Pronósticos sombríos que no tienen resonancia en los británicos
Londres.- A los británicos ya se lo advirtieron muchas veces.
El FMI, el Banco de Inglaterra, el Tesoro británico, David Cameron, una parva de economistas y hasta Benedict Cumberbatch y Keira Knightley repitieron hasta el cansancio que abandonar la Unión Europea (UE) sería perjudicial para la economía británica. Hasta ahora, las advertencias no surten efecto. Los sondeos dejan entrever que el jueves próximo los británicos podrían votar a favor de abandonar la UE.
Los sombríos pronósticos de penurias económicas no tuvieron resonancia entre los votantes, en parte, debido a que el tema del referéndum pasó a ser la soberanía nacional y el freno a la inmigración. Hace tiempo que ese tema preocupa a los británicos, así que la campaña a favor de abandonar el bloque se ha centrado en esas preocupaciones.
Así y todo, es sorprendente lo relegada que quedó la cuestión económica en el debate.
Es cierto que a veces los votantes están dispuestos a aceptar ciertas restricciones económicas para alcanzas otros objetivos que consideran importantes. Una porción de los votantes británicos que quieren abandonar la UE esperan que la situación económica empeore como consecuencia. Una encuesta de ComRes reveló que el 21% de esos votantes cree que es bastante probable que el país caiga en recesión, y un 5% dijo que era muy probable.
En total, un 49% de los entrevistados dijo que era probable una recesión, y un 48% dijo que era improbable. Eso implica que hay suficiente temor económico en el aire como para beneficiar al bando de los que quieren seguir en la UE.
Sin embargo, otros sondeos sugieren que los británicos no están particularmente nerviosos por el impacto económico de un potencial Brexit. Según una reciente encuesta de YouGov, el 37% siente que el país estará peor si abandona la UE, mientras que un 22% opinó que estará mejor. Pero un 26% juzgó que no habría diferencia alguna para la economía. Es comprensible que los votantes británicos no se inmuten: en los últimos años, a la economía de Gran Bretaña le fue bastante bien. El desempleo es bajo, y la relación entre población económicamente activa y empleo está en niveles récord. Tampoco los empresarios parecen preocupados por el eventual abandono de la UE, según un sondeo en 3394 empresas. Casi el 40% dijo que el Brexit no alteraría la economía, y otro 25% incluso sostuvo que el Brexit sería beneficioso.
Por supuesto que en el bando de los que quieren irse hay grandes contradicciones en cuanto a la economía. Gran Bretaña depende fuertemente de los inmigrantes, así que restringir la inmigración perjudicaría la economía. Y abandonar la UE también restringiría el acceso de las empresas a un inmenso mercado.
Pero la respuesta tal vez sea que los británicos no creen que abandonar la UE implique frenar de golpe la inmigración.
¿Y la amenaza que implica el Brexit para el comercio? A los votantes tal vez les cueste sopesar la importancia de los acuerdos comerciales. A pesar del desahogo económico, es posible que en los últimos días de campaña los votantes empiecen a pensar en las consecuencias económicas del Brexit y en que sus partidarios se lleven la victoria.
Traducción de Jaime Arrambide





