La final de Eurovisión en Suecia, sacudida por la guerra en Gaza, con una cantante israelí como favorita
Miles de manifestantes pro palestinos pidieron la prohibición de Israel en el concurso, al igual que se hizo hace dos años cuando se canceló la participación de Rusia por la guerra en Ucrania
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ESTOCOLMO.- Normalmente la final de Eurovisión es un festival de música extremadamente popular con más de 160 millones de telespectadores, pero este sábado en Malmö, Suecia, un ingrediente político conmueve sus escenarios con la participación como favorita de una popular cantante israelí, precisamente en la ciudad sueca con mayor cantidad de inmigrantes palestinos.
Miles de manifestantes propalestinos salieron a la calle para protestar contra la participación de Israel por la guerra en Gaza, después de que la intérprete israelí Eden Golan obtuvo el jueves su pase a la final, con su tema “Hurricane”.
Pese a los múltiples llamados a excluir a Israel por su ofensiva contra la Franja de Gaza, este sábado Eden Golan figura junto a Croacia y Suiza como favorita en las casas de apuestas para ganar este concurso.
En Malmö, donde vive la mayor comunidad de origen palestino de Suecia, entre 2000 y 3000 personas, se congregaron pacíficamente para protestar el jueves contra su participación.
”No estamos en contra de Eurovisión, sino de que Israel participe en Eurovisión. No queremos a su representante en Malmö (...) por lo que esta pasando en Gaza”, declaró Ingemar Gustavsson, un jubilado sueco.
La Unión Europea de Radiodifusión (UER), que hace dos años suspendió a Rusia por la guerra en Ucrania, confirmó en marzo la participación de Israel, aunque pidió a su representante modificar la canción presentada.
El tema, entonces llamado “October Rain” (”Lluvia de octubre”), se consideró demasiado político por sus aparentes alusiones al ataque de Hamas el 7 de octubre que desencadenó la guerra en Gaza. A la polémica por la participación de Israel, se sumó un altercado con el representante neerlandés, Joost Klein, que el sábado fue descalificado por la organización del concurso tras una denuncia interpuesta por un miembro del equipo de producción. La queja está siendo investigada por la policía.
Este incidente, cuya naturaleza exacta se desconoce, no tiene nada que ver con su actitud hacia otras delegaciones, según la UER, en referencia sobre todo al desacuerdo que mostró el cantante al ser colocado junto a la participante israelí durante una conferencia de prensa.
La emisora neerlandesa Avrotros calificó de “desproporcionada” esta expulsión, tras la cual serán 25 países y no 26 los que se disputarán el primer puesto del certamen, conquistado por Suecia en 2023.
Manifestaciones propalestinas
Malmö, tercera ciudad sueca con 360.000 habitantes, espera la llegada de unos 100.000 aficionados de 90 países coincidiendo con el 50º aniversario de la icónica victoria en Eurovisión del grupo sueco ABBA con la popular “Waterloo”.
El jueves, la participación israelí en la segunda semifinal del certamen reunió a unos 12.000 manifestantes en las calles de Malmö, que portaban banderas palestinas y pancartas con lemas como “la UER legitima el genocidio”.
La controversia ha llegado a las instancias políticas. Ministros de Francia y Alemania consideraron “inaceptables” los llamados al boicot, pero en España, el socio minoritario del gobierno de izquierdas pidió la “expulsión de Israel”.
La UER insiste en el carácter apolítico del concurso, argumento que esgrimió el año pasado para vetar la intervención del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en la gala.
Sin embargo, el conflicto en Gaza ya ha tenido protagonismo en esta 68ª edición del certamen.
En la actuación inaugural de la primera semifinal el martes, el cantante sueco Eric Saade saltó al escenario con un pañuelo palestino atado alrededor de su muñeca.
En Bélgica, los sindicatos de la cadena de televisión pública flamenca, VRT, interrumpieron la transmisión de la segunda semifinal para difundir un mensaje de apoyo a los palestinos.
Alta seguridad
La organización del certamen solo permite la entrada de banderas de los países participantes y prohíbe cualquier cartel con mensaje político en el interior del Malmö Arena para que la música, el espectáculo y la diversión sean los únicos protagonistas de la velada.
Con ese fin, los asistentes tendrán que pasar controles de seguridad reforzados, destinados principalmente a impedir la entrada de manifestantes.
La policía sueca asegura que no hay ninguna amenaza directa contra la competición, aun así Dinamarca y Noruega enviaron refuerzos para garantizar la seguridad.
Para Sally Sadler, una aficionada británica, estas protestas ensombrecen “un poco” la fiesta. ”Ante todo, se trata de unidad y de música. Estamos aquí todos juntos, todas las naciones, por el amor y no por el odio”, recordó.
En el plano musical, lo más importante para los aficionados del concurso, esta edición ofrece un amplio abanico de géneros musicales, extravagantes actuaciones y temas animados y pegadizos.
Agencia AFP
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