
El impacto y el fuego, una combinación mortal para las Torres Gemelas
Preparadas para resistir, no soportaron el embate demoledor, fuera de toda previsión
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El World Trade Center o "las torres gemelas", como comúnmente se las conocían, eran dos edificios con estructura de acero, tanto en las columnas como los entrepisos de las 110 plantas que las componían.
Por las características modernas de su diseño estructural eran consideradas "de segunda generación".
La conformación de la planta era un tubo estructural resistente en su interior donde, en general, se alojan los núcleos de circulación vertical, ascensores, escaleras y servicios. Otro tubo estructural iba por fuera, en forma perimetral, formado por paños compuestos por grandes vigas, unidas a las columnas, dispuestas muy cercanas unas de otras.
Toda la estructura resistente estaba sustentada en una platea de fundación de hormigón apoyada en la roca, por debajo de sus 6 subsuelos. Vale decir que el edificio se comportaba como una ménsula de más de 400 metros de altura, empotrada en su base a mas de 20 metros de profundidad.
Preparadas para resistir
Estos rascacielos estaban calculados para soportar, ademas de las cargas propias y de las de uso, la incidencia de vientos de hasta 250 kilómetros por hora. Y en su diseño se había tomado en cuenta la hipótesis de un accidente tal como un incendio o el impacto de un avión.
En el año 1993, una de ellas soportó, aún seriamente dañada, los efectos producidos por la explosión de una bomba colocada en un subsuelo.
Todas las estructuras de esta envergadura se proyectan para soportar las cargas usuales. Pero aún así, como quedó claro en el atentado de 1993, son capaces de resistir ciertas acciones excepcionales, como un ataque con explosivos.
¿Por qué cayeron las torres, entonces? Bien... no cabe duda de que lo ocurrido anteayer fue un hecho excepcional, de magnitud excepcional.
Las torres tardaron entre una hora y cuarto y una hora y media en caerse. Vale decir que el impacto de los aviones, seguramente, dañó la estructura -en particular sus columnas- pero no fue suficiente para derrumbarlas.
Si volvemos la mirada a las imágenes de las torres colapsando, se aprecia claramente que el polvo de los escombros, consecuencia del derrumbe del piso más afectado, fluye de adentro hacia fuera y de arriba hacia abajo, comenzando en los niveles impactados y afectados por el fuego.
La parte superior se hunde en la inferior provocando, debido al fuerte impacto que esto genera, la rotura en cadena de los pisos inferiores.
Esta es la causa mas probable de la caída de las torres. El fuego, el gran enemigo de las estructuras metálicas, hace que el acero -cuando alcanza los 600 a 700 °C- pierda gran parte de su resistencia y rigidez. Y, consecuentemente, su capacidad de soportar las cargas previstas.
El diseño de la estructura contemplaba la eventualidad de un incendio. Pero, seguramente, no pudo mantener su resistencia debido a la combinación de los daños provocados por el impacto del avión, el posterior efecto del calor generado por la gran cantidad de combustible que llevaban y el lapso prolongado en que actuó el fuego sin poder ser controlado.
La ciudadanía del mundo está de luto por las victimas inocentes. La ingeniería estructural también: perdió dos de sus mas emblemáticas realizaciones.
El autor es profesor titular del Departamento de Construcciones y Estructuras de la Facultad de Ingeniería de la UBA.


