Para Gran Bretaña, no debería descartarse "ninguna opción" en Siria
El canciller llamó a la Unión Europea a "estar lista para avanzar si no se halla una solución política a la crisis" en el país; además, anunció el envío de equipamiento militar "no letal"
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LONDRES.- "No deberíamos descartar cualquier opción para salvar vidas", exhortó hoy el secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, a sus vecinos europeos, en referencia el conflicto civil en Siria, que dejó más de 70.000 muertos. Además, el funcionario anunció que el gobierno incrementará la asistencia a los rebeldes, aunque destacó que enviarán materiales de defensa "no letales".
"Desde nuestro punto de vista, si no se halla una solución política a la crisis en Siria y el conflicto continúa, nosotros y el resto de la Unión Europea tendremos que estar listos para avanzar, y no deberíamos descartar ninguna opción para salvar vidas", dijo Hague en el Parlamento.
"Ningún Gobierno occidental está pidiendo la intervención militar de naciones occidentales en el conflicto en Siria –aclaró-. La discusión está enteramente focalizada en el grado de asistencia que puede y debería ser brindada a la oposición".
En su exposición, el titular del Foreign Office anunció que Londres ofrecerá equipos "no-letales" además de entrenamiento para los rebeldes. Hague confirmó un paquete de ayuda humanitaria y logística de unos 20 millones de dólares para zonas controladas por la oposición.
"Esta es una situación desesperante de creciente sufrimiento humanitario", expresó.
"Los hechos demuestran que la diplomacia está llevando demasiado tiempo y que las posibilidades de un avance son pocas. (...) Nuestra política debe moverse hacia esfuerzos más activos para prevenir la pérdida de vidas en Siria y esto significa aumentar nuestra asistencia a la oposición y, de esa manera, aumentar la presión sobre el régimen para aceptar una solución política", dijo Hague.
En ese sentido, el funcionario argumentó que "lo que sucede en Siria tiene una importancia vital para el interés nacional" británico por "tres razones". En primer lugar, para que Damasco no se convierta en tierra fértil para los terroristas que pueden amenazar la seguridad de Gran Bretaña; en segundo, porque hay "crecientes preocupaciones" de que el régimen de Bashar al-Assad utilice armas químicas; y finalmente porque la política exterior británica tiene como prioridad "defender los derechos humanos, proteger vidas y apoyar la ley internacional".
En detalle
Ante esta situación, Hague contó que junto a los "socios europeos" decidieron una exención a las sanciones de la ONU sobre Siria para permitir la "provisión de equipamiento militar no letal y todo tipo de asistencia técnica al Consejo Nacional Sirio [el grupo político de los rebeldes], por la que se pretende proteger a los civiles".
"Tal asistencia técnica puede incluir soporte, asesoramiento y entrenamiento sobre cómo mantener seguridad en áreas que el régimen ya no controla, en coordinación entre los consejos civiles y militares y en cómo proteger civiles y minimizar el riesgo para ellos, y cómo mantener la seguridad durante una transición", precisó.
"También proveeremos nuevos tipos de equipamiento no-letal para la protección de civiles, e iremos más allá de lo que dimos hasta el momento", agregó, y mencionó "equipamiento de protección", como autos blindados y chalecos antibalas.
Además, Hague añadió que mandarán equipamiento de evaluación para recaudar información "en el horroroso caso de que usen armas químicas" y van a "financiar el entrenamiento para ayudar a los grupos armadas a entender sus responsabildiad y obligaciones bajo la ley internacional y los parámetros de de los derechos humanos a nivel internacional". "Cualquier violación de los derechos humanos o abusos son inaceptables de cualquier lado", completó.
El 15 de marzo próximo se cumplirán dos años del comienzo de las protestas en reclamo de reformas democráticas en el gobierno de Bashar al-Assad, como parte de la denominada "primavera árabe" para destituir a los mandatarios autoritarios de Medio Oriente.
Sin embargo, el presidente sirio optó por aferrarse en el poder y emprender una feroz represión hacia los rebeldes, que da lugar a sangrientos enfrentamientos entre las fuerzas del régimen y la oposición. Según la ONU, por lo menos 70.000 personas murieron por el conflicto y un millón huyeron del país, según informó hoy la agencia de refugiados de Naciones Unidas (ACNUR).
Agencias Reuters, ANSA, EFE
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