Escándalo en Gran Bretaña: acusan a un diputado conservador de ver pornografía en plena sesión del Parlamento

LONDRES.- El Partido Conservador británico solicitó investigar a uno de los líderes de su bloque en la Cámara de Comunes tras ser denunciado por ver pornografía en su teléfono en reiteradas ocasiones, principalmente en sesiones del Parlamento y reuniones del comité.

A horas de la noche del lunes, un grupo de entre 12 y 14 parlamentarias se acercaron a uno de los principales referentes del espacio, Chris Heaton-Harris, para quejarse respecto del sexismo que se vive en las inmediaciones de la Cámara Baja. Fue allí que una de las presentes relató su experiencia personal.

Sin revelar la identidad del sujeto, señaló que uno de sus colegas de sexo masculino vio contenido pornográfico desde su teléfono en varias sesiones. Al parecer, no habría sido la única en tener que lidiar con aquel individuo. En consecuencia, pidieron que se lleve a cabo una investigación por conducta sexual inapropiada.

El jefe de filas de los conservadores, Heaton-Harris, responsable de velar por la disciplina del partido, está examinando las quejas sobre la pornografía, dijo su oficina en un comunicado: “Este comportamiento es totalmente inaceptable y se tomarán medidas”, indicó uno de sus voceros.

Tras darse a conocer la denuncia, el miércoles un legislador le preguntó al primer ministro, Boris Johnson, si esos ministros debían ser destituidos. El premier respondió: “el acoso sexual es intolerable y no hay que dejarlo pasar”.

“Es muy correcto que los miembros tengan ahora un procedimiento por el cual puedan llamar la atención de las más altas autoridades ... y por supuesto es motivo de despido”, agregó.

Luego de que el caso saliese a la luz, se presentó una lista al Esquema Independiente de Quejas (ICGS) de al menos 56 otros parlamentarios, denunciados por “actividades sexuales” de la misma índole. El listado incluye a cinco ministros que integran el Gabinete de Reino Unido, creado por Boris Johnson.

Sexismo en el Parlamento

La cuestión del sexismo en el Parlamento británico salió a la luz en los últimos días después de que el suplemento de los domingos del Daily Mail, Mail on Sunday, publicara un controversial artículo en el que un legislador del partido conservador afirmara bajo anonimato que la vicepresidenta del Partido Laborista de la oposición, Angela Rayner, trataba de distraer a Johnson en el parlamento cruzando y descruzando sus piernas.

Rayner, quien luego fue acusada por el mismo medio de burlarse de las acusaciones, aseguró estar “mortificada” y apuntó contra el sexismo que las mujeres experimentan “todos los días”.

“El Mail da a entender hoy que de alguna manera disfruto siendo objeto de calumnias sexistas. No es así. Son mortificantes y profundamente hirientes”, declaró la líder laborista. “´A ella le encanta de verdad´ es la típica excusa con la que tantas mujeres están familiarizadas. Pero no puede ser responsabilidad de las mujeres denunciarlo siempre. No necesito que nadie me explique el sexismo: lo experimento todos los días”.

El premier británico respondió a las denuncias diciendo que los comentarios reproducidos en el artículo del tabloide eran misóginos.

David Dillon, el editor del medio en cuestión, fue invitado a reunirse con el presidente de los Comunes, Lindsay Hoyle, para discutir sobre los comentarios del artículo. No obstante, tanto Dillon como su editor político, Glen Owen, se negaron a asistir a la reunión diciendo que los periodistas “no deben recibir instrucciones de los funcionarios de la Cámara de los Comunes, por muy augustos que sean”.

El pedido de Hoyle a una reunión con Dillon para debatir los comentarios publicados en el Mail no fue bien visto por Johnson.

El premier se sintió “incómodo ante la idea de que nuestra prensa libre sea convocada por los políticos”, exclamó su vocero y añadió que no debe existir ningún tipo de percepción de que la clase política está intentado controlar a los medios de comunicación y que corresponde que los periodistas “tengan independencia editorial”.

Denuncias

Desde el partido laborista, asumen que el hecho es el más escandaloso desde el vivido en 2017 en Westminster. En aquella época, y bajo el mandato de Theresa May, un total de 40 diputados conservadores terminaron siendo denunciados por comportamientos sexuales inapropiados.

Un 39% de las alrededor de 1377 quejas recibidas relataban experiencias de acoso no-sexual o bullying, mientras que el 19% informó de “experiencias de acoso sexual, incluyendo haber sido testigo de comportamiento sexual inapropiado y/o conductas abusivas”.

Un informe divulgado por la agencia Reuters determinó meses después de trascender el mega escándalo que “casi una de cada cinco personas que trabajan en el parlamento británico fueron acosadas sexualmente o fueron testigo de comportamientos inapropiados en 2017″.

Agencias Reuters y AP

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