En otra polémica que complica la paz, Israel se declara "Estado judío"
Pone fin a la "completa igualdad de derechos", sin discriminación por religión o raza, y declara a Jerusalén capital del país; el 20% de los israelíes son árabes
JERUSALÉN.- En una medida que elevó aún más las tensiones internas, el Parlamento de Israel aprobó ayer una polémica ley que define el país como el Estado nacional del pueblo judío, sin contemplar a las minorías árabes de ciudadanía israelí, y proclama a Jerusalén la capital de Israel, incluida la parte oriental de la ciudad anexada.
El gobierno dijo que lo único que hace el texto es dar fuerza de ley al carácter que ya tiene Israel. El primer ministro Benjamin Netanyahu , principal impulsor de la medida desde que llegó al poder en 2009, calificó la votación de "momento histórico en la historia del sionismo y en la historia del Estado de Israel".
"Israel es el Estado nacional del pueblo judío, que honra los derechos individuales de todos sus ciudadanos", añadió el premier. "Repito, este es nuestro Estado. El Estado judío. Últimamente hay gente que está intentando desestabilizar esto y, por lo tanto, desestabilizar los cimientos de nuestra existencia y nuestros derechos", agregó. "Por eso hoy lo hemos convertido en ley. Este es nuestro país. Este es nuestro idioma. Este es nuestro himno y esta es nuestra bandera. Viva el Estado de Israel".
La Unión Europea (UE) expresó su preocupación por la nueva medida. "Hemos sido muy claros en lo que respecta a la solución de dos Estados, creemos que es el único camino a seguir y cualquier paso que complique o impida que esta solución se convierta en realidad debería evitarse", sostuvo en Bruselas la jefa de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini.
En un país que carece de Constitución, esta es la última de las 12 leyes fundamentales con rango constitucional en 70 años de historia, y solo puede ser derogada por una medida de rango similar. La nueva ley omite cualquier mención de la democracia o el principio de igualdad, en lo que los críticos calificaron como una traición a la Declaración de Independencia de 1948, que aseguró "la completa igualdad de derechos sociales políticos" para "todos sus habitantes" sin importar su religión, raza o sexo.
Los opositores a la ley dijeron que margina a la minoría árabe del país -el 20% de la población- y degrada el idioma árabe, que era una de las dos lenguas oficiales y ahora pasó a tener una posición "especial". La propuesta se aprobó por 62 votos a favor y 55 en contra, con dos abstenciones.
La nueva ley surge en un complicado momento interno y regional para Israel. Aunque después de casi 10 años en el poder Netanyahu sigue siendo el político más popular del país, los escándalos de corrupción lo persiguen y la policía recomendó al fiscal general imputarlo por soborno y fraude.
También, la decisión norteamericana de trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén en marzo pasado desató una violenta reacción en los territorios ocupados palestinos, especialmente en Gaza, con decenas de muertos. La comunidad internacional rechaza a Jerusalén como capital de Israel y considera el sector oriental la futura capital del Estado palestino. Se suma el estancamiento del proceso de paz entre israelíes y palestinos, que no tiene avances desde hace cuatro años.
En la Knesset (Parlamento), los diputados se turnaron para hacer una encendida defensa de sus posiciones en un largo y alborotado debate que terminó a primera hora de ayer.
Ayman Odeh, líder de la lista conjunta árabe, sacó una bandera negra y la ondeó durante su discurso en la Cámara para advertir sobre las implicaciones de la norma. "Esta es una ley malvada", dijo el legislador y agregó que "una bandera negra se cierne sobre ella".
"Hoy tendré que decirles a mis hijos y a todos los chicos de las localidades árabes palestinas (...) que el Estado ha declarado que no nos quiere aquí", dijo Odeh más tarde en un comunicado. "Se aprobó una ley de supremacía judía que nos dice que siempre seremos ciudadanos de segunda clase".
Benny Begin, hijo del ex primer ministro israelí Menahem Begin, que fundó el partido gobernante Likud, se abstuvo en la votación y advirtió sobre la creciente desconexión de la agrupación de Netanyahu con los derechos humanos. El texto original de la ley fue suavizado. Para lograr un amplio apoyo se eliminó la cláusula más controvertida, que decía que los municipios podrían excluir a personas por su religión o nacionalidad, entre otros argumentos.
La Fiscalía General del Estado había advertido sobre las consecuencias internacionales que podía tener la aprobación del texto original de la ley.
La nueva legislación
- Un Estado para los judíos: La nueva ley aprobada por el Parlamento define a Israel como "el Estado-nación del pueblo judío"
- Cambio histórico: En Israel no hay Constitución, pero la declaración de independencia de 1948 establecía "la completa igualdad de derechos sociales políticos" para "todos sus habitantes" sin importar su religión, raza o sexo
- El hebreo, lengua oficial: El texto adoptado por 62 votos a favor y 55 en contra estipula, entre otras cosas, que el hebreo se convierte en la única lengua oficial de Israel, un estatuto que compartía anteriormente con el árabe
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