
Florencio Avalos, el primer minero en volver a ver la luz
El equipo de rescate eligió al capataz de 31 años por sus habilidades y por su relativa juventud
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MINA SAN JOSE, Chile (De un enviado especial).- Todos quisieron ser el último en salir. Pero la combinación de juventud y experiencia posicionaron a Florencio Avalos como el indicado para ser el primero en ver la luz después de 69 días de encierro.
La elección fue cuidadosamente evaluada por el equipo de rescate. Finalmente se decidieron por Avalos, porque reunía los rasgos y habilidades necesarios para el primer turno. Además, cumplía con las condiciones de relativa juventud y experiencia exigidas por las autoridades, gracias a sus ocho años de trabajo en la minería.
"Es un minero con mayúsculas", señalaron fuentes del operativo San Lorenzo al referirse a Florencio Avalos, el encargado en el refugio subterráneo de la grabación de videos y la descripción de la morfología y la superficie de las rocas.
Fue, además, el primer "rostro" del drama que recorrió el mundo, cuando el 22 de agosto se hizo llegar a las profundidades de la mina una cámara que permitió ver en qué condiciones estaban los 33 mineros. Fue apodado "el Camarógrafo" porque fue el que tomó la cámara e instó a sus compañeros a enviar saludos a sus familias.
Junto con Pedro Cortés, electricista y encargado de manejar uno de los montacargas, Florencio instaló y accionó varios de los aparatos tecnológicos que recibieron los trabajadores. Con título de contramaestre, Avalos es el segundo en jerarquía entre los mineros, después de Luis Urzúa, el jefe de turno el día del accidente que sepultó a los 33, que será el último en dejar la mina.
Para la familia Avalos, fue una vigilia de 69 días hasta que la cápsula Fénix sacó al capataz de 31 años de las entrañas del desierto. "Estoy orgulloso de que lo hayan elegido primero. Es una gran responsabilidad. La última vez que hablamos él estaba bien y muy firme, decidido. Increíblemente lo que más le preocupaba éramos nosotros acá arriba", dijo a LA NACION el padre de Florencio, Alfonso, momentos antes del rescate.
Pero para la familia Avalos la espera aún no termina: Renán, hermano de Florencio, todavía aguarda su turno para emerger del fondo de la mina, y así completar, de una vez por todas, el reencuentro familiar.
"Quiero tenerlos a los dos juntos para entregarles un mensaje que tengo guardado. Esperamos a Renán", dijo a LA NACION, emocionado, Alberto Avalos, tío de los hermanos mineros.
En la carpa del primero de los rescatados de la mina San José las últimas horas de espera se vivieron con un sentimiento ambiguo de nerviosismo, tranquilidad y orgullo.
Más de 25 personas, entre familiares y amigos, pasaron la tarde compartiendo rondas de mate a la espera del gran momento: el sonido de la alarma que anunciaría la salida del primer minero.
"Acá, en algún momento de los más de dos meses que estuvimos instalados, llegamos a ser 67 personas", contó Alberto, que prefirió no ir a la carpa con pantalla gigante instalada exclusivamente para los familiares. "Aquí estuvimos desde el principio y aquí nos quedaremos hasta el final", insistió.
"Nos produce una enorme felicidad que haya podido pasar con tanta fuerza todas las barreras que se le pusieron en el camino. La alegría y la angustia es por duplicado", añadió el padre de los hermanos mineros.
Alfonso y su mujer estuvieron en el campamento Esperanza desde el primer día, aquel 5 de agosto, cuando ocurrió el derrumbe.
Ahora tendrán que esperar un poco más para vivir en vivo el momento del "parto" de la montaña, cuando la cápsula traiga a Renán a la superficie. Es que Florencio eligió a su esposa y dos hijos para ser los primeros tres familiares autorizados para recibirlo en la superficie. A ellos se sumó también su padre.
En el campamento, entre los familiares, la jornada del desenlace transcurrió con calma. No así entre la prensa, con más medios que llegaron exclusivamente para el "día D".
"Mi hijo estaba bien. Sólo quiero abrazarlo y no soltarlo más cuando salga", contó Alicia Campos después de su última conversación con Daniel Herrera, que sería otro de los primeros en salir del refugio.
"Yo también me estoy preparando. Tengo que ser fuerte, no puedo mostrarme débil ante él", agregó la mujer, que hasta que no vea a su hijo a salvo teme que la tierra aún la sorprenda con otra tragedia. "La vida nadie la tiene comprada."
