Merkel no logró aplacar las críticas
Hubo reproches porque tardó más de 20 horas en dar un mensaje al país por la matanza
BERLÍN.- "Compartimos su dolor. Pensamos en ustedes. Sufrimos con ustedes." La canciller Angela Merkel se dirigió ayer con esas palabras a los familiares de víctimas de la matanza de Munich y puso así fin a un silencio que, para muchos críticos, duró demasiado en una Alemania necesitada de consuelo.
La líder cristianodemócrata esperó más de 20 horas para referirse a la masacre de anteayer. Lo hizo con una declaración en la que mostró su consternación, recordó a los muertos y heridos y prometió una investigación a fondo para aclarar la matanza. "Para cualquiera de nosotros es difícil soportar una noche así. Más difícil aún por haber recibido tantas noticias horrendas en pocos días", dijo, al aludir al ataque en Niza que dejó 84 muertos y al de un refugiado afgano que hirió a cinco personas en un tren alemán.
"Se trata siempre de lugares en los que podría haber estado cualquiera de nosotros. Puedo entender que alguien se sienta angustiado al encontrarse entre una multitud, que se pregunte si está seguro", añadió.
Merkel agradeció el trabajo "magnífico" de las fuerzas de seguridad y el comportamiento solidario y ordenado de los ciudadanos de Munich. "Esa libertad y esa humanidad constituye una de nuestras mayores fortalezas", remató, antes de prometer que se hará todo lo necesario "para proteger la seguridad y la libertad".
La demora de Merkel en referirse a la matanza encaja con el perfil de una política conocida por su cautela, pero generó críticas entre quienes consideraron que el país necesitaba más apoyo en una noche de incertidumbres y terror. En Twitter se creó el hashtag #Merkelschweigt (Merkel calla) y muchos usuarios destacaron que otros líderes mostraron su pesar sólo horas después de la tragedia, incluido al presidente Barack Obama y los ministros de Exteriores de Francia y Gran Bretaña.
"Entre las fortalezas de Merkel figura no ser una política que tenga que gritar su opinión sobre todo y de inmediato. En una situación como la de anteanoche no ayudaba a nadie que la canciller entrara en especulaciones", comentó un analista de la revista Focus. "Pero tampoco debía dejar solo a su pueblo alemán."
El autor recordó el apodo de "Mutti" (diminutivo de "madre") con que se conoce a Merkel, y concluyó: "Maternal habría sido estar presente en una situación así, brindar consuelo y transmitir fuerza". Tres mensajes que, tarde o no, la canciller alemana terminó por enviar con su declaración de ayer.
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