De acuerdo con los análisis de BBC Monitoring, no han cubierto los bombardeos a ciudades ucranianas: se limitan a decir que las acciones militares se reducen al este del país y a infraestructura militar
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“Parece un universo paralelo de lo que sucede en Ucrania”. Vitaliy Shevchenko es el editor jefe del servicio ruso de BBC Monitoring, el sistema de monitoreo de medios de la BBC, y durante más de 20 años ha seguido de cerca la narrativa de los medios estatales del Kremlin. Ahora, mientras sigue con su equipo la cobertura a la guerra de Ucrania, dice que no deja de sorprenderse por “la representación puramente orwelliana” del conflicto que presentan los canales rusos.
“Lo que se ha hecho ver a la gran mayoría de la audiencia es que Rusia está involucrada en una pequeña operación en el este de Ucrania y que el gobierno ucraniano está tratando de provocar una guerra más grande”, le cuenta a BBC Mundo.
Un análisis de publicaciones realizado para BBC Monitoring por Shevchenko y su equipo indica que para los medios rusos no hay guerra, invasión o ataque. Por el contrario, señalan que los soldados del Kremlin participan en una “operación militar especial” para “liberar a Ucrania de drogadictos y neonazis” que practican indiscriminadamente un “genocidio”.
“No hay ninguna evidencia de genocidio y el presidente de Ucrania es judío y mucha de su familia murió durante el Holocausto, pero esto son cosas que no parecen reflejar los medios rusos”, dice el analista.
Los medios del Kremlin niegan que se estén bombardeando ciudades como Kiev o Járkiv o que hayan volado edificios o infraestructuras civiles: en su versión, dice BBC Monitoring, se está “desmilitarizando” el país. Tampoco dicen que se ataca a la población civil: se realizan “ataques de precisión”. No reconocen que haya civiles muertos, lo cual consideran “una invención de Occidente”. Y si los hay, han dicho, han muerto a manos de militares o “nacionalistas” de Ucrania.
En la versión de los medios rusos, según el analista, los ucranianos no se resisten a los rusos y no han creado milicias urbanas para repelerlos hasta con cocteles molotov. “Lo que dicen es que los ucranianos los están recibiendo con flores y aplausos, y que los soldados ucranianos se están rindiendo en masas”, señala. “La línea es la misma que ha presentado Putin durante los últimos días: que no hay una guerra, que cualquier filmación de víctimas civiles o infraestructura civil atacada por Rusia es falsa, que los rusos no comenzaron una ataque sino que están defendiendo a la población del Dombás… Como decía, es una realidad paralela”, dice Shevchenko.
Maquinaria de propaganda
Sergei Goryashko, periodista de la BBC en Moscú, cuenta que los medios rusos se han tenido que adaptar en muy pocos días a una realidad que, de alguna forma, los ha superado. Por meses, desde que el Kremlin comenzó a reunir tropas a lo largo de las fronteras de Ucrania, siguieron la línea oficial de que se trataba solo de ejercicios militares. “Todo el tiempo estuvieron afirmando que se trataba de entrenamientos mientras Occidente alertaba sobre la inminente invasión. Ahora que comenzó el ataque están haciendo todo lo posible por justificarlo”, dice.
Según reportes de BBC Monitoring, durante las últimas semanas, los medios estatales rusos han publicado toda suerte de artículos y videos con informaciones falsas o engañosas sobre supuestos ataques a poblaciones de habla rusa en la región del Dombás, controlada por seguidores del Kremlin, y sobre la existencia de un “genocidio” contra ellos. Y aunque no han ofrecido pruebas convincentes, aseguran que esta situación fue la que obligó a Putin a enviar sus tropas porque “no había otra alternativa”.
“Fue una decisión dura y mala, pero completamente inevitable ya que no quedaba nada más que se pudiera hacer”, dijo la pasada semana en la televisión el presentador Anatoly Kuzichev.
Los medios rusos, de acuerdo con Shevchenko y los análisis de BBC Monitoring, no han cubierto los bombardeos a ciudades ucranianas: se limitan a decir que las acciones militares se reducen al este del país y a infraestructura militar. Aunque reconocen que hay soldados rusos muertos, no han dado cifras y niegan los numerosos videos publicados por tropas ucranianas que hablan de la rendición o captura de soldados rusos. Dicen que los que se rinden son los enemigos que, además, agradecen el buen trato ruso. “Todo fue fenomenal. Nadie disparaba a nadie”, decía un supuesto prisionero de guerra ucraniano en un video hecho público este fin de semana por la televisión rusa.
La semana pasada, el regulador estatal de los medios, Roskomnadzor, ordenó que los medios rusos sigan únicamente fuentes oficiales del gobierno para sus informes y que no deben usar ciertas palabras para describir lo que sucede, entre ellas “ataque, invasión o guerra”.
Sin embargo, Vitaliy Shevchenko señala que esto está funcionando solo hasta cierto punto, pues las autoridades rusas no han logrado evitar del todo que la población vea fotos, testimonios y videos de Ucrania. Goryashko, por su parte, dice que, ante esta situación, las redes sociales se han vuelto una alternativa.
Sin embargo, desde la semana pasada, sitios de monitoreo de internet han reportado que la velocidad de conexión a Facebook, Twitter y otras redes se ha limitado considerablemente en territorio ruso, lo que hace difícil subir o descargar imágenes o videos.
Pese a esto, decenas de personas han salido a la calle en algunas de las principales ciudades de Rusia para manifestarse contra la guerra.
Según datos de OVD-Info, un grupo de monitoreo de derechos humanos, más de 5.000 personas han sido arrestadas en Rusia desde que comenzó la invasión.
“Sin embargo, yo diría que más de la mitad de la población todavía cree la narrativa que presentan los medios estatales en este momento. Está por verse cuánto durará y qué implicaciones puede traer si este conflicto se extiende y los rusos comienzan a darse cuenta que no todo es como se lo están contando”, dice Goryashko.
Victorias y lecciones
La descripción paralela de lo que sucede en Ucrania ha llegado al punto de que el sábado, la agencia estatal RIA Novosti, la principal del país, publicó un artículo en el que anunciaba una supuesta victoria sobre Ucrania que daba origen a “un nuevo orden mundial”.
El texto, que fue posteriormente eliminado, agradecía a Putin por asumir “sin una gota de exageración, una responsabilidad histórica al decidir no dejar la solución de la cuestión ucraniana a las generaciones futuras” y aseguraba que era “el retorno de Rusia a su espacio histórico y su lugar en el mundo”.
“La dominación global occidental puede considerarse total y finalmente terminada”, afirmaba.
Pero la manera en que se trata de representar de forma diferente la invasión a Ucrania no termina en los medios de comunicación. Según un manual que recibieron las escuelas rusas y al que tuvo acceso la BBC, a los niños se les enseñará que la invasión a Ucrania era necesaria debido a la “rusofobia” y “las amenazas de guerra nuclear”.
“Desafortunadamente, hay fuerzas que odian orgánicamente a Rusia, que ahora están haciendo todo lo posible para desatar una guerra, para asegurarse de que en tres o cuatro años te veas arrastrado a sus muelas asesinas”, dice el manual.
El texto que los escolares deben aprender asegura que “Rusia se enfrentaría no solo a una guerra, sino a una guerra de exterminio y esclavización” y “al uso de armas nucleares”.
El manual recomienda también mirar los discursos de Putin y verificar cualquier información política únicamente en en los sitios web oficiales de las agencias gubernamentales rusas.
El control de los medios
Para entender cómo se ha llegado a este punto, Shevchenko recuerda que es preciso explicar cómo funciona el sistema de medios en Rusia.
“Cuando Putin llegó al poder, el país que heredó de Boris Yeltsin tenía una escena mediática bastante vibrante, independiente, incisiva y atrevida. Pero Putin empezó a controlarlos de tal forma que se aseguró de que los medios más importantes estuvieran firmemente bajo el control del gobierno”, dice.
“En este momento, la televisión, que es la fuente de información para la mayoría de los rusos, está totalmente controlada por el Estado”, agrega.
Goryashko cuenta que los periódicos más pequeños suelen tener una mayor libertad, pero su audiencia es limitada y muchos han sido nombrados “agentes extranjeros”, como es el caso de Novaya Gazeta, cuyo editor, Dmitri Murátov, ganó el Nobel de la Paz en 2021.
“En este momento, los principales medios de comunicación, al menos lo de mayor alcance, son totalmente pro-Kremlin, aunque hay que decir que los rusos, sobre todo los más jóvenes, tienen acceso a las redes sociales. Aunque existen varias restricciones, si saben cómo usar las VPN, podrán recibir información sin censura”, comenta.
Más allá de Rusia
Pablo de Orellana, experto en Rusia y académico de relaciones internacionales y conflictos bélicos de la universidad King´s College, en Londres, asegura que Putin no solo ha buscado controlar la imagen que se trasmite de su país dentro de las fronteras de Rusia. “Por años, Putin ha invertido millones y millones de dólares en crear canales de propaganda que lleven su mensaje más allá de Rusia”, le dice a BBC Mundo.
Es el caso de RT o Sputnik, dos medios que cuentan con una amplia difusión en varios países del mundo, incluidos los de América Latina.
“Lo que mucha gente no sabe es que son básicamente la cara exterior del Kremlin, parte de su mecanismo de propaganda”, señala de Orellana.
Varios reguladores de televisión en varios países de Europa han anunciado que, como parte de las sanciones por la invasión, prohibirán la difusión de algunos canales rusos, y redes sociales como Facebook y YouTube, anunciaron que prohibirán a estas compañías hacer anuncios en sus plataformas y cerraron sus canales en Europa.
El Kremlin anunció la semana pasada que ralentizaría Facebook en el país luego de que la red social bajara algunos videos engañosos publicados por estos medios.
“Guerra de información”
Para los expertos, esta situación demuestra que el conflicto actual, como tantos otros, es también una guerra de información y propaganda. Y los ucranianos tampoco se han quedado detrás.
Desde que comenzó el conflicto, el gobierno de Kiev también ha difundido informaciones que han sido difíciles de comprobar o que luego han resultado ser falsas o engañosas.
Es el caso de supuestos derribos de aviones rusos que no se han verificado hasta ahora, ataques de dudoso origen o incluso la existencia de leyendas urbanas como el “fantasma de Kiev”, un supuesto piloto detrás de varios derribos de aeronaves enemigas.
El pasado viernes, el gobierno ucraniano dio por muertos a un grupo de guardacostas en la llamada Isla de la Serpiente, que luego este lunes informaron que seguían vivos, habiendo sido apresados por las tropas rusas.
“Creo que los dos gobiernos están tratando de presentar su lado y por eso, hay que tomar con pinzas lo que cada uno dice. En la niebla de la guerra, estas cosas son muy difíciles de corroborar”, comenta Shevchenko.
Sin embargo, para el analista de medios, las políticas informativas de los dos gobiernos parecen tener objetivos diferentes.
“Lo que vemos del lado ucraniano es que el gobierno está buscando levantar la moral de sus tropas y su población. Quieren mantener a los ucranianos inspirados y con el ánimo en alto. Sin embargo, no creo que estén haciendo ningún esfuerzo de gestión de medios como Rusia”, considera.
En su criterio, “la estrategia de los medios rusos está obviamente diseñada para justificar la guerra de una forma tan extrema, que no creo que esté ni cerca de lo que están haciendo los ucranianos”.
“Son los rusos quienes están utilizando afirmaciones falsas de que hay neonazis o genocidios en Ucrania para justificar un ataque no provocado contra un país vecino. Entonces, en lo que respecta al comportamiento principal de la propaganda, creo que son los rusos quienes merecen una condena total. Y eso es lo que estamos viendo ahora que está haciendo gran parte de la comunidad internacional”, concluye.
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