Israel y Hezbollah están ahora en un conflicto abierto: cómo se llegó a este punto y qué puede pasar ahora
La situación fue escalando desde los atentados terrorstas de Hamas del 7 de octubre pasado
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Israel está ahora en guerra en sus fronteras occidental y norte, ya que el tenso impasse con el grupo terrorista libanés Hezbollah se ha convertido en un conflicto abierto. El intenso fuego cruzado de los últimos días apunta a una posible guerra total con muchos interrogantes, fundamentalmente si es posible una invasión terrestre israelí.
El enfrentamiento actual se remonta a un año. Hezbollah comenzó a disparar misiles contra Israel en solidaridad con Hamas el día después del ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel. A eso le siguió un año de bombardeos entre Hezbollah e Israel. Ayer, Israel atacó más de 1300 sitios en todo el Líbano. Más de 500 personas murieron en los ataques.
Desde que Israel envió tropas a Gaza para luchar contra Hamas, los analistas y funcionarios han advertido que la guerra podría convertirse en un conflicto regional. Hamas es parte de una red de grupos antiisraelíes respaldados por Irán que se extiende por Medio Oriente. Esa red incluye a Hezbollah.
Los ataques aéreos de los últimos días, en represalia por los ataques del propio Hezbollah, acercan a Israel a una guerra total en la región contra los aliados iraníes. A continuación, una explicación sobre qué llevó a los ataques, qué está sucediendo ahora y qué podría suceder a continuación.
Un año de escalada
Hezbollah es un gran grupo paramilitar que dice querer destruir a Israel y frenar la influencia de Estados Unidos en Medio Oriente. El grupo, fundado durante la guerra de Israel en el Líbano en la década de 1980, también es una fuerza poderosa en la política libanesa y esencialmente dirige parte del Líbano. El grupo terrorista ha pasado gran parte de sus cuatro décadas de historia atacando a Israel, a sus aliados y a otros objetivos en todo el mundo, incluida la AMIA en la Argentina en 1994.
Hezbollah ganó notoriedad internacional por primera vez en 1983, cuando hizo estallar la embajada estadounidense en Beirut, la capital del Líbano, y más tarde cuarteles estadounidenses y franceses allí.
Ambas partes libraron una intensa guerra de 34 días el verano boreal de 2006, que costó más de 1200 vidas del lado libanés, en su mayoría civiles, y unas 160 del lado israelí, mayormente soldados.
Desde el ataque del 7 de octubre, el conflicto entre Israel y Hezbollah se ha intensificado:
- Los misiles de Hezbollah han desplazado a decenas de miles de civiles en el norte de Israel. El grupo dice que continuará con su bombardeo hasta que Israel acepte un alto el fuego en Gaza.
- Israel ha tomado represalias con sus propios ataques. La semana pasada, hizo estallar beepers y otros dispositivos electrónicos pertenecientes a miembros de Hezbollah. Esos ataques mataron al menos a docenas de personas e hirieron a miles más.
- Israel dice que Hezbollah está almacenando cohetes de largo alcance en las casas de la gente. El pasado fin de semana, Israel advirtió a la gente del Líbano que evacuara las zonas donde hay esos depósitos. Algunos grupos de derechos humanos criticaron las advertencias como inadecuadas, argumentando que los civiles libaneses no pueden saber razonablemente si viven cerca de objetivos militares ocultos.
- Luego Israel bombardeó objetivos en Líbano, incluida Beirut, para eliminar a más líderes de Hezbollah y sus armas. El objetivo de Israel es diezmar a Hezbollah, obligándolo a dar marcha atrás y detener sus salvas de cohetes. Eso permitiría que miles de civiles israelíes regresaran a casa.
- Hezbollah ha respondido con más cohetes, a veces disparando más profundamente en Israel de lo habitual. Esperando tales contraataques, los funcionarios israelíes han restringido las reuniones en el norte de su país. Las escuelas y los negocios de la zona permanecieron cerrados ayer.
El ciclo es familiar. Israel y Hezbollah afirman que sus ataques tienen como objetivo hacer que el otro se rinda en una guerra. En cambio, los ataques conducen a una mayor escalada.
Cómo puede seguir
Israel y Hezbollah no han librado una guerra abierta desde 2006, cuando Israel invadió el Líbano. Más de 1000 libaneses y 150 israelíes murieron. Israel afirmó que ganó esa guerra, pero no pareció tener mucho efecto a largo plazo en las operaciones de Hezbollah.
¿Cómo le iría a Israel en una guerra abierta contra Hezbollah hoy? Ya ha dañado el liderazgo de Hezbollah con los recientes ataques aéreos y de beepers. Pero Israel también está luchando en Gaza y Cisjordania, donde el ejército ha apoyado a los colonos israelíes.
Para una guerra terrestre en el Líbano, Israel podría tener que llamar a decenas de miles de reservistas, muchos de los cuales ya están exhaustos de luchar en otros lugares. “Por un lado, es uno de los ejércitos mejor equipados del mundo”, explicó Patrick Kingsley, el jefe de la oficina de Jerusalén de The New York Times. “Por el otro, está al límite de sus posibilidades”.
Sin embargo, los líderes israelíes podrían contar con el apoyo del público. Encuestas recientes sugieren que una pequeña mayoría de israelíes respaldan una guerra más amplia contra Hezbollah. “El desplazamiento de tantos israelíes del norte de Israel se considera una especie de pérdida de soberanía”, dijo Kingsley. Y como Hezbollah no parece dispuesto a dar marcha atrás en sus ataques en apoyo de Hamas, las probabilidades de una mayor escalada siguen siendo altas.
La visión desde Israel
Las autoridades de Israel aseguran que no tienen más opción que responder a Hezbollah, que con el disparo habitual de cohetes desde hace casi un año ha obligado a decenas de miles de israelíes a abandonar sus casas cerca de la frontera con Líbano.
“Las actividades de Hezbollah han convertido el sur de Líbano en campo de batalla”, dijo el lunes un responsable militar israelí en una sesión informativa. Los objetivos del operativo israelí de los últimos días es debilitar la amenaza planteada por Hezbollah, repeler a los combatientes del movimiento proiraní lejos de la frontera y destruir la infraestructura desplegada por su unidad de élite Radwan, según ese responsable militar que habló bajo anonimato.
El analista político israelí Michael Horowitz considera que el primer ministro Benjamin Netanyahu quiere presionar a Hezbollah para que detenga sus ataques en la zona fronteriza, incluso si no hay alto el fuego en Gaza con Hamas, una condición que el movimento libanés había planteado.
“Israel quiere aumentar gradualmente la presión sobre Hezbollah, y golpear más duro para obligarlo a repensar su estrategia de alineamiento con la situación en Gaza”, expone Horowitz. “La situación es muy peligrosa, pero sigue habiendo margen para que la diplomacia evite lo peor”, cree Horowitz.
Miri Eisen, coronel retirada y actual socia del Instituto Internacional contra el Terrorismo, en la Universidad Reichman, cree que Hezbollah sólo entiende el lenguaje de la fuerza.
“El lenguaje que [Hezbollah] habla es un lenguaje de violencia y fuerza, y eso significa que la acción contra ellos es muy importante”. “No he visto que funcione otro lenguaje” en esa correlación de fuerzas, destaca.
Y si bien las operaciones son de momento aéreas, Eisen cree que puede haber una operación terrestre para garantizar que Hezbollah no pueda nunca hacer algo como lo que hizo Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel.
“Yo sí creo que existe la posibilidad de una incursión terrestre, porque al fin y al cabo hay que alejar a las fuerzas de Hezbollah” de la frontera, afirma.
La visión desde Líbano
Tras el espectacular sabotaje de los dispositivos de comunicación de Hezbollah la semana pasada y el bombardeo que mató al comandante de la unidad Radwan, Ibrahim Aqil, el número dos del movimiento, Naim Qasem, afirmó que la batalla contra Israel entró en una “nueva fase” de ajuste de “cuentas pendientes”.
El lunes, más de 550 personas murieron en los bombardeos israelíes en Líbano, el balance más alto en una sola jornada desde la guerra de 2006. Y una fuente de Hezbollah dijo bajo anonimato a AFP que la situación es ahora “similar” a lo ocurrido aquel año. “Las cosas están tomando un cariz de escalada”, comentó.
Amal Saad, una analista libanesa de la Universidad de Cardiff, en Gales, cree que Hezbollah sigue calibrando su respuesta para evitar una guerra total, un temple que ya mostró después de que Israel matara a su jefe militar, Fuad Shukr, el pasado julio en Beirut.
En ese sentido, Saad cree que Hezbollah llevará a cabo “una escalada controlada”, por debajo del umbral de una guerra abierta, “aunque cualitativamente diferente”.
En cualquier caso, el movimiento chiita se verá enardecido por el recuerdo de la guerra de 2006 y la impresión de que supo batallar meritoriamente contra el ejército israelí.
“Son extremadamente capaces, y diría que más eficaces que los israelíes cuando se trata de hacer la guerra en el terreno”, comenta Amal Saad. “Eso lo hemos visto históricamente, y en especial en 2006″.
El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dijo la semana pasada que en caso de operación terrestre israelí sus combatientes son capaces de hacer frente a los soldados enemigos en el terreno y de disparar cohetes al mismo tiempo contra el norte de Israel.
Agencia AFP y diario The New York Times
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