El golpe de un misil de los hutíes en el centro de Israel le imprime a la guerra otro peligroso giro
El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que Israel infligiría un “alto precio” a los hutíes, la milicia yemenita aliada de Irán; “el enemigo debe esperar más ataques y operaciones de calidad”, advirtió un vocero
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JERUSALÉN.- En un audaz ataque que amenaza con imprimirle un dramático giro a la guerra en Medio Oriente, un misil de la milicia yemenita hutí, aliada de Irán, golpeó este domingo el centro de Israel, la segunda vez en dos meses que el grupo respaldado por Teherán logra penetrar con éxito los cielos del país.
El ataque fue la última ilustración del conflicto que se está desarrollando en Medio Oriente entre Israel y sus aliados iraníes, que han organizado ataques contra territorio israelí en lo que han calificado como una muestra de solidaridad con los palestinos bombardeados en Gaza. También demostró las capacidades militares de los hutíes, que tienen su base a cientos de kilómetros de Israel, en el extremo sur de la península Arábiga.
Las sirenas antiaéreas sonaron en docenas de ciudades y pueblos del centro de Israel alrededor de las 6:30 am del domingo, obligando a la gente a correr a habitaciones seguras fortificadas y refugios antiaéreos.
El Ejército israelí dijo inicialmente que los hutíes habían disparado un misil tierra-tierra que cayó en una “zona abierta” y que no se reportaron víctimas. En un comunicado posterior, el ejército dijo que una investigación inicial indicó que el misil se había “fragmentado en el aire” y que estaba revisando sus intentos de interceptar el ataque.
Yahya Sarea, vocero militar de los hutíes, dijo que el grupo armado había disparado un misil balístico contra lo que afirmó era un objetivo militar en el centro de Israel. Sus afirmaciones no pudieron ser verificadas de forma independiente.
“El enemigo debe esperar más ataques y operaciones de calidad”, dijo Sarea en una declaración televisada.
El objetivo del ataque, dijo Nasruddin Amer, otro portavoz hutí, era presionar a Israel para que pusiera fin a la guerra en Gaza.
“El problema está en Gaza y la solución está en Gaza”, dijo Amer en un mensaje de texto.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sugirió que su país respondería al ataque, que consideró parte de una “batalla más amplia contra el eje del mal de Irán que busca destruirnos”.
“Ya deberían saber que cobramos un alto precio por cualquier intento de hacernos daño”, dijo, refiriéndose a los hutíes, al comienzo de una reunión del gobierno.
Hamas en Gaza es uno de los varios grupos armados de la región que cuentan con el apoyo de Irán, incluidos los hutíes en Yemen y Hezbollah en Líbano. Abu Obeida, portavoz del brazo armado de Hamas, dio la bienvenida al lanzamiento del misil hutí.
Según un funcionario de la administración Biden, el arma utilizada por los hutíes el domingo no constituía una nueva capacidad para el grupo armado.
Desde que Israel comenzó a bombardear Gaza en respuesta al ataque liderado por Hamas el 7 de octubre, algunos de los representantes regionales de Irán han lanzado ataques contra intereses israelíes y han provocado temores de una guerra cada vez más amplia.
Los hutíes son una milicia chií yemení que en la última década se hizo con el control de grandes partes del oeste de Yemen, incluida la capital, Saná, y la costa del Mar Rojo. Si bien la oposición del grupo a Israel precedió a la guerra en Gaza, los hutíes rara vez habían atacado los intereses israelíes antes de octubre del año pasado.
Mohammed Albasha, un destacado experto en Oriente Medio del Grupo Navanti, una organización de investigación con sede en Estados Unidos, dijo que los ataques de los hutíes a Israel eran parte de un intento de presentarse como un defensor del mundo musulmán.
“La narrativa de los hutíes está cambiando”, afirmó. “Ya no se consideran simplemente un grupo local y nacional yemení”.
Desde noviembre, los hutíes han amenazado a los barcos en el mar Rojo que, según afirman, tienen vínculos con Israel. En respuesta, Estados Unidos, Gran Bretaña y otros aliados de Israel han atacado los depósitos de armas, los sistemas de misiles y las instalaciones de radar de los hutíes en Yemen.
El 19 de julio, los hutíes lanzaron un ataque con aviones no tripulados en Tel Aviv que se estrelló contra un edificio cerca de la embajada de Estados Unidos, matando a una persona e hiriendo a varias más.
Un día después, aviones de combate israelíes bombardearon el puerto de Hudaydah, en el mar Rojo, que está controlado por los hutíes. Los ataques en Hudaydah mataron a tres personas y hirieron a 87, según el Ministerio de Salud en Saná, que está bajo el control de los hutíes.
El poderoso grupo militante libanés Hezbollah comenzó a disparar a través de la frontera hacia Israel el 8 de octubre. Desde entonces, ha intercambiado fuego casi a diario con el ejército israelí y los ataques recíprocos han provocado una destrucción generalizada y evacuaciones en gran escala en ambos lados de la frontera.
El domingo, el ejército israelí informó de que alrededor de las 8 de la mañana habían entrado en el país unos 40 proyectiles procedentes del territorio libanés. Algunos cayeron en zonas abiertas, según el ejército, y otros fueron interceptados. No se registraron heridos.
En un comunicado, Hezbollah dijo que había disparado docenas de cohetes en respuesta a los recientes ataques israelíes en el sur del Líbano y en apoyo del pueblo palestino y su “resistencia”.
La guerra en Gaza ya lleva doce meses y no parece que vaya a terminar a pesar de los esfuerzos de los mediadores internacionales (incluido Estados Unidos) por conseguir un alto el fuego y la liberación de los rehenes retenidos en el enclave.
Netanyahu y Yahya Sinwar, el nuevo líder político elegido de Hamas, han sido vistos como las dos figuras más importantes para asegurar -o impedir- cualquier posible tregua.
Sinwar, uno de los arquitectos de los ataques del 7 de octubre, no ha aparecido en público y sólo ha hecho declaraciones públicas en raras ocasiones desde que comenzó la guerra.
Pero la semana pasada, Hezbollah dijo que había recibido una carta suya para el secretario general del grupo, Hassan Nasrallah. Según Hamas, Sinwar también envió una nota al presidente de Argelia felicitándolo por su reelección.
En la carta a Nasrallah, el líder de Hamás agradeció a su homólogo por su “solidaridad mezclada con sentimientos verdaderos y nobles”.
Ibrahim al-Madhoun, un analista cercano a Hamas, pareció advertir que no se debe interpretar demasiado la correspondencia. Si bien las declaraciones públicas de Sinwar habían sido pocas y espaciadas, dijo, el nuevo papel de Sinwar como presidente de la oficina política de Hamas significaba que era “natural” para él enviar cartas a presidentes y jefes de grupos militantes.
“Las cartas son una confirmación de sus nuevas funciones”, afirmó Al-Madhoun. “Está combatiendo en una guerra, pero también está asumiendo sus responsabilidades en su nuevo papel”.
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