
Edith Cresson: La francesa que llegó a premier
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1991
Aunque sólo estuvo 10 meses en el poder, su nombre hizo historia: Edith Cresson es la primera -y la única hasta el momento- mujer que accedió al cargo de primer ministro en Francia.
Desde que ingresó en el Partido Socialista francés, Cresson se destacó rápidamente entre sus correligionarios, hombres en su gran mayoría.
De hecho, esta dinámica mujer, nacida en 1934 en las afueras de París, llamó mucho la atención del líder del socialismo de aquel entonces, François Mitterrand, quien apenas accedió a la presidencia en 1981 la convocó para convertirla en titular del Ministerio de Agricultura.
Ese fue el primer escalón de un constante ascenso en el mundo de la política y, luego de pasar por la cartera de Asuntos Europeos, de Comercio Exterior y Turismo, y de Reestructuración, Cresson llegó a donde ninguna mujer había llegado antes y se convirtió en primera ministra el 15 de mayo de 1991.
Se mantuvo en el poder hasta el 2 de abril del año siguiente y muchos le adjudicaron a su falta de diplomacia el motivo principal de su muy baja popularidad, que fue determinante en el momento en que se vio obligada a abandonar el cargo.
Cresson, que calificó a los japoneses de "hormigas amarillas", se ganó también el desprecio de sus vecinos ingleses, alemanes e incluso de los norteamericanos, a quienes en una oportunidad trató públicamente de homosexuales en forma despectiva.
"La mayoría de los hombres [en los países sajones] son homosexuales. Bueno, quizá no la mayoría, pero en Estados Unidos ya hay un 25 por ciento y en el Reino Unido y en Alemania es así también. Uno no puede imaginarse eso en la historia de Francia. Para mí es un punto de gran debilidad", afirmó, lo que le valió fuertes críticas por parte de la opinión pública francesa e internacional.
Sin embargo, algunos consideran que su falta de diplomacia era en realidad una brutal sinceridad que no es costumbre en el mundo de la política. Poco tiempo después de haber tenido que dejar el gobierno por las presiones de sus compañeros socialistas, declaró: "En un partido político, una mujer es siempre inferior. Cuando habla, nadie la escucha. Es repugnante".
2006
Hace dos meses, Cresson volvió a ocupar las primeras planas de los diarios, pero esta vez no fue por sus frases provocadoras, sino por un escándalo de escala regional.
Todo comenzó en marzo de 1999, cuando los miembros de la Comisión Europea, órgano ejecutor de la UE del que formaba parte Cresson, renunciaron en bloque, acorralados por una investigación por "fraude, mala gestión y nepotismo".
Comisaria Europea para la Educación y la Investigación entre 1995 y 1999, Cresson abusó de su poder e inventó cargos ficticios en los que sus conocidos cobraban sueldos de funcionario sin cumplir ninguna función. Lisa y llanamente, un caso de corrupción.
En julio de este año, el Tribunal de Justicia de la UE la declaró culpable de "favoritismo" por haber nombrado en sus tiempos de comisaria europea a su dentista y amigo René Berthelot como "consejero personal en asuntos científicos", puesto que jamás ejerció.
La corte determinó que Cresson había violado las normas comunitarias, pero muchos criticaron el fallo porque no la obligaba a pagar ninguna sanción económica.
Sin embargo, la ex primera ministra volvió a quedar en la historia: se convirtió en la primera responsable de un rango tan alto en ser condenada por la justicia europea.




