes sociales, por parte de un poder político muy concreto. Es una forma de la guerra comunicacional emprendida por el gobierno en contra de quienes opinan diferente o en contra de quienes lo critican", dijo a LA NACION Diego Cornejo, director ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aedep).

En la misma línea opinó Marcelo Larrea, presidente de la Federación Nacional de Periodistas. "El propósito de Correa es intimidar. Sembrar de miedo y pánico los espacios de Facebook y Twitter. Es la extensión de sus políticas públicas, dirigidas al asesinato jurídico de la libertad de expresión, contenidas en la ley orgánica de comunicación", dijo.

Los críticos y la prensa denominaron esta norma como "ley mordaza", ya que desde que se implementó, en junio de 2013, varios organismos controlan la actividad periodística con auditorías e imposición de sanciones administrativas y económicas a periodistas y empresas de información.

Por ahora Correa no tuvo mucho éxito con su campaña contra Crudo Ecuador. El usuario pasó de tener un poco más de 180.000 fans en Facebook a más de 385.000 después de que el presidente lo mencionó en dos sabatinas seguidas.

En Twitter pasó de los 15.000 a más de 41.000 seguidores.

Quizás para tener más éxito en su ofensiva el presidente podría escuchar al comediante Oliver y ser menos "hipersensible" y más tolerante con las críticas. "¡Cómo te vas a meter en una guerra en Twitter! Nadie ganó una de ésas!", le advirtió.

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