"Me atropellaron, golpearon y ataron en una silla pero logré escapar": la historia de una atleta secuestrada en Austria
Nathalie Birli vivió un infierno. Un hombre la chocó con su auto mientras andaba en bicicleta, le golpeó en la cabeza con un palo, la ató y la arrojó, desmayada, al baúl de su auto para llevarla a su casa, donde continuó con las torturas. En medio del terror, encontró la manera de persuadir a su agresor y gracias a unas flores, salvó su vida.
El jueves por la tarde, Nathalie, ciclista profesional y triatleta, salió a entrenar por los alrededores de la ciudad austríaca de Graz, cuando un auto la impactó por detrás. Cayó al pavimento junto a su bici y se quebró el brazo.
En ese momento, pensó que se trataba de un accidente y que el conductor se acercaría a ayudarla, pero ocurrió todo lo contrario. El hombre, a quien describió como alguien "lleno de odio", la golpeó y la llevo inconsciente hasta su casa en el medio del campo. "Cuando me desperté estaba desnuda, sentada y atada en un sillón, en una casa vieja", relató la deportista al diario Kronen Zeitung.
Las torturas no terminaron ahí. Siempre con un cuchillo en mano, su captor la obligó a tomar alcohol, le vendó los ojos e intentó sofocarla, y la obligó a meterse en una bañadera llena de agua fría mientras le aseguraba que quería ahogarla.
Fue entonces cuando notó sus orquídeas y no tuvo mejor idea que felicitarlo, buscando con esto mejorar su humor. El elogio a sus flores generó un cambio rotundo de actitud en su captor quien, según contó la joven, comenzó a hablar sobre su pasado tormentoso que incluía un "padre muerto, una madre adicta al alcohol y novias que lo traicionaron".
En la pasión por la jardinería la joven vio su puerta de escape y aprovechó para ofrecerle un trato al secuestrador: le prometió que haría pasar por accidente lo ocurrido si el la liberaba. El hombre no solo acepto sino que la llevó en su auto, el que previamente había utilizado para agredirla, hasta su casa, cargó la bicicleta y la liberó.
"Fui directamente a la casa, cerré la puerta con llave y llamé a mi novio", relató Birli, quien recientemente fue madre. La esperaban su pareja y su hijo, un pequeño bebe de tan solo 14 semanas.
Una vez a salvo, hizo la denuncia y, gracias al sistema de GPS que la atleta tenía instalado en su bicicleta, la policía logró identificar al agresor y arrestarlo. El hombre de 33 años, cuya identidad no fue difundida, tiene problemas mentales y la policía investiga si tiene alguna relación con otros secuestros no dilucidados.
Desde el Centro Médico al que se acercó para curar su brazo quebrado, Birli agradeció a todos aquellos que la buscaron el tiempo que estuvo desaparecida y describió la situación como "una mala pelicula". "Gracias a Dios pude liberarme y estoy bien, excepto por un brazo roto y una lesión en la cabeza", agregó.
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